Gears of War: Exilio

Epílogo

Parte 2
El atardecer está en su fin, y el ataúd baja al fondo de la tierra, lo cubren bien con ella y con ello a él. Sigo llorando desde ayer, pero ellas han hecho que me “distraiga” de eso, aunque sea inútil.
Veo a Chris y a Katie juntos, Diana a un lado junto con Carter, Alexis y sus hijos. Katie está rodeada de sus cuatro nietos junto con Alfred y Beatrice, pero con la vista perdida en un lugar: Char.
Donde se encuentra Taylor desde hace años. También hace años que Fanny nos abandonó cuando combatimos a esas cosas, nos la arrebataron como los Locust me arrebataron a muchos.
Hayley y Sid con sus hijos y nietos, Gabriela, Scott (sin su ante brazo derecho), Allison, Kail y sus hijos y nietos. Y mis hijas y nietos aún lado mío. Es raro que Elliot y Henry no estén aquí pero si lo está Leah, quien se ha quedado junto a nosotros desde que salió de la cárcel al igual que su prima Chloe. Están destrozados, pero no como yo.
También están nuestros amigos de años: Nicole, Nohely, Anne, Shai, Albert, Andrea y su hija Gwen. También están Didi y Bree.
Estoy recargada en Emile, quien solo mantiene una mirada inexpresiva, pero estoy segura de que le agradece a él por encontrarlo junto con Emily y sus hijos y hacer que nos reencontráramos dos años después de los sucesos de Gorasnaya.
Me ve y da una sonrisa…totalmente fingida.
El ataúd está casi enterrado, pero veo el cielo, rojo, azul, morado, negro, gris. Como a él le encantaba, como me dijo que quería ser enterrado. El sol es ocultado y la luna aparece y brilla, y a consecuencia, él debajo de la tierra.
Todos se acercan y dicen palabras para luego apartarse, Emile hace lo mismo; terminan y me acerco. Cada paso hace que mi alma y corazón se destroce, pero me exijo a ir ya que por él lo hago…, hice todo.
Mientras me acerco, saco del bolsillo de mi pantalón algo que él habría querido tener en su lápida. Está colgando, tambaleándose de un lado al otro, pero lo sostengo firmemente, una vez ahí, me arrodillo y toco el nombre, en la lápida dice: En memoria a James Davis de Black y de Summer. Un gran hombre y el mejor padre y esposo que ha habido.
Suena ridículo, pero es la verdad. Tomo la insignia Gear de Paris y la dejo con él, sé que es lo que quería, después de todo ahora está con ella.
Los veo y me pongo a llorar, no puedo detener este dolor en mí, me gana más que cualquier otra cosa. Veo a Alice acercarse y me abraza. Lo mismo hace Sophie y Kathe. Sus brazos antes me hubieran hecho bien, pero ahora no logran hacer ningún efecto en mí. Estoy destrozada, no puedo dejar de pensar en él, el amor de mi vida, la única persona a la que ame y la única con la que estuve. Todo se pone negro y ya no puedo pensar.

El día luce lindo, pero lo sería más con él aquí abrazándome o simplemente con él sería suficiente. La cama del hospital es algo dura, pero me he acostumbrado, una semana es necesario para sentirse algo cómoda.
– ¿Y cómo vas? –pregunta Kathe.
–Ellos dicen que mejor, pero no lo noto. Sigo sintiéndome vacía.
–Mamá –se inclina hacia mí–, ya no estés así, no lo pude soportar con él y tú lo sabes –solo guardo silencio–. Él te pidió ser fuerte y puedes hacerlo, lo ayudaste, y…
–Sí –interrumpo–, pero no hay quien pueda comprenderme, ¿o sí?
–De hecho sí –escucho a Katie.
Está recargada en la pared junto a la puerta. No note que llegará y creo que Kathe tampoco.
– ¿Nos dejarías solas, hermosa? –pregunta mirando a Kathe.
Asiente y se levanta a darme un beso en la frente y sale de la habitación. Veo a Katie, está despierta pero a la vez no, sus ojos azules están algo hinchados y tiene ojeras. Su piel está más blanca de lo usual, debe estar llorando por él, pero no más que yo.
–Yo si te comprendo, Gill. Después de todo, perdí a Taylor hace años.
–Y…
–Déjame terminar –pone una expresión seria y agresiva–. Yo al igual que tú no lo vi en mucho tiempo, pero cuando lo encontré en Vectes me alegre y me propuse aprovecharlo todo el tiempo –hace una pausa y me mira quitando su expresión–. Ahora con Taylor. Ese hombre sí que me cambio, o como decía James: me mejoro. Taylor es y será el hombre de mí vida, el padre de mis hijos, al hombre que siempre amaré –toma aire y contiene sus sentimientos–, pero no podemos vivir lamentando que ya no están. Debemos ser fuertes, resistir por ellos. James te amo y mucho y ahora lo único que él quiere es que sigas, fuerte y de pie. Él te esperará.
La observo, sigue ahí, de pie como me dijo. Resistiendo. Puede que tenga razón en parte…y creo que se lo debo a él. Mi familia, la que él me dejo. Una familia que ahora me apoya.
Y apoyará. Nos es tan malo después de todo.