Capítulo 1
Ella corre por el césped, riendo, saltando. Nunca creí que vería esto, pero realmente me alegra verlo. Mi hija. Estoy recargado en el borde de la puerta, observándola, después llega ella y me abraza.
Estos abrazos me han reconfortado desde hace un tiempo, me suelta y se coloca a un lado de mí y la observo. Sus ojos café claro y glamurosos, su piel clara y tersa, su boca de labios finos y rosados, su cabello lacio y castaño claro.
Mi esposa, Gill.
Hace trece años me había casado con Paris, vivimos en Halvo Bay igual que los demás, solo que hicimos una casa en el lugar que siempre me gusto de Halvo. Después de un año tuvimos gemelas, la mayor de ellas se llama Paris Katherine y la menor Sophie Stella. Sus nombres son por su madre, sus tías y una tía de ellas, la que vivía en Ilima.
Después falleció su tía Kathe, lo que nos dolió a todos, pero más a sus hermanos. La enterramos junto a Christopher, como habría querido. Después de ocho meses Sophie tuvo el mismo destino, la enterramos donde pusimos lapidas en honor a sus padres y los nuestros.
Pasó el tiempo y lo superamos, visitamos a Chris y Diana con su pequeño Carter, también a Andrea y su hija Gwen. Igual visitábamos a Sid y Hayley que después de dos años del fin de la guerra tuvieron un niño al que decidieron llamar Michael. Katie termino enamorándose de Taylor y al casarse, un mes después tuvieron un niño al que llamo Alfred, el cual tiene la misma edad de Michael.
Al paso de tres años con nuestras gemelas tuve que hacer que Paris descansara diario ya que empezó a sentirse mal. Un extraño dolor que la aquejaba en el pecho la hizo estar mal... Falleció
Las niñas me vieron llorando junto a su cuerpo sin vida y supieron qué había ocurrido. Se acercaron y me dieron un abrazo, respondí el abrazo y después hice que se fueran del cuarto y lo cerré. Le dije a Chris y los demás. Vinieron y yo estaba inconsolable, Hayley me sacó de la habitación y me dejo en la sala.
La enterraron a un kilómetro de nuestra casa y lo vi a la fuerza más que nada, no le hacía caso a nadie, no lo quise hacer. Cuando llegue a casa me encerré y dejé a mis hijas. El dolor me consumía y me dejaba ciego, no podía soportarlo. Pasó un mes y Chris decidió llevarse a las niñas por su bien. No me negué.
Pasaron los días y ellas venían a verme, pero no les hacía caso alguno. Pasaron los meses y no venían más. Después de un año me dije a mi mismo algo que debía suceder, que no recordé.
Mis hijas, la promesa.
Me vestí de manera inmediata y fui corriendo lo más rápido que pude, en cuanto llegué toque la puerta y él abrió. Estaba en la sala con Carter y Diana. No vi a las niñas.
-Vengo por ellas, Chris. Las necesito.
-Voy por ellas -me dio una sonrisa y subió las escaleras.
Diana me pidió pasar y lo hice, vi a Carter y le di una sonrisa, él la devolvió. Escuche a alguien bajar las escaleras y era Chris, pero no había nadie detrás de él.
-James, ellas... -se le corto la voz pero de inmediato se aclaró la garganta y siguió-, ellas prefieren no verte.
- ¿Qué?
-Dicen que no fuiste un padre cuando te necesitaron y creen que es mejor no verte...
-No..., por favor, déjame verlas.
-James, mejor espera. Se darán cuenta del error.
-No puedo, hermano... Las necesito... Son lo único que me queda.
-Yo las convenceré -afirmó-. Tú espera. Ahora ve a casa y yo las llevo después.
Asentí y me seque las lágrimas que brotaban apenas. Salí y fui a la tumba de ella, lloré y le pedí perdón. Después de una hora de eso me había ido caminando a la ciudad, pase por el monumento de la defensa de Halvo Bay, son dos personas: Chris y yo.
Seguí el camino y me acercaba a la panadería dónde conocí a Gill cuando hurto una pieza de pan.
Entonces divise a lo lejos una persona y no la reconocí, me fui acercando y la persona igual, cuando estaba cerca la distinguí, era una mujer. Gill.
Me detuve enfrente de ella y la vi a los ojos, me trajeron paz y tranquilidad enmedio de mi dolor. Me miro como si creyera que no fuera cierto que era yo, como si fuera una ilusión. Hasta que se convenció de que era yo.
-James.
Me dio un abrazo y tarde en responderlo, después de todo era una sorpresa volver a ver a Gill regresar, pero lo hice. La abracé y ella lucía de nuevo enamorada, pero le pedí hablar primero. Ella asintió y la lleve a mí casa.
- ¿Vives aquí?
-Sí, la hice hace cuatro o cinco años. Con mi...
Ella volteo y me miro, me llevo de la mano y pasamos, nos sentamos en la sala y platicamos.
- ¿De qué querías hablar, James?
-De todo, Gill. ¿Qué paso después? ¿Cómo sobreviviste?
-Bueno, una por una, ¿te parece?
-Sí.
-Cuando salí de Halvo me llevaron a Gorasnaya y me "entrenaron". Fue lo más difícil, pero lo logre. Empecé en un pelotón pequeño después de dos años. Crecí en rango hasta llegar a ser sargento y después tuve un pelotón y estuve a disposición del comandante Paduk, el hombre que fue mi mentor. Me asignaba misiones, todas fáciles, a excepción de dos.
- ¿Cuáles?
-Bueno, una vez un pelotón de Gears entró por la noche. Eran cuatro chicos, al parecer venían a matar a algunos cuantos y a buscar datos, pero el comandante Paduk ordeno una emboscada para capturarlos o si no era posible, matarlos. Yo vi a uno de ellos antes de emboscarlos... Por alguna extraña razón creí que eras tú, sin embargo seguí y los emboscamos. Matamos a dos, cuando iba a matar al tercero de ellos, no pude, algo me hizo seguir creyendo que eras tú y no pude hacerlo, pero ese chico mato a uno de mis camaradas con un disparo a la cabeza. Yo fui y tome su cuerpo, después vi que mis demás compañeros estaban muertos. Esos dos lo habían hecho y quería vengarlos, porque ellos fueron los responsables de un ataque de misil de masa ligera en la ciudad, pero supongo que murieron.
- ¿Y... la segunda?
-La segunda fue el ataque a Halvo Bay. Era una de las que iba al mando, el ataque habría sido bueno si no hubiera sido porque dos chicos dirigieron bien a los Gears y comenzaron un frenesí. Logré escapar y también de Karn gracias a Paduk. Después te busque durante años, pero no lograba dar contigo. Hasta hoy, James. ¿Qué fue de ti? Cuéntame tu vida.
-Después de que te fuiste seguí, decidí entrar en el ejército a los trece y a los catorce tuve un lugar seguro. A esa misma edad fui cabo y me asignaron una misión importante con mi hermano que también era cabo. Entramos en Gorasnaya, la misión era entrar y hacer reconocimiento, pero nos pidieron ir al centro de la ciudad y leer unas instrucciones que venían en una mochila que traíamos. Llegamos y un soldado disparo a uno de mis compañeros, quería leer lo que esa baliza contenía, pero llegaron más soldados y tuvimos que irnos dejando esa mochila atrás. Otro de ellos lastimo a un compañero con una bayoneta del Lancer Retro, lo matamos y siguieron. Les pusimos un infierno de minas y después tome un Francotirador, apunte y vi a una mujer que extrañamente se parecía a ti, pero alguien más apareció a un lado de ella y le dispare a la cabeza. Huimos después de que lo mate y mi amigo... Él murió después de eso.
Ella en ese entonces puso su cara de confundida y volteo la mirada sabiendo ahora que yo fui el responsable de ese misil.
-Después -continúe– mi hermano y yo fuimos los héroes de la defensa de Halvo Bay. El frenesí inicio porque mataron a un amigo nuestro. Después nos nombraron tenientes, conocí a una chica a los catorce, nos hicimos novios y durante años combatimos juntos hasta el fin de la guerra Locust y Lambent, nos casamos y tuvimos dos hijas. Falleció hace un año y ahora mis hijas no me quieren ver.
Durante minutos se quedó callada hasta que hable.
-Perdón, pero no sabía que te había pasado y ella llego...
-No te preocupes, te dije que siguieras. Pero no puedo imaginarme que tú asesinaste a mis compañeros y amigos.
-Perdona, no lo sabía, entre en la guerra para proteger a seres queridos. La misión de la bomba no la sabía, en Anvil Gate me explico un coronel. Dijo que tuvimos suerte de salir, pero que la baliza se activó y pudieron lanzar el misil y la defensa de Halvo... Fue mi obligación defenderla.
-Lo comprendo, James...pero estoy meditándolo.
Se quedó en silencio y solo me observaba. Obviamente note que estaba herida, pero no podía evitarlo. La mire detenidamente durante unos segundos y después me dio una sonrisa como la que me enamoro.
Partió para pensar mejor, no la culpe ya que hice demasiado daño a gente inocente con esa misión en Gorasnaya. Maté gente y perdí a mis amigos Harry y Tom.
No le ví hasta luego de dos días en mi casa. Me sorprendió bastante que llegará sin más. Lucia hermosa y me olvidé de todo, mi cabeza quedó en blanco.
Entonces ella sonrió como cuando jóvenes, la misma sonrisa que me mostraba al estar juntos y enamorados. Hice lo mismo y la abrace, hasta el punto que sabía que podía quererla como antes, como antes de conocer a Paris, me dio un beso y yo lo respondí.
Poco a poco fui enamorándome de ella otra vez, los dos volvimos a conocernos. Comíamos y cosas tontas que se hacen cuando eres joven. Le dije a mi hermano sobre ella y me dijo que lo hiciera, que no debía preocuparme. Así lo hice.
Decidí después de un tiempo en casarme con Gill y todos nuestros conocidos fueron, menos mis hijas, sentí un hueco brutal ese día, pero decidí no dejarme vencer ya que era el momento de felicidad de ella y mío. No tardamos mucho en tener una hija que ahora tiene seis años.
-James, ya tenemos que ir con tú hermano.
-Sí, cariño, solo déjame llamarle.
-Está bien.
- ¡Alice! -lanza su tierna mirada a mí-. Ya tenemos que irnos.
Ella recoge sus cosas y viene hacia mí y me abraza, la levanto y la cargo aunque tire sus juguetes.
La observo y se parece mucho a su madre, con la piel y el cabello como ella, pero todos me dicen que es tan despistada y traviesa como yo, eso último lo asegura Chris. Tiene mis pecas en sus mejillas, pero no se notan bastante.
-Ya ve a cambiarte, te espero aquí.
-Está bien, papá.
- ¿Me das un besito, mi niña? -pregunta Gill.
-Sí, mamá -le da un beso en la mejilla.
La bajo y se va corriendo por las escaleras.
-Yo también voy a cambiarme, cariño. Ahora regreso -me da un beso y se va.
Me agacho y recojo los juguetes de Alice. Vamos a ir a la casa de Chris a una comida que se animó a dar. Invito a todos: Hayley, Katie, Taylor, Sid y Sophie y Kathe, mis hijas, van a estar y Chris quiere que arregle las cosas con ellas ya que siente que por fin están dispuestas a escuchar y eso haré.
Estoy vestido en pantalón de mezclilla y tenis y una camisa roja, solo agregaré un saco ya que es un tanto formal. Nunca me ha gustado vestir así, pero lo hago por una ocasión especial. También he arreglado mi larga cabellera con un peinado que Gill me ayudó a hacer.
Me dirijo a la sala y tomo el saco y voy a ver el retrato en pintura de Paris que mandé a hacer. Gill no se opuso y Alice no se molesta ya que cree que ella es un ángel.
Oigo a alguien bajar rápido las escaleras, voy a ver y es Alice que ya tiene puesto un vestido azul y con tenis. No le gusta usar zapatos fuera de la escuela. Gill baja y usa una blusa blanca con pantalón negro y zapatos comodos, es simplemente bellísima. Me acerco a ella.
-Muy tú, preciosa -susurro.
-Gracias, guapo -sonrió-. ¿Ya nos vamos?
-Sí, solo hay que ponerle un suéter a Alice.
Ella toma el suéter del perchero que está a un lado de la puerta y se lo pone, yo me acerco y le doblo las mangas ya que le queda algo grande y lo abrocho estando en cuclillas. Me levanto y le doy un beso a Gill.
-Ya vámonos.
Ella asiente y toma a Alice de una mano y yo la tomo de la otra.
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Gears of War: Exilio
FanfictionLa guerra ha marcado el mundo Sera y a todos sus habitantes. En un principio entre humanos que se disputaban el "líquido milagroso" y luego... Desde el suelo han emergido seres humanoides que destruyen y matan a cualquier humano a su paso. Este enem...