Acto 5 - Capítulo 6

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- ¿Desde cuándo?
-Creo que es desde hace dos años. Me duele el pecho -explicó- y me dan dolores en el corazón. En este tiempo, el dolor ha sido más intenso y algo en mi me dice que voy a morir, por esa razón te quiero pedir una cosa.
En ese momento no reaccioné, no quería creerlo, no quería escuchar nada, las lágrimas querían salir pero las reprimí con todo el dolor de mi alma, pero ella me levanto la mirada y solo pude preguntar:
- ¿Qué quieres que haga, hermosa?
-Ser fuerte, solo eso. Ellas te van a necesitar y tú debes estar con ellas y apoyarlas y sobretodo, amor... busca a Gill.
-Eso... haré -conteste confundido.
Le di un beso y después me dio la sonrisa con el brillo más hermoso del mundo y cerro sus ojos. Llore, como nunca lo había hecho...

Todo se ve negro, no puedo distinguir nada, miro a un lado, al otro, vaya, debió ser fuerte. Empiezo a notar cosas y veo alguien, Gill.
-James, mi amor, estás bien.
-Papá -oigo decir a Kathe.
-Papá, por fin despiertas -es Sophie.
- ¿Qué paso? -pregunto ya que estoy aturdido.
-Ese tal Edwin nos detuvo y trajo aquí -contesta Gill-. Ely fue soltada y les dijo que estamos aquí desde hace un rato.
-Espero que diga la verdad y cuide de nuestros hijos. ¿Dónde estamos?
-En la base central de Gorasnaya.
- ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?
-Cuatro horas -contesta Kathe-. Papá -sigue siendo extraño escuchar eso, pero me alegra-, ¿quién es él y por qué conoce a mamá?
-Bueno, es difícil explicarlo, pero él -me voy levantando- es el exnovio de su madre.
- ¿Qué? -pregunta confundida.
-Como lo escuchaste, él fue su novio hasta que su madre decidió quedarse conmigo.
- ¿Cómo? -pregunta Sophie.
Veo a Gill, no parece estar afectada, no parece sentirse mal si no lo contrario, sonríe.
-Bueno -empiezo-, ellos fueron novios cuando tenían doce, yo conocí a su madre a los trece, pero no hablé con ella hasta los catorce, ellos estaban algo juntos en ese entonces. Ella se separó de él por una traición, yo llegué a su vida un poco antes de eso y descubrí la traición pero hubo algo entre nosotros y decidimos estar juntos a los catorce. Él se puso celoso y me decía que no la merecía, yo solo comenté que alguien que traiciona no merece estar con ninguna mujer. Así comenzó una rivalidad. Un día en la base, él también era soldado, había una práctica de tiro, yo tenía que pasar por en medio así que todos dejaron de disparar. Comencé a caminar, y mientras pasaba, hubo un disparo que paso detrás de mí, voltee y era él, me quería matar con una francotirador, pero el muy estúpido falló. Todos le hicieron un motín y él solo se fue, la última vez que lo vi fue en la defensa de Halvo, en cuanto terminamos, volvimos con los cuerpos, pero él no estaba ni entre los cuerpos ni entre nosotros, desapareció y no lo volví a ver hasta ahora.
- ¿Entonces esa es la razón por la que te quiere matar? -pregunta Gill. Afirmo con la cabeza-. Pues no lo hará.
-No le permitiré hacerlo, cariño. Pero tenemos que aprovechar esta oportunidad para arruinar los planes de ese soldado Cliff. Sí manda un misil hacia Nueva Ephyra, nos arruinará todo lo que hemos forjado, lo que Anya ha logrado.
- ¿Pero cómo lo haremos? -pregunta Sophie.
-Gill nos dirá cómo llegar al silo del misil y lo vamos a desmantelar aquí al igual que encontraremos el lugar de donde planean disparar el Martillo. Nos deshacemos de ambos y está nueva UIR no podrá hacer más.
- ¿Y cómo saldremos?
-Taylor dejo el Raven oculto, así que nos iremos en él.
-Y ahora, ¿cómo saldremos de aquí?
-Debería haber alguna...
-Arriba, imbécil –exclama Edwin colocándose frente a nuestra celda.
-Tú.
-Tengo una sorpresa para ti.
- ¿Y me gustará?
-O sí, es una cena y todas esas cosas.
-Genial, muero de hambre, cabron.
Un Indie abre la puerta y salgo, veo por última vez a ellas y sigo a Edwin. Camina por un pasillo largo e iluminado por lámparas viejas y después doblamos a la derecha. Veo una celda, pero no parece como en la que estábamos en donde apenas y hay luz. Entramos y es blanca en su totalidad, me cubro los ojos y entro, él cierra la puerta y nos quedamos solos. Hay una mesa y dos sillas.
-Siéntate.
-Que amable, pero prefiero el suelo a estar cerca de ti.
-Está bien, no me importa lo que hagas.
Toma la silla y se sienta. Me empieza a observar y yo a él mientras me tiro al piso para sentarme.
-James, creo que es momento de tener una plática.
- ¿Contigo? Ni de chiste.
-Habla maldito, imbécil.
-Al carajo contigo, maldita basura. Después del dolor que le ocasionaste y lo que me hiciste no te daré ninguna plática pacífica.
- ¡Habla! -se levanta de la silla y azota sus manos contra la mesa.
- ¡Tú eres el que debería hablar! ¿Qué carajos haces aquí? ¡Eras un Gear, no un Indie!
- ¡Las cosas cambian!
- ¡Eres un maldito egoísta! ¡Traicionaste tus ideales, tu lealtad, nación, todo!
- ¡Pues ese no era mi lugar! Opacado por ti, por Chris, Christopher e incluso ese idiota de Reil. Yo merecía poder, merezco poder. ¡Ustedes no eran más que una bola de imbéciles!
- ¡No digas eso! ¡Tú nuca te esforzaste lo suficiente! Solo holgazaneaste y te creías superior a los otros, pues ahora mírate. ¿Qué te hace pensar que tendrás poder en un lugar así? ¿En este lugar lleno de unos rencorosos que creen que con una nueva guerra tendrán lo que querían? ¡Eres un idiota al pensar que podrán hacer eso! Nunca permitiré que se salgan con la suya. Los detendré como sea.
-Suerte con eso, estás aquí y créeme que serás ejecutado. Y yo gozaré de matarte con esa pistola, de frente, mirándonos para que después caigas al suelo como la larva que eres.
-No tendrás ese gusto, maldito. Te mataré antes de que puedas hacer eso.
-Lastima, pronto tú y el idiota de tú hermano Chris serán historia. Las generaciones futuras verán en los libros: Edwin Johnson, ejecutor de los rivales James y Chris Davis. O sí, eso pasará, seré más famoso que Marcus.
-Nada de eso, ninguna de esas palabras, maldito.
-Bueno, creo que no te podré quitar esa absurda esperanza de vida. Pero podemos comprobar tú valor con acciones y no con estas palabras.
-¿Pelear?
-Sí, ¿o acaso sigues teniendo miedo después de tiempo?
-Claro que no, idiota, pero no enfrentaré a alguien que tiene una pistola.
- ¿Qué te hace creer que tengo una?
-Por favor, tienes una en la parte trasera, lista para usarse.
Mueve su mano hacia tras dando una sonrisa burlona y toma el arma, me muestra una Boltok y la deja en la mesa.
-Bien, ahora el maldito cuchillo que traes en la bota -su cara deja la sonrisa y pasa a sorpresa total-. Sí, siempre has sido un cobarde y portas armas en cualquier parte que puedas. Llevarías una en tu culo de ser posible.
Su expresión pasa a furioso y deja el cuchillo en la mesa junto a la pistola.
-Bien, ahora puedo hacerte añicos, James.
Corre hacia mí y lanza su puño contra mi pecho, me hago a un lado y tomo su brazo, lo retuerzo pero él se suelta y me lanza una patada, me cubro con mi pierna derecha y lanzo un puñetazo a su cara pero lo esquiva. Nos alejamos y tomamos posición de guardia.
-Has mejorado, idiota.
-Después de lo que paso, créeme que no voy a dejar que me hagas algo de nuevo.
-Bien, así no será aburrido matarte.
Corre de nuevo y viene de la misma forma que la vez anterior, lo vuelvo a esquivar pero logro sentir un puñetazo en el costado, golpea mi cara y caigo. Viene y tiene intención de patearme, tomo su pierna y la giro para que caiga. Cae y me levanto, toma mi pierna y la golpea. Pateo su cara y me suelta, se levanta y le doy un golpe en la cara, otro en el abdomen y otro más con una patada en el pecho, azota contra la mesa.
-Ahora si morirás, pendejo -tiene la Boltok.
-Vaya, creí que esto sería más interesante. Pero sigues siendo un cobarde.
-Bueno, ya no importa tú estúpida opinión, morirás. Pero ¿sabes...? No te culpo, hay cierta belleza en tú resistencia.
Alista el arma y escucho cómo el tambor da vuelta.
-Alto, soldado Johnson -se escucha una voz en el altoparlante y en Indie.
-No puede ser -susurra.
-Deje a Davis y vuelva al comando, de él podrá encargarse después.
-Entendido.
Se abre la puerta de la celda y veo a los soldados, Edwin suelta el arma en la mesa y me voy. Sigo a los Indies por el mismo camino, aunque logró ver que uno trae unas ganzúas y la que traía se las llevaron con el cinturón.
Finjo tropezar y choco con el Indie, este se queja y me golpea para que no haga nada estúpido y me levantan a la fuerza. Oculto en mis manos la ganzua y continuo hasta mi celda dónde me quitan los grilletes y cierran.
- ¿Entonces? -pregunta Kathe.
-Por suerte, le quite a uno de esos tipos las ganzúas, pero no saldremos hasta en la tarde, debemos hacer esto sin prisas.
-Bien pensado -exclama Gill-, ¿notaste qué a esa hora no están tantos?
-No -sonrió-, pero que bien el saberlo.
-Pero podríamos salir más temprano, ¿no lo crees? Cuando no haya nadie, y si lo hay, nos encargamos de él o ella.
-De acuerdo.
Esto tal vez no saldrá mal después de todo.

Gears of War: ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora