Acto 4 - Capítulo 14

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James
Todos van hacia sus posiciones, pero los malditos luminosos empiezan a abordarnos, como en el Sovering. No hay más remedio que atacarlos.
–¡Todos los pájaros, destruyan las vainas! –ordena Chris.
- ¡Síganme! -grito-. ¡Saquemos a estos luminosos!
Disparo seguidamente y Paris, Kathe, Sophie y Katie me siguen. Los Drones Lambent siguen cayendo y asesinando en el barco, pero no puedo permitirlo, me exijo detenerlos, aunque sepa que pronto morirán, espero. Nada me detiene a matarlos.
El RUI llega pronto a esa gran torre y los tallos continúan saliendo por todo el mar y la isla, como si el maldito parásito quisiera detenernos. Los Ravens se encargan de las vainas, pero también varios son derribados al agua.
–Chris, estoy en esa torre –informa Greg–. Voy a comenzar a tomar la playa.
–Con cuidado, Greg –pide Chris–. Enviaré más hombres enseguida.
Chris comienza a ordenar que varias tropas acompañen a Greg y tomen la playa de esa torre tan misteriosa. Andy, Helena y Miranda se ofrecen a ayudarlo y con mucho cuidado abordan un Raven junto al hombre que acompaña a Andy. El resto seguimos matando a los luminosos que nos abordan.
El barco desplega sus armas y torretas pesadas disparan a los tallos que nos rodean, pedimos que concentren el fuego tanto aquí como en la playa y dar seguridad a los soldados que ahora se enfrentan a dos enemigos.
Pasan varios minutos y poco a poco ya no hay muchos en la cubierta.
-Terminamos con estos malditos -digo.
Volteo la mirada a Azura,a la torre, y hay una cosa volando encima de la isla. Parece una abeje gigantesca de color blanco y con una especie de silla para montar. Al abrir sus alas se nota un color naranja luminiscente.
La torre ahora ha comenzado a liberar energía y brilla en la punta. Debe ser el arma.
- ¿Qué es eso? -pregunta Taylor.
-No lo sé -contesto-, pero espero que no le cause problemas a Delta o a otro pelotón cerca.
El cielo se vuelve a nublar y empieza a llover, Greg informa que no pueden avanzar mas allá de la playa, los Locust se han atrincherado y son un muro.
Ordenamos que no continúe debido a esa cosa en la torre. La ha comenzado a acosar y veo disparos salir de allá y Locust comienzan a subir en rapel por la colina.
Otro tallo sale y veo una vaina muy grande, libera a una Berserker Lambent.
-¡Berserker! -anuncia Chris a toda la tripulación.
- ¡Denle con todo, Gears! -grito.
Todos disparan a la Berserker, pero es inútil, le lanzan granadas incendiarias y la incendian con un lanzallamas pero no le pasa nada. No parece ser igual de débil que su contraparte Locust. Igualmente tiene la piel blindada, pero sus costillas salen, como si no tuviese piel que la cubriera.
Justo detrás de esas costillas tiene Imulsión brillando como letrero de casino. En la espalda tiene cuatro tentáculos con puntas afiladas que comienza a utilizar para matar a varios.
La observo detenidamente, y cuando corre abre esas costillas como si fuesen compuertas, disparo a ese punto junto a Chris y se detiene estrepitosamente y gime de dolor.
-Disparen al centro –ordena Chris–. Es su punto débil.
-James -exclama Sophie-, tengo un plan. Vi un One Shot allá dentro, y sí disparamos uno de esos contra su corazón...
-Adiós -continuo la frase-. Bueno idea, ve. Que Paris y Kathe te acompañen.
Corre hacia ellas y enseguida la acompañan.
La Berserker sigue atacándonos, pero insistimos en disparar. Ella acosaa a cada soldado del barco que la ataca, al parecer puede vernos, y si puede vernos, eso supone un problema.
- ¡Chris! ¡La maldita puede ver!
-Entonces hay que atraerla.
-O mejor, cuando vengan Sophie y ellas la atraemos al One Shot y así morirá –articula Chris.
-Eso suena bien, mocoso –escucho decir a Taylor.
- ¡Entonces, hagámoslo! -grita Diana.
Veo a esa cosa que vuela hasta arriba del edificio, está siendo atacada por Martillos del Alba, ojala pudiera tener uno, pero creo que sería inútil. Vuelvo la mente a la acción, nuestros soldados y sobrevivientes están muriendo. Esa maldita está soltando vapor de Imulsión y al estar expuesto mueres, como al gas lacrimógeno de antes, va hacia Hayley.
- ¡A un lado, Hayley! -grita Chris. Ella lo esquiva y sigue disparando.
–James, ya no tengo munición –anuncia Hayley.
-Igual -dice Katie.
-También nosotros -gritan Taylor y Sid.
-Y aquí también -grita Diana.
A mi aún me queda, pero no durara mucho y los soldados se han retirado por ya no poder pelear contra algo que es difícil de matar.
- ¡Váyanse! -grito lo más fuerte que puedo-. ¡Yo me encargo!
-No es necesario -oigo a Kathe.
-Es hora de terminar con esta puta -volteo y están las tres-. Atráela, James.
-Eso haré –digo a Sophie.
Giro la cabeza y la Berserker hace lo mismo, le doy unos disparos y se enfurece. Corre hacia mí con gran fuerza y dejando un camino de Imulsión detrás. Busco el momento preciso para quitarme de en medio.
-Apunta bien -digo a Sophie y me quito dando una vuelta.
Escucho a Sophie disparar y da en el blanco, estoy en cuclillas, pero puedo observar a esa cosa retorcerse y caer al suelo, empieza a convulsionarse y grita fuerte. Se retuerse más y hay un brillo intenso que hace que nos cubramos los ojos y por fin explota, estamos fuera de rango y me descubro los ojos. Doy un suspiro y los soldados y superviviente dan vítores y rebozan de alegría, miro a esa cosa voladora de nuevo y ya no está.
Es cuando la torre comienza a desatar un brillo y en el cielo aparece una clase de ola color azul marino que avanza por todo el cielo hasta ya no verse. Me miro con Chris y sabemos que el arma ha sido desplegada. Vamos a la cubierta a observar la playa y aún hay Lambent, pero de nuevo la torre deja salir otra ola de esas y los tallos en la isla y agua se secan como las flores y los Lambent caen al suelo y su Imulsión se sale de sus cuerpos, como alguna clase de desangrado.
Chris me mira de nuevo y en su cara se dibuja expectativa y emoción al igual que en la mía. Pero pronto escuchamos gritos en la cubierta y divisamos a una mujer que está frente al un montón de polvo. La ola vuelve y está vez observamos a unos soldados sentirse mal y hacerse polvo así sin más.
Más soldados se asustan y no puedo evitar sentirme intimidado. ¿Qué clase de muerte ha sido esa? ¿Por qué desaparecieron de la nada?
Ordenamos ir a la isla y embarcar allí. El soldado al timón avanza hasta allá y en los otros barcos hay horror y poca alegría, parece que también sucedió lo mismo allá.
Al llegar descendemos todos y vemos que hay más situaciones así, están hechos polvo. Entonces Miranda y Helena aparecen junto a Andrea aterradas.
–¿Qué pasa? –pregunto.
–Es... Es Greg... Él... Él –Miranda ni Helena pueden decirlo correctamente, solo Andrea.
–Greg se hizo polvo –dice frunciendo el seño.
Mi corazón se vuelve a quebrar, ya no sé cuántas veces ha sucedido eso. Tomamos a Miranda y Helena y les damos un abrazo, entonces alguien anuncia que los Locust están muertos, más soldados lo gritan igual y avanzamos a verlo por nuestros propios ojos. Avanzando a uno de los edificios de lujo en la isla, vemos en el suelo a los Locust, muchos sin herida alguna, solo parecen dormír. Eso provoca en todos que demos una sonrisa ya que Adam Fenix logró deshacerse de ellos igual. Beso en la frente a Helena y luego voy a Paris y la beso intensamente.
-Lo lograste -susurra-. Otra vez.
-Lo logramos -corrijo.
Seguimos avanzando y ya casi estamos arriba, mientras avanzamos veo en la costa a Marcus y Anya. Hay más Locust y les comienza a salir algo del cuerpo, parece una secreción amarillenta que los está cubriendo. Nos alejamos para prevenir cualquier sorpresa y al final los Locust son envueltos por esa cosa amarilla que nos deja ver a ellos como alguna clase de insecto atrapado en ámbar.
Chris y yo tocamos eso con las bayonetas de las viejas Lancer y es un cristal, esa sustancia es alguna clase de cristal. Lo golpeamos con las bayonetas y estás se rompen inmediatamente, lo que resulta extraño, aunque no dejan de estar muertos.
Hay mas casos de soldados hechos polvo por el arma mientras subimos a una cornisa. En el interior hay sangre, fresca y antigua, como si aquí hubiese habido alguna clase de matanza. Seguramente los Locust mataron a todo menos a Adam Fenix.
Llegamos y ahí están los Gears y algunos conocidos. Saludamos a todos que parecen felices, pronto Baird nos explica lo que el arma hacía.
Está eliminaría no a los Lambent específicamente, sino a todas las células infectadas. Adam Fenix probo en si mismo esto, inyectando Imulsión en su cuerpo, una dosis potente para probar los síntomas y así deshacerse del parásito. Entonces esa es la razón por la que varios como Greg murieron de repente.
–Eso no resulta aliviador. Al final terminamos con más vidas –dejo salir lo que pienso.
–Tal vez... Pero esas personas ya no sufrirán más por eso –articula Helena–. Estoy segura que Greg no se hubiese detenido para lograr acabar con la guerra.
–Hay que honrar a todos –dice Miranda–. Su sacrificio está vez no ha sido en vano.
Sonríen y eso me provoca sonreír por un momento. Aunque ahora pienso en Marcus y que no solo ha perdido a su mejor amigo, sino a su padre por segunda y última vez... Afortunadamente Anya está a su lado y espero que pronto puedan seguir juntos y tan enamorados como ahora.
Abrazo a Paris al pensar en eso y la beso.
-Ya no hay guerra -exclama.
-No, y eso significa...
-Lo sé, ¿cuándo?
-Lo más pronto posible.
Observo a Chris y debe estar hablando de lo mismo con Diana y no dudo que Sid haga lo mismo. Veo el sol y todo lo que este futuro nos depara. El día llego y me alegro.
Por fin me casare con ella.

Gears of War: ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora