Capitulo 17

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- ¿Dónde naciste?

Comenzó a latirle un músculo en la mandíbula, y sus ojos se oscurecieron de forma siniestra. Cualquiera que hubiese sido el lugar de su nacimiento, no parecía agradarle demasiado.

- Muy bien, soy medio griego; pero no estoy orgulloso de esa parte de mi herencia.

Bien; un tema espinoso. De ahora en adelante, borraría la palabra «griego» de su vocabulario.

- Volviendo al asunto de la negligé negra — dijo Selena —, debo decir que allí hay una roja que creo que le quedaría mucho mejor.

- ¡Selena! — le gritó Victoria

Su amiga la ignoró y condujo a Niall al estante donde estaba colgada la lencería de color rojo. Selena cogió un picardías de color rojo brillante abierto por la parte delantera, y sujeto por un pequeño cordoncillo que se anudaba justo bajo el pecho. Los tirantes eran minúsculos. Unas braguitas y un liguero de encaje del mismo tono completaban el conjunto.

- ¿Qué estás pensando? — le preguntó Victoria mientras Selena sostenía la prenda frente a Niall.

Él la miró de forma especulativa.

Si continuaban con ese jueguecito, acabaría muerta de vergüenza.

- ¿Queréis dejar ya eso? — les preguntó —. No pienso ponérmelo.

- De todas formas voy a comprarlo — dijo su amiga con voz resuelta —. Estoy prácticamente segura de que Niall es capaz de convencerte para que te lo pongas.

Él la miró divertido.

- Preferiría convencerla para que se lo quitara.

Victoria se cubrió la cara con las manos y gimió.

- Acabará animándose — le contestó Selena con un gesto conspirador.

- No lo haré — le dijo Victoria, aún oculta tras las manos.

- Sí lo harás — dijo Niall dejando zanjado el tema, mientras Selena pagaba la negligé roja.

Usó un tono tan arrogante y confiado, que Victoria imaginó que no estaba acostumbrado a que le desafiaran.

- ¿Te has equivocado alguna vez? — le preguntó.

La diversión desapareció de su rostro, y de nuevo ocultó sus sentimientos tras una especie de velo. Esa mirada escondía algo, estaba segura. Algo muy doloroso, teniendo en cuenta la repentina tensión de su cuerpo.

No volvió a pronunciar una sola palabra hasta que Selena regresó y le dio la bolsa.

- Vaya — comentó —, se me ocurre que podíais poner unas velas, una música tranquila y…

- Selena — la interrumpió Victoria —, te agradezco mucho lo que intentas hacer, pero en lugar de hablar de mí, ¿podemos ocuparnos de Niall?

Selena lo miró de reojo.

- Claro, ¿le pasa algo?

- ¿Sabes cómo sacarlo del libro? De forma permanente, quiero decir.

- Ni idea — contestó y se dirigió a Niall —. ¿Tú sabes algo al respecto?

- No he dejado de repetírselo: es imposible.

Selena asintió con la cabeza.

- Es muy testaruda. Nunca presta atención a lo que se le dice, a menos que sea lo que ella quiere oír.

- Testaruda o no — añadió ictoria dirigiéndose a Niall —, no puedo imaginar una sola razón por la cual querrías permanecer encerrado en un libro.

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