Capitulo 52

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- ¿Ha pasado algo? — le preguntó Victoria al acercarse.

- Nada de importancia. Pero te daré un consejo: rompe la maldición. Niall es un tesoro.

Victoria la miró aún más ceñuda mientras Selena se alejaba hacia su Jeep. Confundida, abrió la puerta para entrar en casa.

- ¿Niall? — lo llamó.

- Estoy en la habitación.

Victoria subió las escaleras. Lo encontró tumbado sobre la cama en una postura mucho más que deliciosa, con la cabeza apoyada en una mano. Había una rosa roja delante de él. Estaba increíblemente seductor y maravilloso con aquellos hoyuelos y esa luz en sus celestiales ojos, que en esos momentos eran decididamente perversos.

- Tienes toda la apariencia del gato que se ha comido al canario — le dijo en voz baja — ¿Qué has estado haciendo Selena y tú hoy?.

- Nada.

- Nada — repitió ella, escéptica. ¿Y por qué no se lo creía?. Porque Niall tenía la apariencia de un niño que acaba de hacer una travesura. Su mirada bajo hasta la rosa.

- ¿Es para mí?.

- Sí.

Ella sonrió ante su escueta y cortante respuesta. Dejó caer sus zapatos al lado de la cama y se quitó las medias. Al alzar la vista, captó la mirada de Niall que había estirado el cuello para no perderse nada. Él volvió a sonreír. Victoria cogió la rosa y aspiró su dulce aroma.

- Es una sorpresa encantadora — dijo, besándolo en la mejilla — Gracias.

- Me alegra que te guste — susurró, acariciándole el mentón.

Victoria se alejó con renuencia y cruzó la habitación para depositar la rosa sobre la cómoda, y abrir el cajón superior. Se quedó paralizada. Sobre la ropa había un pequeño ejemplar de Peter Pan, adornado con un gran lazo rojo. Boquiabierta, lo cogió y desató el lazo. Al pasar la primera página, su corazón dejó de latir un instante.

- ¡Oh Dios mío!. ¡Es una primera edición, y firmada!

- ¿Te gusta?

- ¿Que si me gusta? — le contestó con los ojos humedecidos — ¡Niall!

Se arrojó sobre él y depositó una lluvia de besos sobre su rostro.

- ¡Eres tan maravilloso!. ¡Gracias!

Y por primera vez, Victoria lo vio avergonzado.

- Esto es… — su voz se desvaneció al mirar hacia el vestidor. La puerta estaba entreabierta y la luz del interior encendida.

No podía haber…

Muy lentamente, Victoria se acercó. Abrió la puerta y miró dentro. Los ojos se le llenaron de lágrimas de alegría y la invadió una oleada de calidez. Las estanterías estaban de nuevo llenas de libros. La mano le temblaba mientras acariciaba los lomos de su nueva colección.

- ¿Esto es un sueño? — susurró.

Sintió a Niall tras ella. No la estaba tocando, pero podía percibirlo con cada poro, con cada sentido de su cuerpo. No era nada físico pero conseguía que la tierra temblara bajo sus pies. Y la dejaba sin aliento.

- No pudimos encontrarlos todos, especialmente las ediciones de bolsillo, pero Selena me ha asegurado que hemos conseguido los más importantes.

Una única lágrima descendió por la mejilla de Victoria al ver las copias de los libros de su padre.

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