capitulo 64

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- En ese caso… — él deslizó la mano muy lentamente por el cuerpo de Victoria hasta llegar a su ombligo, y bajó aún más separando los húmedos rizos de su entrepierna para acariciarle el clítoris. Se mordió los labios mientras los dedos de Niall jugueteaban con ella, acoplándose al ritmo que imponían sus caderas. Cada vez más rápido, más hondo y con más fuerza.

La cogió por la cintura y la ayudó a seguir el frenético ritmo. Cómo deseaba poder abandonar el cuerpo de Victoria el tiempo suficiente como para enseñarle unas cuantas posturas más. Pero no les estaba permitido. Por ahora. Pero cuando llegara el amanecer…

Sonrió ante la perspectiva. En cuanto amaneciera tenía toda la intención de mostrarle una nueva forma de utilizar el Reddi-wip. Victoria perdió la noción del tiempo mientras sus cuerpos se acariciaban y se deleitaban en su mutua compañía. Sintió que la habitación comenzaba a girar bajo sus expertas caricias, y se dejó llevar por la maravillosa sensación de expresar el amor que sentía por él. Los dos estaban cubiertos de sudor, pero no dejaron de saborearse; seguían disfrutando de la pasión que al fin compartían. Esta vez, cuando Victoria se corrió, se desplomó sobre él.

La profunda risa de Niall reverberó por su cuerpo mientras pasaba sus manos por su espalda, sus caderas y por sus piernas. Victoria se estremeció. Estaba extasiado por el hecho de tener a Victoriadesnuda y tumbada sobre él. Sentía sus pechos aplastados sobre su torso. Su amor por ella brotaba de lo más hondo de su alma.

- Podría quedarme así tumbado para siempre — dijo en voz baja.

- Yo también.

La rodeó con los brazos y la atrajo aún más hacia él. Notó cómo sus caricias se ralentizaban y su respiración se hacía más relajada y uniforme. En unos minutos estuvo completamente dormida. La besó en la cabeza y sonrió mientras se aseguraba de que su miembro no abandonara el lugar donde debía estar.

- Duerme preciosa — susurró — Aún falta mucho para el amanecer.

Victoria se despertó con la sensación de tener algo cálido que la llenaba por completo. Cuando comenzó a moverse, fue consciente de unos brazos fuertes como el acero que la inmovilizaban.

- Con cuidado — le advirtió Niall — No la saques.

- ¿Me quedé dormida? — balbució, sorprendida de haber hecho tal cosa.

- No importa. No te perdiste gran cosa.

- ¿De verdad? — le preguntó ella meneando las caderas y acariciándolo con todo el cuerpo.

Él soltó una carcajada.

- Vale, de acuerdo. Te perdiste un par de cosillas.

Se incorporó y lo miró a lo ojos. Trazó la línea de la mandíbula con un dedo que Niall capturó y mordisqueó en cuanto llegó a los labios. Súbitamente, él se incorporó y se quedó sentado con ella en su regazo.

- Mmm, me gusta — dijo ella mientras le pasaba las piernas alrededor de la cintura.

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