Ella saltó y chilló al escuchar la voz de Niall a su espalda.
Él la observaba con curiosidad, con una expresión que muy bien podría haber encontrado divertida si no hubiese estado tan aterrorizada.
- ¿Estás bien? — le preguntó él.
- Sí, lo siento — dijo, colgando el teléfono —. Era ese paciente del que te hablé. Rodney Carmichael. Me saca de quicio.
- ¿Qué?
- Que me pone muy nerviosa — por primera vez, agradecía muchísimo la presencia de Niall. De no estar él, se habría ido a casa de Selena y Chris, en busca de su hospitalidad durante el fin de semana
—. Venga — le dijo mientras apagaba la luz de la cocina —. ¿Nos vamos arriba y empiezo a enseñarte a leer?
Niall negó con la cabeza.
- No abandonas, ¿verdad?
- No.
- Muy bien — le respondió, siguiéndola escaleras arriba —. Acepto que me des clases si te pones la negligé roj…
- No, no y no — dijo ella, deteniéndose en mitad de la escalera y girándose para mirarlo —. Me temo que eso no va a ser posible.
Él se acercó y acarició el pelo que le caía sobre el hombro.
- ¿No sabes que necesito una musa que me anime a aprender? ¿Y qué mejor musa que tú vestida con…?
Victoria le colocó los dedos sobre los labios para impedir que siguiera hablando.
- Si me pongo eso, dudo mucho que vayas a aprender algo que no sepas ya.
Él le mordisqueó los dedos.
- Prometo comportarme bien.
Sabiendo que era una idea pésima, dejó que la convenciera.
- Será mejor que te comportes — le advirtió, mirándole por encima del hombro mientras acababa de subir los escalones.
Victoria entró en el enorme vestidor que su padre había convertido en biblioteca años atrás, y rebuscó en los estantes hasta encontrar su viejo cuento de Peter Pan.
Niall rebuscó en sus cajones hasta encontrar el deplorable atuendo.
Intercambiaron objetos en el centro de la habitación. Victoria corrió hacia el cuarto de baño y se cambió de ropa pero, tan pronto como se contempló en el espejo, con la diáfana prenda roja, fue incapaz de moverse. ¡Puaj! Si Niall la veía con esas pintas saldría dando alaridos de la habitación.
Incapaz de soportar la humillación de verlo decepcionado por su cuerpo, se quitó la negligé y se puso su sencilla camisola rosa. Se envolvió en su grueso albornoz antes de regresar a la habitación.
Niall meneó la cabeza.
- ¿Por qué te has puesto eso?
- Mira, no soy idiota. No tengo el tipo de cuerpo que hace que los hombres babeen.
- ¿Qué estás intentando decirme?, ¿que eres un hombre?
Ella frunció el ceño ante su lógica.
- No.
- ¿Entonces cómo sabes que tu cuerpo no despierta el deseo de un hombre?
- Porque no soy ciega. ¿Vale? Los hombres no babean por mí del mismo modo que las mujeres hacen contigo. ¡Maldita sea!, me considero afortunada cuando se dan cuenta de que soy una mujer.
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Leyenda de Amor
RomanceHACE UNOS millas de años atras, Niall Horan FUE maldecido; FUE encerrado En un libro por la eternidad, Condenado Por Los resentimiento y celos de los Dioses. Alli su vida inmortal seria, envejecer pecado, estancado, Poder pecado avanzar jamas. Cada...