Niall miró a Victoria, que estaba a unos metros de distancia, y ella le sonrió.
- Estoy segura de que él lo sabe.
- ¿Puede arreglar mi muñeca? — le pidió Katie, ofreciéndosela.
Niall soltó a Allison y cogió la muñeca.
Le puso el brazo en su sitio y se la devolvió.
- Gracias — le dijo Katie mientras se arrojaba a su cuello y le daba un fuerte abrazo.
El anhelo que reflejó el rostro de Niall hizo que a Victoria le diera un pinchazo el corazón.
Sabía que en ese momento, él estaba viendo la cara de su propia hija al mirar a Katie.
- De nada, pequeña — le contestó con voz ronca, alejándose de ella.
- ¿Katie, Tommy, Bobby? ¿Qué estáis haciendo ahí?
Victoria alzó la mirada mientras Emily rodeaba la casa.
- No estaban molestando a la señorita Victoria, ¿verdad?
- No, para nada — le respondió Victoria. Emily no pareció escucharla porque siguió regañando a los niños.
- ¿Y qué está haciendo Allison aquí? Se suponía que debía estar en el patio trasero.
- ¡Oye mamá! — gritó Bobby acercándose a ella a la carrera —. ¿Sabes jugar a Parcelon? El señor Niall nos ha enseñado.
Victoria se rió a carcajadas mientras los cinco regresaban al jardín delantero, con Bobby hablando sin parar.
Niall tenía los ojos cerrados y parecía estar saboreando el sonido de las voces infantiles.
- Eres todo un cuenta cuentos — le dijo Victoria cuando se le acercó.
- No creas.
- En serio — le contestó ella con énfasis —. ¿Sabes? Me has hecho pensar. Bobby tiene razón, serías un maestro estupendo.
Niall le sonrió satisfecho.
- De general a maestro. ¿Por qué no cambiarme el nombre al de Catón el Viejo e insultarme mientras estás en clase?
Ella se rió.
- No estás tan ofendido como quieres hacerme creer.
- ¿Y cómo lo sabes?
- Por la expresión de tu rostro, y por la luz que hay en tus ojos — le cogió el brazo y lo llevó de vuelta al porche —. Deberías pensar seriamente en esa posibilidad. Selena consiguió su licenciatura en Tulane y conoce a mucha gente allí. ¿Quién mejor para enseñar Historia Antigua que alguien que la conoció de primera mano?
No le contestó. En lugar de eso, Victoria notó cómo movía los pies, descalzos, sobre la tierra.
- ¿Qué estás haciendo? — le preguntó.
- Disfrutando de la sensación de la hierba — respondió él con un susurro —. Las hojas me hacen coquillas en los dedos.
Ella sonrió ante lo infantil de su actitud.
- ¿Para eso saliste?
Él asintió.
- Me encanta sentir el sol en la cara.
Victoria sabía, en el fondo de su corazón, que había podido disfrutarlo en contadas ocasiones.
- Vamos, prepararemos unos cuencos de cereales y comeremos en el porche.
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Leyenda de Amor
Любовные романыHACE UNOS millas de años atras, Niall Horan FUE maldecido; FUE encerrado En un libro por la eternidad, Condenado Por Los resentimiento y celos de los Dioses. Alli su vida inmortal seria, envejecer pecado, estancado, Poder pecado avanzar jamas. Cada...