capitulo 49

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Él se encogió de hombros.

- No tenía otra cosa que hacer — Aunque lo dijo con un tono despreocupado, algo en su actitud traicionaba su pretendida indiferencia.

- Aún así, te lo agradezco mucho —le dijo ella mientras entraba y miraba todo el trabajo que había hecho. Con el corazón en la garganta, colocó las manos sobre la cama de caoba

— Ésta era la cama de mi abuela — le dijo — Todavía escucho la voz de mi madre cuando me contaba cómo mi abuelo la hizo para ella. Era carpintero.

Con la mandíbula tensa, Niall contempló la mano de Victoria.

- Es duro, ¿verdad?.

- ¿Qué?.

- Dejar que los seres amados se vayan.

Victoria sabía que Niall hablaba desde el fondo de su corazón. El corazón de un padre que añoraba a sus hijos.

Aunque la pesadilla ya no le persiguiese por las noches, ella le oía susurrar sus nombres, y se preguntaba si era consciente de la frecuencia con la que soñaba con ellos. Se preguntaba cuántas veces al día pensaba en ellos y sufría por su muerte.

- Sí — le contestó en voz baja — pero tú lo sabes mejor que yo, ¿no es cierto?.

Niall no contestó.

Victoria dejó que su mirada vagara por la habitación.

- Supongo que ya va siendo hora de seguir adelante, pero te juro que aún puedo escucharlos, sentirlos.

- Es su amor lo que percibes. Aún está dentro de ti.

- ¿Sabes? creo que tienes razón.

- ¡Eh! — gritó Selena desde la puerta, interrumpiéndolos — Chris está encargando una pizza, ¿les apetece comer algo?

- Sí — contestó Victoria.

- ¿Y tú? — le preguntó Selena a Niall.

Niall sonrió a Victoria.

- Me encantaría comer pizza.

Victoria soltó una carcajada al recordar cómo Niall le había pedido pizza la noche que lo invocaron.

- Vale — dijo Selena — pizza para todos.

Niall le dio a Victoria los anillos de su madre.

- Los encontré en el suelo.

Se acercó a la cómoda para guardarlos, pero se detuvo. En lugar de eso, se los colocó en la mano derecha y, por primera vez después de unos cuantos años, se sintió reconfortada al verlos.

Al salir de la habitación, Niall cerró la puerta.

- No — le dijo Victoria — déjala abierta.

- ¿Estás segura?.

Ella asintió.

Cuando entraron en su dormitorio, vio que Niall también lo había ordenado. Pero al contemplar las estanterías que habían guardado sus libros, ahora vacías, se le rompió de nuevo el corazón.

En esta ocasión no protestó cuando Niall cerró la puerta.

Horas más tarde y después de haber comido, Victoria pudo convencer a Selena y a Chris de que se fueran.

- Estoy bien, de verdad — les aseguró por enésima vez en la puerta. Agradecida por la presencia de Niall, colocó la mano sobre su brazo — Además, tengo a Niall.

Selena la miró con severidad.

- Si necesitas algo, me llamas.

- Lo haré.

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