Niall miró el bulto que se apreciaba bajo los vaqueros. Había llegado la hora de darle utilidad. Debería estar encantado. Era lo que había querido desde el primer instante en que la vio. Pero, por alguna razón, le dolía el hecho de tomarla así. Por lo menos no le harás daño. ¿No?. De hecho, dudaba mucho que Paul la hubiese hecho sufrir tanto como él estaba a punto de hacer.
- ¿Niall?
- Voy — le contestó, obligándose a abandonar el sofá.
En la puerta, volvió la cabeza para mirarlo todo por última vez. Incluso ahora podía ver la imagen de Victoria tumbada en el sofá, con los pechos cubiertos de nata mientras él, muy lentamente, los lamía hasta no dejar ni rastro de la crema. Podía escuchar su risa y ver el brillo de sus ojos cada vez que la llevaba al clímax.
«No me abandones, Niall», le había susurrado la noche anterior mientras él supuestamente dormía, y sus palabras le habían abrasado. Ahora le estaban partiendo en dos el corazón.
- ¿Niall?
Dándose la vuelta, se encaminó hacia las escaleras y se apoyó en el pasamanos. Sería la última vez que subiría estos escalones. La última vez que cruzaría el pasillo para llegar al dormitorio de Victoria . Y la última vez que la vería en su cama…
Con el corazón en la garganta, se dio cuenta de que apenas podía respirar.
¿Por qué tenía que ser así?. Soltó una amarga carcajada. ¿Cuántas veces se habría hecho esa misma pregunta?.
Se detuvo al llegar a la puerta. La habitación estaba alumbrada por la tenue luz de las velas, pero lo que más le impresionó fue ver a Victoria con la negligé roja que él había elegido.
Estaba arrebatadora. De repente, sintió que la lengua acababa de caérsele hasta el suelo y que era imperante enrollarla de nuevo para meterla en la boca.
- No vas a ponérmelo fácil, ¿verdad? — le preguntó con voz ronca.
Ella le dedicó una sonrisa traviesa.
- ¿Debería hacerlo?
Totalmente embobado por ella, Niall era incapaz de mover un músculo mientras observaba cómo se acercaba.
- ¿No tienes demasiada ropa?
Antes de que pudiese responder, ella agarró el borde inferior de su camisa y la levantó hasta pasarla por su cabeza.
Una vez la arrojó al suelo, alargó un brazo y colocó la mano en su pecho, justo sobre el corazón. En ese instante, para Niall era la mujer más hermosa del mundo. Ni siquiera la belleza de su madre podía competir con la de Victoria .
Permaneció inmóvil como una estatua mientras ella deslizaba las manos sobre su piel, provocándole escalofríos.
No, no iba a ponérselo nada fácil. Niall notó que ella intentaba desabrocharle el botón del pantalón.
- Victoria — le advirtió, y le apartó las manos.
- ¿Mmm? — murmuró ella, con los ojos oscurecidos por la pasión.
- No importa.
Ella se apartó y se subió a la cama. Niall contuvo el aliento al vislumbrar su trasero desnudo a través de la diáfana gasa de la negligé. Se tumbó de lado y lo miró fijamente. Tras despojarse de los vaqueros, se unió a ella. Hizo que se tendiera de espaldas y, en esa posición, el profundo escote dejó a la vista uno de sus pechos.
Niall se aprovechó de la situación.
- ¡Oh, Niall! — gimió Victoria .
La sintió estremecerse bajo él cuando pasó la lengua alrededor del endurecido pezón.
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Leyenda de Amor
Roman d'amourHACE UNOS millas de años atras, Niall Horan FUE maldecido; FUE encerrado En un libro por la eternidad, Condenado Por Los resentimiento y celos de los Dioses. Alli su vida inmortal seria, envejecer pecado, estancado, Poder pecado avanzar jamas. Cada...