Cap 2

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Era un nuevo día en la vida de Hank.

Solo que un día nuevo desde que su vida empezó a cambiar poco a poco.

Se levantó de su cama entre un bostezo, estiró sus brazos y sonrió levemente. Después de despertarse un poco lavándose la cara bajó a la cocina a prepararse el desayuno. Él era consciente de que por desgracia esa comida se la pagaba su hermana, la razón era por que no le admitirían en ningún trabajo mientras siguiera en rehabilitación.

Suspiró dándole un mordisco a esa deliciosa tostada mientras su mente andaba divagando en los recuerdos, con exactitud en los de su infancia.

Hank no vivió una infancia feliz. Como su familia era extremadamente religiosa y tradicional fue criado con el estereotipo de hombre que protege a la mujer y no debe llorar o mostrar sus sentimientos bajo ningún concepto.

Aún así Hank siempre fue un niño muy sensible y de lágrima rápida, básicamente se consideraba alguien débil. Harto del sentimentalismo de su hijo, su padre empezó a castigarlo cada vez que lloraba.

"No debes llorar, eso no es de hombres, es de personas débiles o maricones".

Y el pequeño Hank, que no dejaba de mirar como su hermana jugaba con muñecas o aprendía a coser con su madre mientras ella la hablaba con todo el cariño del mundo siempre se preguntaba: "¿Por qué a ella la hablan bonito y a mí no?".

A escondidas de sus padres, Beatríz y Hank jugaban con las muñecas de la primera, hasta que un día los pillaron y Hank volvió a ser castigado con el cinturón de su padre.

A pesar de todo esto Hank nunca cambió, siempre fue el chico tímido y sentimental. Sobre todo al conocer a Caterine, esa fémina sacó toda su verdadera personalidad sin que Hank se sientiera incómodo o mal consigo mismo.

Fue cuando ella se fue que se dio cuenta de que sus padres llevaban razón, era alguien débil, tanto, que no pudo soportar la desaparición de su esposa ni tragarse su dolor en frente de su hijo. Acabó explotando y liberando sus emociones de la peor manera posible. Cave destacar que la droga y el alcohol afectaron en eso, él no sería capaz de pegar a su hijo estando consciente de sus actos.

Trató de desviar esos pensamientos y recuerdos para no ponerse melancólico. Su psicólogo le había recomendado que debía aceptar su pasado pero sin estancarse en él y mirar al frente esperando el futuro.

Hank podía admitir que, aunque al principio no le hiciera caso a ese hombre, según iba siguiendo sus consejos había mejorado, podía asegurar que hasta de vez en cuando se sentía feliz... Y eso era algo que hacía mucho que no sentía.

Lo que era cierto es que se sentía solo en su casa sin la compañía de su hijo, aunque no permitiría que él viviera a su lado hasta dejar toda su ira y adicciones del todo, no quería volver a dañarlo.

Esa fue una de las razones por las que trató de suicidarse, porque desesperado pensando en que nunca cambiaría mientras permanecía en una profunda soledad seguramente infinita, con el miedo de dañar a su hijo, decidió que era la mejor opción.

Era la opción fácil, lo admitía... No le daba miedo admitir que era tan débil que no valía para luchar. Ni siquiera sabía de dónde estaba sacando fuerzas para seguir con esa actual vida "luchadora".

Hablando de eso, ahora iría a una sesión con su psicólogo, y después, a rehabilitación. Después de todo aquello iría al gimnasio, quería recuperar la figura que antes tenía para subir aunque fuera un poco más su autoestima.

...

"Otro día solitario" pensó. Aunque su semblante melancólico cambió al recordar que su hijo junto con su hermana iban a visitarlo en unas horas.

~Follow you~ {GoldxFreddy Goldred} T2 (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora