Capítulo V - Buena Charla.

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Narra Ari

Pobre Temo... se le traba la lengua a veces y se ve muy chistoso cuando se pone rojo. Será mejor que me dé prisa, debe tener mucho que desempacar y debo ayudarlo.


Yo: Chau pa, voy a estar en casa de Temo me ofrecí a ayudarlo a desempacar sus cosas.

Audifaz: Claro hijo, me lo saludas.


Salí de casa y fui a la panadería por unas donas, luego subí y toqué el timbre, escuché un estruendo, me abrió un Temo con una caja en la cabeza. Al parecer se le cayeron unas cosas. Yo lo vi y no pude parar de reír.


Temo: No es gracioso, Aristóteles – dijo mientras se sacaba la caja de la cabeza y se sacudía su cabello – entra y ayúdame por favor... ya ves que soy un desastre.

Yo: Ay Temo... mira traje unos bocadillos para cuando hagamos un descanso.


Fuimos a su cuarto y nos pusimos manos a la obra. Estuvimos desempacando su ropa, sus libros, ciertas figuras de acción que tenía, etc. Así estuvimos un buen rato, hasta que Temo dijo que nos tomemos un break y comiéramos las donas.


Yo: ¿Qué es esto? – dije mientras sostenía un viejo álbum de fotografías.


Noté que Temo se puso algo triste y me quise disculpar pero él no me dejó.


Temo: ¿Sabes? Creo que es bueno hablar para sanar las cosas, permíteme – dijo mientras tomaba el álbum en sus manos – ellos son mis papás el día que se casaron.

Yo: ¿Ella es tu mamá?...

Temo: Sí... e-ella falleció cuando me tuvo a mí... nunca llegué a conocerla – dijo mientras unas lágrimas salían de sus ojos.

Yo: No sabía Temo, lo siento mucho.... – lo abracé y él puso su cabecita sobre mi hombro y lloró un poco.

Temo: ¿Sabes?, mi papá no quería que al llegar aquí le dijéramos a todo el mundo sobre el pasado... pero a ti siento que puedo contarte todo. – dijo mientras nos separábamos.


Temo me mostró las demás fotos, además me contó la historia de cómo antes, cuando él era pequeño, Pancho conoció a una Sra. que les cambió la vida...


Temo: ... y eso es todo, mis hermanos están casados, mis tías también tienen su propia vida. Los extraño pero todos nos recordamos con mucho cariño todos los días. Quizás nunca conocí a mamá pero tuve grandes mujeres a mi lado que me cuidaron mucho... mi tía Candy, mi tía Chela, mi abuelita Fernanda, Rebec... – se detuvo súbitamente.

Yo: ¿Estás bien, Temo?


Él se quedó en silencio un momento y se decidió a contarme sobre Rebeca y la historia con su papá.


Yo: Debió haber sido muy doloroso para todos...

Temo: Cuando Rebe murió sentí que la historia se repetía... la quería como a una madre y... se había ido, sabía que no la volvería a ver – dijo mientras su voz se quebraba para luego ponerse a llorar.

Yo: Ven aquí – dije mientras lo abrazaba – ella estará siempre contigo, con tu papá y con los mellizos, ¿sabes por qué? Porque siempre estará en tu corazón.

Temo: Gracias Ari, mira nomás ya te dejé la camisa toda mojada – dijo mientras nos separábamos y daba una pequeña risita.

Yo: No te preocupes Temo, de hecho gracias por la confianza y no te preocupes, no le diré a Pancho que me contaste todo eso. – Dije mientras le sonreía – mira qué tenemos aquí, ¿es el libro de mi papá verdad?

Temo: Sí, sí, sabía que lo había dejado en alguna de estas cajas. Tengo que llevárselo a tu papá para que me lo firme. – dijo emocionado.

Yo: Déjamelo, yo haré que te lo firme y te lo regreso mañana.


Narra Temo

Recordar viejos tiempos me puso algo mal, pero ver cómo Ari está ahí para mí me hizo sentir de maravilla. Sé que mi mamá y Rebeca me hubieran ayudado con lo que estoy atravesando... y ahora más que conocí a Aristóteles, creo que ya estoy seguro.

Seguíamos ordenando las cosas, ya más calmados, en lo que suena mi teléfono.


Yo: ¡Es Diego! Me olvidé por completo que íbamos a hablar hoy.

Ari: ¿Tu amigo de Toluca? Contesta, de paso nos presentas – dijo mientras deslizaba su dedo en mi pantalla.


Facetime


Diego: ¿Alguien se olvidó que íbamos a conversar Sr López?

Yo: Hola Diego... lo siento pero es que...

Ari: ¡Hola que tal! Mucho gusto, soy Aristóteles. Sorry es mi culpa que Temo no te escribiera, pasamos toda la tarde aquí. – dijo interrumpiéndome y acercándose a mí para que Diego nos vea.

Diego: Con que tú eres el famoso Aristóteles, es un placer soy Diego y Temístocles me ha hablado mucho de ti.

Yo: ¡Diego! – le reclamé

Ari: Tranquilo Temo, él también me ha hablado mucho de ti Diego. Ojalá algún día puedas venir a Oaxaca, así podríamos salir los tres.


Este par hablan como si se conocieran de toda la vida. Estuvieron como una media hora platicando y yo casi de adorno, hasta que Ari tuvo que irse porque tenía que ayudar a Polita con algunas cosas en casa. Deje a Diego en espera un momento y acompañé a Ari hasta la puerta.


Yo: Gracias por venir y por escucharme Ari... – sonreí.

Ari: Me la pasé muy bien contigo, Temo; y casi terminamos de desempacar todas tus cosas. Además, gracias por la confianza – dijo mientras tocaba mi hombro – sabía que seríamos grandes amigos. ¿Lo somos verdad?

Yo: S-sí... – dije – lo somos.

Ari: Bye Temo, fue una buena charla.


Cerré la puerta y sonreí como nunca lo había hecho en mi vida...

El Corazón Nunca se Equivoca - Aristemo (T1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora