Capítulo IX - Noria Infinita.

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Narra Ari

Últimamente he notado algo muy sospechoso entre Alexa y Temo, siempre los veo conversando en voz muy baja y cuando llego cambian de tema y Temo en particular se pone más nervioso de lo normal. ¿Acaso están gustándose? No sé por qué esta situación me incomoda bastante... ¿será porque mis dos amigos no me han dicho nada? O será por algo más...


(En el puesto de helados)


Yo: Me da dos de chocolate y dos de fresa por favor.

Beto: Oye Ari, como que algo pasa entre esos dos ¿no? – me dijo mientras me hacía voltear y veía como Temo y Alexa se estaban abrazando.


No sé cómo explicarlo, pero se me hizo un nudo en el estómago cuando vi esa escena. Beto se dio cuenta y chasqueó sus dedos cuando no reaccionaba.


Beto: ¡Ari! – Me gritó – los helados ya están.

Yo: S-sí, sí. Gracias, lo siento.


Pagué los helados y fuimos con ellos cerca de la noria. Ni bien nos acercábamos ellos se separaron.


Yo: ¿Pasó algo? – pregunté

Alexa: No, nada Ari, sólo que Temo me dijo que le dan miedo las alturas y se siente nervioso de subirse en la noria

Beto: Tranquilo Temo, igual iremos en parejas así que no estarás solo.

Alexa: Sí es cierto Beto – dijo mientras se levantaba y tomaba a Beto del brazo – y tú vendrás conmigo. Casi no nos conocemos eh. Temo y Ari pueden ir juntos.


Me siento calmado que iré con Temo en la noria... hasta podría decir que esperaba que pasara. Con esto creo que puedo olvidarme de mi loca teoría que a Alexa le gusta el buen Temo.

Nos subimos a la noria, primero fueron Beto y Alexa quienes conversaban de todo un poco. Se habían saludado antes pero en sí casi no se ven, así que esta oportunidad era la ideal para que se conozcan mejor. Yo subí con Temo en la siguiente cabina y el juego arrancó. Ya cuando topamos cierta altura rompí la tensión que había, puesto que Temo estaba muy nervioso.


Yo: Hey, ¿estás asustado?

Temo: A-algo... no pensé que estaría en una situación así.

Yo: Sabes, he notado algo recientemente Temo y quiero preguntarte. Así que necesito que seas lo más sincero conmigo.

Temo: Cl-claro... – me dijo extrañado y algo nervioso.

Yo: ¿Tú y Alexa... tienen algo?

Temo: ¿Qué?...

Yo: No tranquilo – repliqué casi de inmediato – no es que diga que está mal, sólo que sí me hubiese gustado que me dijeran. Se supone que los tres somos grandes amigos y qué mejor que verlos felices – de repente siento un dedo en mi boca.

Temo: No tengo nada con Alexa – dijo casi riendo un poco – ella es una persona increíble, siempre le diré que es mi salvadora... pero no me gusta.

Yo: Ya veo... lo siento si te incomodé pero es que tenía esa curiosidad, como siempre los veo conversando casi susurrando... pues, mi mente voló y ya.


Narra Temo

¿Es mi impresión o Aristóteles Córcega está celoso? Se ve tan lindo bajo la luz de la luna, lo tengo tan cerca que sería la oportunidad perfecta para contarle todo... pero me dije a mí mismo que tendría paciencia y saldría del clóset con mi familia en primer lugar.


Yo: Ari... – me acerqué – lo que pasa es que Alexa me estaba aconsejando porque hay alguien que... me gusta mucho y... no sabía qué hacer.

Ari: ¿Y por qué no me lo dijiste a mí? – me dijo extrañado y creo que algo enojado

Yo: Es que ella conoce a esa persona y sabría que podía hacer yo – justifiqué – pero igual obvio te lo iba a decir, tú eres muy especial para mí...


Noté que una leve sonrisa se dibujó en su rostro y de repente saca algo de su mochila.


Ari: ¿Sabes? Ha pasado casi un mes y no te he dado esto. – Dijo mientras sacaba el libro de su papá – Esperaba una situación especial, y qué mejor que ahora.

Yo: Creí que te habías olvidado... no quería decirte nada porque pensé que tenías cosas más importantes que hacer.

Ari: Cómo crees que me iba a olvidar que me ofrecí a hacer que papá lo firme. Esa vez fue especial para los dos, nuestra amistad se fortaleció mucho.

Yo: Tú me escuchaste a mí, y como veo que este viaje en noria es eterno, cuéntame tú a mí todo lo quieras.


Lo miraba como un tonto mientras le decía eso. Ya no necesito más tiempo, estoy enamorado de Aristóteles y tengo que hacer que él se enamore de mí. Él me contó todo sobre su familia y cómo lo aceptaron con sus gustos y todo. No sé si sea lo que me estoy imaginando... pero cuando terminó no me contuve más y lo abracé.


Yo: Ya estamos a mano – dije sin soltarlo

Ari: Sí, gracias por todo Temo.


De repente sentimos que el juego se detiene y que Alexa y Beto estaban esperando que nos bajemos. Nos separamos y obviamente me di cuenta de la mirada de satisfacción de Alexa.


Yo: Mira Alexa, ¡al fin tengo el autógrafo! – dije emocionado

Alexa: Por supuesto Temito, tu felicidad se nota muchísimo.


Era obvio que lo dijo con doble sentido, sabía perfectamente por qué tenía esa sonrisa de oreja a oreja. Su plan había funcionado. Nos fuimos de la feria ya caída la noche, los padres de Alexa nos pasaron recogiendo y nos dieron el aventón a nuestras casas. Dejamos a Beto y luego fuimos a nuestro edificio. Ari bajó primero mientras se despedía, yo lo secundé.


Alexa: Bien hecho Temo – dijo mientras me guiñó el ojo.


Yo le sonreí como diciéndole que tenía la razón y subí con Ari al edificio. Nos despedimos y cada quien entró a su casa no sin antes darnos un abrazo y vernos directo a los ojos... mi corazón salía del pecho.

Sin embargo, no esperaba todo lo que esta noche iba a desencadenar.


Pancho: ¡¡¡Lindas horas de llegar Cuauhtémoc!!!

El Corazón Nunca se Equivoca - Aristemo (T1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora