Narra Ari
Wow, nunca me había sentido tan bien en toda mi vida. Desde hace unas semanas vengo preguntándome qué me pasa cuando estoy con Temo... simplemente me gusta estar con él. Es mi amigo y lo quiero, pero no sé si precisamente como amigo. Estoy realmente muy confundido.
Entré a mi departamento y veo que mis papás estaban esperándome en la sala algo preocupados.
Audifaz: ¿Qué paso Aristóteles? Creí que iban a llegar más temprano... – dijo mi papá algo serio pero no tan enojado.
Polita: Nos tenías preocupados hijo, por qué no avisaste que iban a demorar un poco.
Yo: Lo siento, en serio, se nos fue el tiempo. Pero tranquilos eh, los papás de Alexa nos trajeron hasta acá. Lamento que nos hayamos tardado...
Mis papás se vieron entre ellos y decidieron pasar por alto este pequeño atraso.
Audifaz: Está bien hijo, sólo por esta vez y porque vemos que regresaste bastante feliz, te la vamos a dejar pasar – dijo alegremente mi papá – pero que no se vuelva a repetir.
Polita: Sí hijo, además cuéntanos ¿le diste el libro a tu amigo Temo?
Yo: Sí, le encantó. Estaba súper emocionado... – pensé en el momento – se lo di en un momento bastante bonito que compartimos él y yo...
No me había dado cuenta pero mi mamá notó cómo recordaba ese momento y cómo mis ojos brillaban. Papá por otro lado se encontraba feliz porque su fan se había contentado por su libro.
Audifaz: Me alegra que seas amigo de ese muchacho, se ve que tiene buen gusto por la Literatura. – Dijo orgulloso – Pero bueno familia, debo recostarme. Hasta mañana.
Papá se levantó y se despidió de nosotros con un beso y se metió a su habitación. Me quedé con mi mamá y la ayudé a guardar unas cosas en la cocina antes de yo también irme a dormir. Al rato mamá me pregunta:
Polita: Hijo, por como te veo pasaste un buen rato con Temo ¿verdad?
Yo: Sí mamá – dije algo nervioso – también estaba Alexa y nos encontramos a Beto allá...
Polita: Oye hijo cierto – dijo mientras se volteaba – Pancho estaba muy preocupado y algo enojado porque Temo no llegaba... debe ser porque como ellos aún no conocen todo Oaxaca le da miedo que a su hijo le pase algo.
Me quedé pensando en eso y era verdad, Pancho pudo haber regañado fuerte a Temo y después de lo hermoso que pasamos no podía dejar que se sienta mal. Terminé de ayudar a mi mamá y le dije que quería ir a ver si todo estaba bien con Pancho y Temo. Salí y toqué la puerta, me abrió Julio y me dijo que Temo había subido a la azotea porque necesitaba pensar. Sin más, fui corriendo para allá, abrí la puerta que da el acceso a la azotea y ahí lo vi, sentado en el lugar especial que le mostré cuando recién llegó al edificio.
Yo: ¿Temo?...
Temo: ¿Ari? Es media noche... ¿pasó algo? – dijo mientras se volteaba y lo noté algo melancólico como si hubiese llorado.
Yo: Vine a ver como estabas, mi mamá me dijo que tu papá pudo haber reaccionado mal por lo que llegamos tarde.
Temo: Si supieras... – dijo suspirando – ¿sabes?, quiero en este momento decirte muchas cosas. Pero, quiero que primero veamos las estrellas.
Yo: Se ve muy bien Temo. El firmamento es tan hermoso. ¿Sabes?... hay una canción que quise componer hace mucho y hay una frase que quería usar ahí: <El Corazón Nunca Se Equivoca>. ¿Qué te parece?
Temo: Me encantas.
Yo: ¿Verdad que sí? Me gustó mucho, mi papá me ayud... – reaccioné de inmediato – ¿Qué dijiste?...
Temo: Ari... hoy le confesé algo muy importante a mi papá y a mis hermanos. Y quiero confesártelo a ti también. Aristóteles... yo soy gay. Durante mucho tiempo me he guardado este secreto conmigo, la única persona que lo sabía era Diego y fue por eso que nos convertimos en mejores amigos, porque él luchó por mostrarme que no tenía nada de malo en serlo y que tenía que decírselo algún día a las personas más importantes en mi vida... y por eso te lo estoy diciendo Ari.
Me quedé sin palabras, Temo se estaba confesando conmigo y juro por Dios que dijo que le encantaba... ¡que yo le encantaba! No sé cómo decirle que él también me evoca sentimientos que nunca antes había experimentado... pero tengo que decir algo, no puedo quedarme así nomás callado.
Yo: Temo... no sabía, pero no te preocupes – dije mientras tomaba sus manos – yo te quiero mucho, Temo; y no voy a rechazarte, te apoyo y estoy seguro que Alexa también lo hará.
Temo: Ari... ¿te acuerdas de la frase que dijiste? – Dijo mientras se acercaba a mí – ¿la de <El Corazón Nunca Se Equivoca>?... pues tienes razón, tienes toda la maldita razón.
Dicho esto, Temo se lanzó sobre mí y me dio un cálido beso al cual yo no sabía qué hacer, muchas cosas pasaban por mi cabeza. Hasta que me dejé llevar y correspondí el beso, tomándolo por la cintura mientras él ponía sus manos alrededor de mi cuello... Me sentía tan bien, pero creo que el miedo fue más fuerte.
Yo: No, no, no espera – dije mientras me levantaba – esto no está bien...
Temo: ¿Qué dices Ari? Acabo de sentir lo contrario...
Yo: Es que... yo... Temo... lo siento. – no sabía que decir.
Salí corriendo y fui directo a mi casa. Entré a mi cuarto y me acosté en mi cama... no sabía que sentir, acababa de tener mi primer beso... con Temo... y lo disfruté. Pero a la vez el miedo me evoca bastante furia por no saber lo que me está pasando... dejé a Temo solo en la azotea. Soy un tarado.
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El Corazón Nunca se Equivoca - Aristemo (T1)
Novela JuvenilTemo es un chico de 16 años como cualquier otro, le gusta el básquet, es bastante tímido y ama pasar tiempo con su mejor amigo Diego. Pero todo cambia cuando tiene que mudarse de urgencia desde Toluca hasta Oaxaca, dejando todo atrás. Allí conocerá...