Capítulo XXI - Pijamada (Parte 3)

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Narra Temo

Henos aquí, viendo una de las películas favoritas de Alexa mientras comemos palomitas y helado. Ella está sentada a lado de Diego emocionada viendo Chicago y describiéndole a un fascinado Diego el mundo de los musicales. Yo estoy recostado sobre el pecho de Ari y dándole palomitas en su boquita.


Ari: ¿A ti te gustan los musicales?

Yo: Hairspray me gustó mucho...

Ari: No son especialmente mi tipo de peli favorita, pero me divierten. Tener una cinéfila en el grupo es enfrentarte a ver nuevas cosas.

Yo: Lo dice la pareja gay – dije riendo – ¿sí estás cómodo? Así conmigo aquí.

Ari: Claro, me encanta tenerte cerca – muerde sus labios y me da unos picos

Diego: Ari... – voltea a vernos – Ups, sorry chicos no quería interrumpir, sólo quería saber si la panadería aún está abierta.

Ari: Son las 9, si te apuras aún está ahí mi tía Blanca.

Alexa: Quiero ir por unas donas – dijo poniendo pause – voy contigo.

Diego: Ok vamos.


Narra Diego

Es mi oportunidad de dejarlos solos para que hablen y sin querer queriendo Alexa se me unió sin que se lo pida. Aunque creo que me va salir cara la excusa por sus donas.


Narra Ari

Ok Aristóteles, ahora es cuando. Debes hablar con él.


Yo: Amor, ¿puedo hablar contigo de algo?

Temo: Sí ricitos, dime qué pasa – dijo algo nervioso – S-soy todo oídos.

Yo: Este ya empezó a tartamudear, se puso nervioso – pensé – Es que hay un tema que creo que tenemos que hablar.

Temo: De hecho yo también quería hablar contigo de eso... – dijo claramente insinuando lo que estaba pasando

Yo: ¿Neta? Y bueno... ¿qué piensas?

Temo: Dilo tú primero.

Yo: N'hombre, dilo tú

Temo: Los dos a la vez, ¿va?

Yo: Va

Temo: 1...

Yo: 2...

Ambos: No estoy listo para el sexo.


Ambos nos quedamos viéndonos con sorpresa para luego reír como descocidos, nuestras miradas denotaban ternura y algo de vergüenza. Sabíamos muy bien que teníamos que hablar del tema en algún momento, además todas las parejas tienen esa charla... ¿Por qué nosotros seríamos la excepción?


Temo: Estaba asustado... creí que tú querías.

Yo: ¿Yo? Más bien, yo era el que pensaba que me lo estabas insinuando. Digo, si sigues sacándote la camisa en frente mío...

Temo: ¿Te das cuenta que el uno pensó que el otro quería...?

Yo: Sí... ya me contagiaste lo menso, Cuauhtémoc.

Temo: Eso te pasa por andarme besando a cada rato – dijo riendo

Yo: Y... ¿tú quieres?...

Temo: Sí... pero cuando ambos estemos listos – dijo dándome un beso – además no quiero oír a Papancho dándome la charla de nuevo.

El Corazón Nunca se Equivoca - Aristemo (T1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora