Narra Temo
Sentí una mano dándome palmadas en la espalda... era Don Eugenio, el tío de Ari.
Eugenio: ¿Cómo estás Temo?
Yo: B-bien Don Eugenio – dije secándome las lágrimas – Sólo estaba avisándole a un amigo sobre cómo estaba Ari...
Eugenio: Escucha hijo, no quiero que pienses que te odiamos u odiamos a Ari... lo que nos dijo fue una sorpresa muy grande y... y... no supimos cómo reaccionar...
Yo: Ari quería que todos ustedes lo aceptaran...
Eugenio: Juan Pablo nos reprendió cuando ustedes se fueron... para nosotros es algo difícil por nuestras creencias. Mi madre nos inculcó que la familia tradicional es la única familia... Pero me puse a pensar, si mi sobrino es feliz contigo nosotros no tendríamos por qué entrometernos.
Yo: Gracias Don Eugenio – dije sonriendo un poco – lo único que queremos es que nos acepten y nos respeten. Ari los quiere mucho.
Eugenio: Blanca y yo los entendemos, Juan Pablo y Julieta son muy buenos convenciendo – dijo soltando una ligera risa.
Julieta: ¿Todo bien papa-suegro? – preguntó Julieta al vernos conversar
Yo: Sí, Julieta – respondí calmado – Don Eugenio y yo estábamos conversando de todo un poco.
Eugenio: Voy por un café, será una larga noche – dijo levantándose – Todo va a estar bien, Temo.
Julieta: Veo que mi suegro al fin cedió.
Yo: Gracias a ti y Robert...
Julieta: Puede ser que les hayamos dado un empujoncito a mis suegros – se sentó a lado mío – pero ellos también se están dando cuenta que lo tuyo con Ari es especial. A Audifaz le costó, pero ahora mírense, te quiere como a un hijo. La forma en la que él y Polita te defendieron de Doña Imelda, demuestra que saben que eres la felicidad de su hijo y por ende la de ellos. Tulio y Doña Imelda son robles duros de roer, pero el tiempo los hará ceder.
Las palabras de Julieta, más como me trató Don Eugenio, me dieron algo de esperanza. Julieta se quedó conmigo toda la noche, hasta me quedé dormido en sus piernas. Mientras descansaba, los padres de Ari lograron entrar a verlo y pasaron cuidando de él en la noche. Ya en la mañana habían llegado los demás Córcega a ver a Ari y también mi Papancho.
Imelda: ¿Cómo sigue mi nieto, Audifaz?
Audifaz: Está mejor, madre... pero aun no despierta. Los doctores dicen que está estable. Polita está con él ahora.
Pancho: ¿Y mi Temo? Consuegro
Audifaz: Dormido Pancho, Julieta lo hizo que se duerma. El pobre muchacho necesitaba descansar.
Imelda: ¿Osea que pasó toda la noche aquí? – dijo impresionada
Eugenio: Sí mamá.
Tulio: Vaya... eso dice bien del muchacho.
Papancho fue a despertarme y me llevó de vuelta al hotel a pesar que quería ver a Ari. Me di un baño, intenté comer algo, me cambié de ropa y me fui con Alexa de nuevo al hospital, sus padres nos llevaron en su coche.
Alexa: Hay que darle las buenas vibras que Diego le manda a Ari. Mira, hasta una foto editada le mandó – dijo mostrándome su celular.
ESTÁS LEYENDO
El Corazón Nunca se Equivoca - Aristemo (T1)
Fiksi RemajaTemo es un chico de 16 años como cualquier otro, le gusta el básquet, es bastante tímido y ama pasar tiempo con su mejor amigo Diego. Pero todo cambia cuando tiene que mudarse de urgencia desde Toluca hasta Oaxaca, dejando todo atrás. Allí conocerá...