14|No se le llama cita...

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Las últimas dos horas fueron... interesantes. La de matemática fue muy incómoda por culpa de las miradas que Harris me tiraba, pues se sentía como si tuviera un peso en los hombros; no podía concentrarme sin sentir como él no paraba de mirarme. Por otro lado, fue divertido ver a algunas chicas de mis clases querer ligarse a los chicos nuevos, pero entre más interesadas se veían, menos les regresaban la palabra. Al final del día, me fui a casa acompañada por mis hermanos, casi como escoltas; sin embargo, debía hablar con Becca antes.

—Me voy —anuncia, emocionada, moviendo sus manos en ese famoso paso de jazz. Tiene una sonrisa enorme en su rostro, la cual quisiera copiar, pero ni siquiera sé de qué habla.

—¿Qué? —pregunto, metiendo unas cosas a mi mochila desde mi casillero, la miro directo a los ojos, pues no entiendo a qué se refiere.

Se da un pequeño golpe en la frente con la palma de su mano, negando lentamente. Saca su brazo de una de las correas de su mochila y empieza a buscar algo dentro de la misma.

—Viste a los chicos de intercambio, a los extranjeros, ¿no? —pregunta, sacando unos papeles y mostrándomelos, asiento como respuesta, porque en definitiva que los vi. Empiezo a leer las hojas, son papeleo de permisos para que ella pueda viajar donde se explica todo muy bien—. Después de que mis amigas se fueron salió la oportunidad de inscribirte para el intercambio, es un internado, así que no hay muchos problemas y pues, resulte ser elegida. Por lo tanto, los chicos vienen y Chloe y yo nos vamos.

Detengo mi lectura en seco, subiendo mi vista a ella en sorpresa.

—Espera, ¿qué? —mi ceño se frunce ligeramente mientras termino de cerrar mi casillero—. ¿Chloe?

Becca solo se encoge de hombros, empezando a caminar a mi lado. —Al parecer ella y yo seremos las que se van a Inglaterra.

Le devuelvo los papeles y mientras los guarda, mi mente analiza que el hecho de Chloe yendo de intercambio no es tan descabellada si tomamos en cuenta la influencia que tienen sus padres en la escuela, así que, si quería ese viaje, fácilmente lo podía conseguir.

Alzo ambas cejas en admiración. —Entonces se van mañana, ¿no?

La castaña me da una sonrisa triste y asiente lentamente. Es una lástima que no le pueda hacer una despedida, pues a pesar de haber pasado unos días apenas, la conexión que siento con ella es la de una amistad por la que estoy agradecida.

Ladeo la cabeza a la derecha, analizando. —¿Sabe Chloe algo de inglés?

Ambas compartimos miradas y empezamos a reír. La verdad es que no sabemos la respuesta, pero tiene que saber, aunque sea lo básico si se va a Londres, ¿no? Aunque con mi curiosidad y ese nervio de chismosa, desearía estar en la clase de inglés de ella para averiguarlo hasta con pruebas.

—Solo he oído rumores, pero por su bien espero que no sean verdad —comenta con una sonrisa.

—En ese caso que te vaya bien. Bueno, a ambas —me acerco para darle un abrazo, pero ella se aleja rápido—. Oye, estoy tratando de mostrar afecto, Preston.

—Y sabes que odio los abrazos —pone los ojos en blanco, con sus manos alzadas como escudo, evitando mi contacto. Doy unos cuantos pasos en su dirección con los brazos abiertos, pero en todo momento me esquiva.

Entonces vuelvo a mi lugar. —Sip —digo, viendo a otro lado—, menos los de Chloe, ¿verdad?

Sonrío con diversión a pesar de que no puede verme. Sigo caminando de lo más normal cuando Becca me da un empujón y casi caigo, pero ella me sujeta del brazo antes de llegar al suelo.

El deportista y ¿la nerd? [PI #1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora