18| ¿Yo o ellos?.. Tú decides

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LOGAN

Los rumores y chismes siempre logran ponerme los nervios de punta cuando son sobre personas con las que me relaciono, de lo contrario me dan igual y la gente puede decir lo que le plazca. Sin embargo, ayer escuché algo que martillaba mi mente y necesitaba sacarlo de mi sistema. ¿Cómo? Sencillo: sexo. Pero fue estúpido al tener en cuenta que mamá dijo que tenía que estar temprano en la escuela hoy, así que le hice caso... o más o menos.

—¿Me puedes repetir por qué me sacaste de la cama antes? —pregunto, pasando por la entrada de la cocina, buscando mi casco para poder salir.

Doy unos pasos atrás, inclinándome para darle un vistazo a mi madre que está terminando su taza de café mientras lee el periódico con serenidad. Me da una mirada ligera, ocultando su sonrisa con la taza enfrente de su boca. Frunzo el ceño en su dirección.

—¿Qué? —exclama, divertida.

—No me respondes.

Se encoge de hombros. —No lo sé, ¿de acuerdo? Solo me avisaron que hoy debías estar a tiempo para la primera hora. Así que, hijo, haznos un favor y llega temprano. No soy fan de que a final de semestre me presenten tus faltas, aparte de tus notas.

Ahora soy yo quien se encoje de hombros con una sonrisa divertida en mi rostro, a lo que mamá niega con la cabeza, achicando los ojos en mi dirección. Cuelgo mi mochila en mis hombros y agarro el casco con una mano, listo para dirigirme a la escuela.

—Nos vemos, ma —me despido, lanzándole un beso al aire.

Ella vuelve a sonreír, sus ojos brillando. —Que te vaya bien, amor. Y cuidado con la moto, por favor.

—Claro —suelto desde la puerta.

Saco la motocicleta del pequeño estacionamiento, me monto en ella, poniéndome el casco y dirigiéndome a la escuela, esta no está muy lejos, pero todo es mejor que caminar. Una vez llego, el ambiente es extraño, no muy recurrente a mí, pues suelo llegar con cinco minutos de antelación al primer toque. Entro con aire despreocupado y me doy cuenta que no soy el único de mi grupo social que ha llegado temprano.

—¿Ustedes también? —pregunto, frunciendo el ceño mientras chocamos puños.

Igual que yo, no saben mucho, solo que sus padres les sugirieron estar temprano el día de hoy y así lo hicieron. Sin darle tantas vueltas al asunto, me separo de ellos para ir a dejar mis cosas a mi casillero, sin embargo, cuando estoy a punto de cruzar una esquina unas chicas mencionan un nombre que capta mi atención.

—Es que, por favor, ¿qué le ven los chicos nuevos a una nerdecita como ella? —exclama una, su indignación hirviendo junto a su expresión—. Dylan no tiene nada del otro mundo. Ni siquiera una pizca de especial, es tan ordinaria como cualquier otra.

—No —agrega la otra justo cuando doblo la esquina, pero en lugar de avanzar, me quedo contra la pared para escuchar—, aunque está conquistando chicos del primer mundo. Ya quisiera que ambos me invitasen a salir.

—Cállate —suelta una tercera con molestia—. Sea lo que sea que le vean a Dylan, no creo que sea real. Nadie le ha prestado atención nunca. Es solo una chiquilla que ha tenido un poco de suerte, pero esta se le acabará tarde o temprano. Solo es una zorra que quiere follarse a dos al mismo tiempo.

Me muevo de mi lugar molesto, aun las escucho murmurar, repitiendo el nombre de Dylan en pésimos comentarios sobre su persona. Bastante tenía con haberlo escuchado de las porristas después del entrenamiento de ayer y luego, con la chica en su habitación antes de empezar el segundo round, hasta las ganas de follar se me fueron con ello. Camino, no obstante, no me dirijo a mi casillero precisamente, sino al de ella. Necesito saber qué está pasando de una puta vez.

El deportista y ¿la nerd? [PI #1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora