E X T R A: Los Odio

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*Meses antes de todo lo acontecido en el libro*

Último fin de semana antes de clases, lo que significa que hoy es un fin de semana para relajarme, para leer, ver Netflix, comer, dormir. Un fin de semana solo para mí, sin hermanos molestando y con tiempo antes de regresar al sufrimiento llamado escuela.

—Empecemos —digo, acomodándome en mi cama, lista para leer.

Tomo el libro que se encuentra en mi mesa de noche, Moxie. Lo abro en el capítulo que lo dejé ayer, lista para introducirme en un nuevo mundo. Lista para seguir con la emoción de ese movimiento feminista que está por venir en la historia. Justo cuando estoy a punto de pasar la página, la peor interrupción de todas aparece en mi puerta, una interrupción que cuenta por dos.

Mis hermanos.

James y Jace entran a mi habitación como Pedro por su casa. Ni siquiera un ‹‹Con permiso›› o un ‹‹Lo siento por pasar así››. Nada, simplemente entran. ¡Ni siquiera se molestan en tocar!

—¿Qué hacen aquí?

Mi mal humor por su presencia no deseada en mi habitación no se hace esperar y menos con la mirada asesina que les lanzo a ambos.

—¡Necesitamos tu ayuda!

Ambos exclaman al unísono, así como llevan sus manos al frente en forma suplicante y hacen cara de cachorro; Jace camina hasta que se deja caer en mi pequeño sofá, tomando la almohada sobre sus piernas, James tirándose en mi cama justo bajo mis pies.

—A ver, tontos —repongo molesta. Me puede el hecho de que no me dejen leer en paz, en especial en un fin de semana que ya había declarado como mío—. ¿En qué les puedo ayudar? Que sea rápido, por favor.

Mis hermanos comparten una mirada de complicidad y sonríen como si fueran el gato de Alicia en el país de las maravillas. De las veces que los he visto hacer lo mismo, no siempre es bueno y me hace desconfiar un poco. Bueno, un poco mucho porque eso significa que tal vez no sea algo tan bueno.

—Que no sea nada malo. —Salto ante su rara reacción, dejando mi libro a un lado.

—Ok, ok, ok —repone Jace emocionado, se pone de pie y se recuesta al lado de nuestro hermano—. ¿Recuerdas a Austin Durst?

—¿Como no lo recordaría? —inquiero, obvia. Mi ceño se frunce mientras intercalo la mirada entre ambos—. Es nuestro vecino desde hace muchos años, ¿qué con eso?

—Desde que yo nací —agrega James sin responder a mi pregunta.

Le doy una mirada de pocos amigos.

—Nacieron el mismo año, idiota.

Jace ríe por lo bajo, tapando su boca, como si quisiera que no veamos cómo se burla de su propio hermano. Lo miro y le sonrío cómplice, si algo tenemos es que nos gusta reírnos acosta de nuestros hermanos mayores.

—Sabes lo que dice mamá, Dylan —reacciona rápido James, defendiéndose—. No nos puedes insultar.

Río un poco de la misma manera que lo hizo y sigue haciendo Jace. Lo más divertido de fastidiar con mis hermanos es cuando usan argumentos infantiles, como acusarme con mamá siendo yo la menor de todos.

—Está bien. —Termino de reír, tomo una mejor posición en mi cama y vuelvo a abrir mi libro—. Solo ve al punto, ¿quieres?

Los chicos se vuelven a ver una vez más, como dudando si decirme o no lo que sea que les está pasando por la mente mientras busco la línea en la que me quedé. Alzo ambas cejas, expectante a la situación.

El deportista y ¿la nerd? [PI #1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora