El deportista y ¿la nerd? [PI #1] ✔️

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Gracias Diosito por darle a Logan el súper poder de la velocidad, pues si no fuera por eso, mi hermosa carita estaría tocando el piso justo ahora; pero a diferencia de esa desastrosa situación, Logan me sostiene de los brazos y la cintura.

—Gracias —digo entre unos jadeos, poniéndome de pie.

—¿Por qué estás aquí? —pregunta como si nada Chloe, como si no estaba a punto de tragarme los dientes.

Mi naturaleza no es ser malcriada o pesada con las personas, pero Chloe es un detonante para ese lado oscuro de mi pequeño ser. Cambio mi postura a una de elegancia y empoderamiento, soltándome de mi chico. Tal vez no estaré usando tacones como Chloe, pero no impedirá que la mire directo a los ojos.

—Porque no iba a permitir que una perra como tú le fuera a meter basura a mi novio —pronuncio las últimas palabras lentamente a propósito. Disfruto de la amargura de ella.

—¿Tu novio?

—Mío y de mi propiedad —digo, directo a sus ojos. Aún en peleas soy infantil, genial. Nótese el sarcasmo, por favor—. Deja ya de meterte en nuestras vidas, déjalo ir. Y no lastimes a más personas. ¿Crees que puedes hacer eso?

—¿Personas? —Sonríe sarcástica—. Pero si tú apenas llegas a la mitad de una y él es un maldito cerdo.

Me aparto un paso y medio, junto con la supuesta superioridad de Chloe, ella baja su mentón para verme.

—Entonces, ¿por qué no te agachas y me lo dices en la cara? —Sonrío, divertida—. Además, no solo me refiero a nosotros, sino a Becca también.

Chloe me ve divertida y empieza a reír.

—¿Esa cualquiera? —pregunta con ironía—. Ella fue un simple experimento, que, en lo personal, no valió la pena. Un fraude.

Una impotencia llena todo mi pecho. ¿Cómo puede hablar así de Becca? Quiero aventarme sobre ella y arrancar esos mechones de pelo falso que lleva. Si tan solo no supiera lo delicada que es, ya estaría dándole un buen golpe.

‹‹Espera, no. La violencia no es la solución››. No, no lo es, pero esta chica no quiere entender ni con una explicación de peras y manzanas.

—¿Disculpa?

Mis pensamientos irracionales se opacan con la voz que sale desde la copa del árbol. Los tres nos volteamos y vemos como Becca y Sebastian bajan de este, el que fue nuestro pequeño escondite hasta hace unos momentos.

—¿Ustedes también están aquí? —pregunta Logan, sin creer lo que sus ojos ven.

Sin embargo, su pregunta es ignorada. Lo que importa ahora no es quienes están aquí, sino las palabras envenenadas que salen de la boca de la chica en tacones.

—¿Un experimento? ¿Un fraude? —pregunta Becca con cierto resentimiento.

En cambio, yo sigo con las ganas de poner en práctica mi entrenamiento de kick-boxing. Mínimo, una bofetada se merece.

—Lastimas a las personas y nunca te das cuenta de ello. —Mis palabras intentando ser duras—. ¿Acaso tienes sentimientos? Eres una perra y tú misma lo sabes.

—Sí, lo soy —responde ella—. Y soy mucho mejor que tú, pequeña zorra.

Estoy hasta la madre de ella. Su pésima personalidad me ha perseguido desde casi siempre y sus insultos a mi persona, por mi forma de vestir y ser, han llegado a su límite al juntar a mi amiga en ello.

—Te recomiendo que corras —digo entre dientes—, no quieres que te golpee y haga un rasguño.

—Ah, ¿sí? —reta, inclinándose en mi dirección con una sonrisa petulante.