30|Despedida

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Logan tiene algo que acelera mi pulso, que me hace ir más allá, sentirme más segura de mí misma y más competitiva de lo que ya soy. Y casi siempre que me siento de esta manera por él, es porque me está provocando, aunque él no lo sepa y es que las ganas de llevarle la contraria son gigantes.

Pongo mis manos sobre la mesa y me levanto de mi asiento lentamente.

—No. —Se tensa aún más en su puesto, sus dos manos convirtiéndose en puños sobre su mesa—. No me provoques, Dylan.

Volteo para verlo directo a los ojos. —Tú me provocaste primero, niño bonito.

Mi tono está cargado de malicia y arrogancia mientras mis dedos se deslizan por la mesa y le sonrío de manera "inocente", pestañeando repetidamente para fastidiarlo y me volteo en dirección a los extranjeros.

—Hola, chicos.

Ahora que lo pienso, me siento estúpida..., muy estúpida. He venido a saludar a los dos chicos con los que prometí una cita y nunca fue y que, para rematar, les negué visitarme cuando ellos preguntaron insistentemente. Soy una pésima persona. Y una tonta, ya que tampoco sé si ellos saben que ambos me invitaron a salir. Solo yo me meto en estos problemas.

Ciao, bella —saluda Luka con una sonrisa cansada, pero aun viéndose bien.

—¿Qué hay? —responde Aiden, más animoso que su amigo.

Ambos tienen una sonrisa que, de seguro, derritió a más de una chica en el tiempo que han estado en la escuela y que yo no pude experimentar, porque estaba ocupada siendo hechizada por unos bellos ojos marrones. Sonrío, nerviosa, cubriendo los dedos de mis manos con las mangas de mi gigante camisa.

—Así que se van —digo sin más. Bravo, Dyl. Nota mental: dejar de intentar socializar cuando no se me da para nada; lo más seguro es que me muero de hambre si viviera de ello.

—Eso parece —Luka se encoge de hombros, pasando sus dedos por su pelo—. Además de haber sido muy corto, siento que el tiempo pasó volando.

—Cierto —coincide Aiden, viéndome de arriba abajo con cierto interés que me llega a desconcertar un poco—. El tiempo no alcanzó para poder conocerte mejor. Es una lástima no poder haber congeniado con la increíble Dylan Connor.

Me quedo hipnotizada con la forma en que lo ha dicho, pues ha sonado muy sugerente, un tono al que le diría muy de doble intenciones y la verdad, no lo atribuiría a mí, sino a su curiosidad por una chica de este lugar. O es lo que quiero creer. A lo mejor fui una presa muy fácil, a lo mejor con mi ausencia estuvieron con chicas de más alto nivel que yo, a lo mejor...

—Vendrás, ¿cierto? —Aiden me saca de mis tontos y paranoicos pensamientos.

Lo veo incrédula, sin entender. —¿A dónde?

—Nuestra despedida. —Ambos enarcan una ceja y ríen divertidos y entonces, entiendo a lo que se referían.

—Aaah... Sí, claro —afirmo, dándoles una sonrisa de oreja a oreja—. Ahí estaré, sin falta.

La campana de cambios de clase suena y ambos chicos se levantan, pero antes de salir dejan un beso en mis dos mejillas a modo de despedida, que atribuyo a la onda europea y su cosa de andar besando hasta al desconocido cuando lo conoces por primera vez; yo apenas y digo ‹‹hola››. Suspiro en lo incomodo que ha sido el momento, al menos para mí. Me acerco a mi lugar con la esperanza de encontrar a dicha persona especial, no obstante, descubro que Logan ya no está. Ha desaparecido junto con el toque.

—Se fue —digo en un tono chillón, como niña pequeña. Aprieto mis labios, arreglando mis cosas y viendo el asiento vacío.

—Y muy enojado —comenta Sebastian enfrente del que es el asiento de mi supuesto novio o lo que se le acerque.

El deportista y ¿la nerd? [PI #1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora