Aún seguía sin poder creer que ya iba a entrar a la universidad, la verdad es que estaba un poco nerviosa pero al mismo tiempo emocionada, aunque no lo demostrara tanto mi cara.
-Alissa, baja ya, o vas a llegar tarde a la escuela.- gritaba mi madre desde la cocina.
- voy mamá.- respondía de la misma manera.
Cuando llegaba a la escuela, lo primero que hacía era buscar a mis amigas, creo que todos hacían eso, o al menos eso pensaba yo, bueno, no importa, les hablaré un poco de ellas, Rebecca Blake, ella era mi mejor amiga, crecimos juntas, ya que nuestras madres eran amigas, así que ella sabia todo lo que había pasado en mi vida, era la única persona a la que yo le contaba todo; por otro lado estába Camille Schell y Leyna Curie, a ellas las conocí hace 5 años, eran buenas amigas y las quería a todas.
*Riiiiiiiiiiiing *riiiiiiiiiiiiiiiiiiing
Si, ese era el timbre de la escuela, y ya íbamos tarde como siempre al salón.
-Buenos días, alumnos espero que este año sea muy bueno y productivo para ustedes...- Empezaba el profesor a darnos su discurso.
Las clases transcurrían con bastante normalidad, de hecho las había disfrutado y eso era algo que muy pocas veces hacía. Tal vez porque apenas era el primer día, ya veremos si dentro de unos meses seguía pensando lo mismo.
- oigan chicas,- chillaba Lemus con mucha emoción.- ¿ya vieron aquel muchacho? - preguntaba Leyna viendo a un chico muy guapo.
- Leyna tu siempre buscando chicos - le respondía Rebecca.
- tenemos que vivir la vida amigas.- Daba un pequeño saltito.
- eres imposible Leyna.- decía Camille.
El día había pasado muy rápido, a pesar de que había disfrutado el primer día, solo quería llegar a casa y tumbarme en mi cama a descansar.
Iba tan ocupada en mis pensamientos que no me daba cuenta que iba a chocar con alguien, hasta que terminaba en el suelo.- Auch, mi trasero.- decía sin darme cuentas de mis palabras.- qué pena.- mi rostro comenzaba a tornarse un poco rojo.- digo, auch, mi cabeza.- soltaba nerviosa.
- perdón no te vi, fue mi culpa, déjame te ayudo.- hablaba el mismo chico con una sonrisa en su rostro.
- n..o.. te preo..cupes.. - pasaba saliva al darme cuenta que era el chico guapo del cual había hablado Leyna.
- enserio dijiste trasero.- reía.
- eh... Me tengo que ir, bye.- decía con rapidez alejándome cada vez más de él.
- espera, ¿como te llamas?.- gritaba.
- Alissa.- decía mientras corría.
- Mucho gusto, soy Paul.
- En serio "trasero".- golpeaba mi frente contra el volante.- que vergüenza.
(...)
* al día siguiente.
Piiiiiiiiiiii Piiiiiiiiiii Piiiiiiiii.....
Calla maldita alarma, porque seria tan difícil levantarse, no lo entendía.
Tal vez porque siempre me dormía hasta altas horas de la noche, ese era el gran problema conmigo.
Las gotas de agua caliente invadían todo mi cuerpo y por más que quería quedarme más tiempo en la ducha no podía, el reloj marcaba las 7:30 lo que significaba que tenía muy poco tiempo para llegar a la escuela.
Rápido me cambiaba, tomaba una tostada con crema de maní y subía a mi auto. La universidad no quedaba muy lejos así que no tardaba mucho en llegar.
- Hola Alissa.- saludaba Paul.
- Ho.o..la.- tartamudeaba.
- ¿cómo sigue tu trasero?.- decía con tranquilidad.
Porque a mí.
- Bien, supongo.- me encogía de hombros.
- pues yo lo veo bastante bien - guiñaba el ojo.
- así eres de idiota siempre.- soltaba molesta.
- hola, Alissa.- Gracias a Dios mis amigas llegaban a mi rescate.
- hola, creí que ya estaban en el salón.
- no, ya sabes que Camille tarda mucho alistándose.- decía Rebecca.
- Y no vas a presentarnos a tu amigo.- decía Leyna pícara.
Ya se había tardado.
- mucho gusto me llamo Paul.- estrechaban las manos.
Mis amigas y yo entrábamos cada quien a su salón, solo Camille y yo entrábamos al mismo.
El profesor de filosofía hablaba y hablaba, mentiría si dijera que estaba entendiendo todo lo que decía, mi cabeza solo recordaba la vergüenza que había pasado el día anterior, por lo tanto había terminado muy rápido su clase.
La siguiente clase ya no me tocaba con ninguna de mis amigas, así que me disponía a entrar sola al salón de aritmética.
- Hola doña traseros - decía con esa sonrisa estúpida.
- esto se llama acoso, ¿sabías?.- rodaba los ojos.
- ¿que? ¿Me estás acosando?.- se ponía la mano sobre su pecho.- Profe, Alissa es una acosadora.
- ¿Que? Claro que no, está lo..c.oo, pero, profe, n..oo es cierto.- mi nerviosismo se notaba a kilómetros.
- tranquila, seremos compañeros de clase, acostumbrate - y ponía esa sonrisa estúpidamente hermosa.
Que!!! No, digo esa estupida sonrisa.
- que hice para merecer esto.- decía poniéndome las manos en la cara.
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¿Porque a mí? ¡¡¡EDITANDO!!!
Teen FictionDe niña, siempre pensaba que ser un adulto era lo más fácil del mundo, y hoy, a mis 19 años se que la vida no es tan fácil y es más complicada de lo que pensé, y saben, a veces pienso que la vida se ensaña conmigo y ahí es donde digo, ¿porque a mí...