Capitulo 8

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Alissa.

Esa tarde llegaba corriendo a mí casa con lágrimas en los ojos, ¿porque me tenía que pasar todo a mí?, ¿porque?, cuando ya había decidido dejar atrás todo lo que había pasado con mi papá, tenía que aparecer de nuevo, las esperanzas que había tenido de verlo alguna vez estaban perdidas, día a día luchaba por superarlo.

Y hoy aparecía como si nada restregándome a su nueva familia, aquella familia por la cual nos había dejado. Paul era su hijo, lo había preferido a él antes que a mí.

Ahora no solo el odio era por mi padre, Paul me había robado a mi padre y eso no se lo iba a perdonar.

Perdía la cuenta de las llamadas y mensajes que tenía de Rebecca. Sinceramente no quería saber nada, solo quería estar sola.

Paul.

¿Qué acababa de pasar? Porque Alissa había dicho que mi papá era el de ella también, porque nunca había puesto atención a su apellido en clase, estaba muy confundido.

- ¿papá de que hablaba Alissa? ¿Cómo puedes ser su papá?.- hablaba desesperado.

- hijo, yo te puedo explicar todo.- me tomaba por los hombros.- solo escúchame.

- pues es lo que estoy esperando.- mi tono de voz empezaba a sonar molesto.

- ella dijo la verdad.- tomaba aire.- es mi hija.

- ¿como puede ser tu hija? ¿engañaste a mamá?.- definitivamente estaba muy molesto y confundido.

- hace años yo estuve casado con la mamá de Alissa.- se sentaba en el sofá.- tiempo después esperábamos ansiosos la llegada de nuestra primera hija.- suspiraba.- éramos felices los tres.- me miraba.- pero soy hombre y sé que eso no es una justificación para lo que hice.- negaba.- pero cuando conocí a tú madre me cautivó, fue algo sorpréndete, pero me gustaba demasiado.- sonreía de lado.-es vergonzoso y me arrepiento de haber jugado con las dos, se me hizo fácil, hasta que tu madre me descubrió y decidió dejarme.- miraba a mi madre.- los siguientes meses yo seguí con mi vida como si no hubiera pasado nada con mi pequeña Alissa y su madre.- suspiraba.- un día descubrí que venían en camino tu y tu hermano, de ahí empezaron lo problemas con la mamá de Alissa porque ya empezaba a sospechar así que decidí separarme e irme a vivir con ustedes, no quería abandonar a mi hija, ella era mi princesa, pero tampoco quería perderlos a ustedes, se que soy un cobarde y no merezco que Alissa me llame papá, yo la abandone.- aceptaba con tristeza.

- para mí eras un ejemplo a seguir.- hablaba decepcionado.- pero ahora me doy cuenta que toda mi vida viví engañado.- decía con despreció, no podía ver de la misma manera a mí padre.- ¿y tú mamá?, ¿cómo lo pudiste permitir?, ahora veo que no sé quién es mi familia.

Estaba triste, desepcionado, no quería ni siquiera imaginarme como se estaba sintiendo Alissa en estos momentos, o como la había pasado en su niñez.

Necesitaba verla, hablar con ella, aunque estaba seguro de que ella no me quería tener cerca.

Me encontraba en la entrada de su casa, sin embargo no me atrevía a tocar aquella puerta.

Soltaba todo el aire acumulado.

La chica castaña abría la puerta y sus ojos hinchados solo demostraban que había estado llorando y no la culpaba.

- ¿que quieres?.- decía con odio.

- no me cierres la puerta por favor, ¿Alissa podemos hablar?.- suplicaba.

- ahora no Paul.- negaba.- En verdad no te quiero volver a ver.

- pero yo no tengo la culpa porque te desquitas conmigo.- soltaba.- yo ni siquiera sabía que mi papá también era el tuyo.

- te equivocas ese señor no es nada mío.- hablaba con desprecio.

- ¿porque nunca hablaste de tu familia?.- cuestionaba sin darme cuenta de lo que acababa de decir.

- de que hablas Paul.- fruncía el ceño.- para mí la única familia que tengo es mi madre.

- el dijo que tú eras su princesa.- decía con la voz un poco cortada.

- puras mentiras.- las lágrimas salían de nuevo de aquellos ojos cafés.- entonces porque se fue, ¿porque me dejó?.- decía con enojo.

- deberías de hablar con él.- sugería.

- si él no quiso hablar conmigo durante estos 9 años de su ausencia, no veo porque tengo que hablar con el ahora.- reía sarcásticamente.- como te dije, ese señor no es nada mío, y te voy a pedir de favor que te vayas de mi casa y no vuelvas a buscarme más.

- ¿Qué? ¿Pero porque? Tu y yo somos amigos.- hablaba rápido deteniendo la puerta.- de hecho somos hermanos.- soltaba aquellas palabras sin darme cuenta del daño que le estaba provocando.

- cállate.- gritaba.- no vuelvas a repetir eso, tu y yo no somos nada.- escupía con furia.

Como habíamos pasado de ser solo compañeros de una clase a hermanos en tan solo unas semanas.

Todo este tiempo eh tenido una hermana y hoy que sabía la verdad no iba a perderla.

¿Porque a mí?     ¡¡¡EDITANDO!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora