Capitulo 11

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Alissa.

Tenia que seguir con mi vida, no podía continuar igual, mi mamá ya estaba comenzando a sospechar que algo no estaba bien conmigo, y sinceramente no me atrevía a decirle lo que en verdad me estaba pasando.

- hija, la cena está lista.- decía mi madre desde la cocina.

- ya voy.- respondía bajando las escaleras corriendo.

- ¿sucede algo Alissa?, haz estado muy rara últimamente. Te haz peleado con tus amigas.- soltaba mientras me servía la pasta.

- no mamá, estoy bien con ellas.- le mostraba una ligera sonrisa, tratando de convencerla.

- ¿y Paul?, tuviste un problema con el, ¿verdad?.- negaba. Por más que quisiera ocultarlo mi madre me conocía muy bien, y sabía que algo me estaba pasando.

- eh.- tomaba agua.- ¿y cómo vas en el trabajo mamá?.- era más que obvio que quería evitar ese tema.

- bien hija.- arrugaba la frente.- pero no respondiste mi pregunta.

El timbre de la casa comenzaba a sonar y mi madre se ponía de pie dispuesta a abrir la puerta. Menos mal que alguien me había salvado al menos por ahora.

- te ah salvado la campana Alissa.- decía mi madre dirigiéndose a la puerta.

- mamá, ¿quién es?.- gritaba al ver que no volvía a la cocina.

- ¿mamá?.- soltaba mientras me asomaba.

- ¿Jacobo?

- hola, Isabel!!.

- ¿que haces aquí?.- escuchaba decir a mi madre mientras sostenía el picaporte de la puerta con fuerza.- ya te acordaste que tenías una hija!!.- soltaba con rabia.

- no vengo a pelear.- respondía tranquilo.- solo quiero hablar contigo y con Alissa.

- yo no tengo nada de qué hablar con este señor.- decía al verlo detrás de esa puerta.

- hija, por favor.- suplicaba.

- señor, yo no soy su hija, no me moleste más.- escupía con desprecio.

- Alissa, se que estas molesta conmigo, qué tal vez me odies, pero por favor, no te desquites con Paul, el no tiene la culpa de nada.

- claro!!!. Solo vienes a defender a tu hijito.- negaba y las lágrimas comenzaban a acumularse.- lo mejor que puede hacer es largarse de aquí.

- que tiene que ver Paul en todo esto.- soltaba mi madre confundida.-me pueden explicar.- exigía mi madre, sin saber que pasaba.

- que Paul es su hijo mamá, es por eso que ya no hablo con el. Paul es esa familia por la cual nos abandono este señor.

- Alissa, él no sabía nada, también es una víctima.

- ¿víctima?.- reía sarcásticamente.- acaso, ¿el creció sin su padre?. No verdad, no vengas a defender a tu familia, lárgate y no vuelvas nunca.- mi cara de desprecio lo decía todo.

- ya escuchaste Jacobo, vete y no vuelvas a buscarnos.- me apoyaba mi madre.

- entiendo su enojo, pero es mi hija también, y voy a hacer todo lo posible porque me perdone.

- eres tan patético Jacobo, si eso hubieras querido, lo hubieras hecho hace años, sabes cuántas veces Alissa espero una llamada tuya, un mensaje. Y ¿tú?, nunca lo hiciste, ahora no vengas después de tantos años a querer ser padre.- cerraba la puerta con fuerza. Y por fin rompía en llanto.

- Alissa, cariño, no llores no merece tus lágrimas.- decía mi madre al verme llorar en aquel sillón.

- lo siento mamá, no te dije que había visto a mí pa.. a ese señor.

- no te preocupes hija, eso no importa, pero dime cómo te sientes ahora que sabes que Paul es su hijo.- hablaba con delicadeza.

- mal mamá, consideraba a Paul cómo un amigo, no puede ser que siempre me pase lo mismo, que mi felicidad siempre sea tan corta.- sollozaba.

- sabes, pensé que sería más difícil ver a tu padre de nuevo, pero, ya no me duele tanto, eh sabido superarlo con el tiempo, y espero que tú también lo puedas hacer, no digo que vuelvas a llamarlo papá, pero sí que tú puedas estar tranquila.- decía mientras acariciaba mi cabellera.

- eso espero también mamá, gracias por siempre estar conmigo, te amo mucho.

- no agradezcas hija, siempre estaré para ti mi niña, te amo.

¿Porque a mí?     ¡¡¡EDITANDO!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora