Taehyung y Min Yoongi son los mejores amigos a simple vista, algunas personas dicen que aveces los hombres no pueden ser "mejores amigos".
Ellos quedan de verse después de la escuela, hacen millones de cosas... como todos los amigos.
Los mas grand...
-Le daré mi número por si el papá de Yoongi quiere ponerse en contacto conmigo, ¿De acuerdo?.
Taehyung señaló el pin de su mochila y enarcó las cejas con ademan risueño. Me vino a la cabeza la imagen de nosotros dos viendo juntos "sailor Moon".
—Si- articulé a la vez.
Los dos adultos intercambiaron los numeros de teléfono. Mi yo destructivo pensaba que la madre de Taehyung se estaba ofreciendo a ocuparde de mí por que mi tío no estaba en condiciones de cuidarme. Mi yo constructivo me dijo que aquella muker tan simpática sólo quería que su hijo hiciera amigos.
"Puede que lo haya dicho por lástima", dijo mi yo destructivo.
"No lo sabe", arguyó mi yo constructivo. Lo sucedido no se parecía a cuando alguien con quien tenías poca relación se interesaba por ti. De repente, te ofrecia un hombro en el que llorar o te traía un guiso de algo que tu mamá jamás en la vida había cocinado.
El tío Alan y yo subimos al coche. Él siempre se aseguraba de que me hubiera abrochado el cinturón antes de arrancar.
—¿Todo bien? — me miraba fijamente.
—Si—dije, aunque no sabía qué pensar de lo que acababa de suceder. No me gustaban los giros inesperados. A estas alturas de mi vida, habia protagonizado más de los que me correspondían.
Alan parecía muy triste.
—A tu mamá le encantaba recogerte de la escuela.
Respondí con asentimiento, como hacia casi siempre que alguien hablaba de ella.
Una lágrima rodó por la mejilla de Alan.
—Te pareces tanto a ella...
Me estaba acostumbrando a aquel comentario. Me encantaba parecerme a mi mamá. Tenía sus mismos ojos gatunos y color café, el rostro delgado y el cabello negro lacio con leves ondulados.
Sin embargo, tambien era tambien si me pongo algo femenino.. seria la misma chica que mi mamá en el espejo, el recordatorio andante de cuándo habia perdido.
Cerre los ojos, respiré a fondo y le prometí a mi mamá: "Dentro de quince minutos, estarás haciendo la tarea de mate".
"Dentro de quince minutos, se te concederá una tregua. sobrevive esos quince minutos y todo irá bien".
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