Taehyung y Min Yoongi son los mejores amigos a simple vista, algunas personas dicen que aveces los hombres no pueden ser "mejores amigos".
Ellos quedan de verse después de la escuela, hacen millones de cosas... como todos los amigos.
Los mas grand...
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La mirada de mi papá se desplazó hacia la pared que quedaba a mi espalda. No tuve que darme la vuelta. Ya sabía lo que había alli: una foto de mis papás bailando el día de su boda. Mi papá habia hecho un chiste y los dos se estaban riendo.
-Pero si nos encanta que Yoongi venga a casa- dijo la señora Kim. Me sentí mejor al instante- ¿Verdad, Taehyung?.
Contuve el aliento. Sabía que Taehyung anhelaba hacerse amigo de algún chavo, pero esperaba que eso no afectará nuestra amistad. Hablábamos de cosas de las que no podía hablar con mis amigos. No quería pasarme el día hablando de los chicos o del modelito que llevaríamos al día siguiente. Con Taehyung mantenía conversaciones de verdad. Y hacía años que no me reía tanto con nadie.
Taehyung miró a mi papá a los ojos.
-No sería lo mismo sin él, señor Min.
Sentí tal alivio al oír su respuesta que me ardieron los ojos.
Me levante y empecé a quitar la mesa. Taehyung me imito. Cuando dejamos los platos apilados sobre la barra de la cocina, me miró con esa sonrisa burlona suya.
-Oye, estuvo genial. Que me castigen en el nombre de la luna qué hacer sin ti.
Yo sentía exactamente lo mismo.
Cuando nos entregaron los horarios de octavo, descubrimos que lo impensable había sucedido.
Emily, Taehyung, hoseok y yo almorzábamos a horas distintas.
Por suerte nos habían separado de dos en dos, así que nadie tendria que comer a solas. Emily y Taehyung lo harian en el primer turno, mientras que a Hoseok y a mí nos había tocado el segundo.
Emily fue la más afectada por el desastre, lo cual me agarro por sorpresa. Siempre ha sido de esas personas que llegan a un lugar y se ponen a charlar con el primero que encuentran, pero la idea de empezar tercero la tenía preocupadisima. Se hacia pasado todo el verano repitiendo que aquel tendría que ser nuestro mejor curso, pues nadie sabía lo que pasaría al año siguiente, cuando fueramos a la preparatoria. Gran parte de sus miedos, estaba claro, se debían al hecho de que la hermana mayor de Emily, al entrar a la preparatoria de South Lake, había pasado (en palabras textuales de mi amiga) "de ser popular a convertirse en una marginada"
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