Taehyung y Min Yoongi son los mejores amigos a simple vista, algunas personas dicen que aveces los hombres no pueden ser "mejores amigos".
Ellos quedan de verse después de la escuela, hacen millones de cosas... como todos los amigos.
Los mas grand...
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Sabía que mi papá soló quería ayudar, pero yo lo tenía todo pensado al detalle. Aquel verano, había asistido a clases de cocina en el YMCA y cada vez se me daba mejor. Estaban preparando una ensalada mientras la lasaña se cocía en el horno.
-¿Seguro que no necesitas nada? - me preguntó por enérsima vez
-Enserio, papá, lo tengo controlado. Porfavor, haz algo , lo que sea. Vete a ver la tele con Alan.
Soltó una risita tonta.
-Hablas igual que tu mamá.
Era la primera vez que la mencionaba sin ponerse triste.
Se estaba riendo, se reía de mí, claro, pero no era el momento de enojarse. Tenía que tostar el pan de ajo.
Por suerte, el timbre de la puerta me rescató. Mi papá se marchó a recibir a Taehyung y a sus padres. Oí las voces a lo lejos.
-Huele de maravilla- dijo la Señora Kim cuando pasó por la cocina para saludarme-.No quiero molestarte; sólo quería decirte que noté un aroma delicioso al entrar.
Mi papá apareció a continuación con una botella de vino en la mano, seguramente obsequio de los padres de Taehyung. Luego vi a mi amigo y apenas lo reconocí con su nuevo corte de cabello. Tardé un momento em darme cuenta de que sostenía un ramo de flores. Su padre entró tras él y lo apremió con un gesto.
-Oh, si- dijo Taehyung cayendo en la cuenta - ejem para el chef.
Me tendió las flores algo ruborizado.
-¡Gracias!- las agarré a toda prisa.
El padre de Taehyung le guiñó el ojo a su esposa antes de abrazarme. Era todo un honor que el doctor Kim hubiera venido. Trabaja hasta tan tarde que casi nunca llegaba a tiempo para la cena ni siquiera en su propia casa.
Los eché a todos de la cocina para poder terminar. Se me escapó una sonrisa cuando los oí platicar y reír en la sala. Me encantaba que la alegría volviera a reinar en mi hogar. De vez en cuando oía gemir a Alan y supude que Taehyung estaba provocando a los presentes con comentarios sobre la próxima temporada de futbol. Aunque llevaba aquí casi un año, aún no había aprendido a disimular su simpatía por los Bears.
El temporizador del horno sonó justo cuando dejaba la ensalada sobre la mesa del comedor. No habíamos vuelto a usarla desde la fiesta de mi décimo cumpleaños. Llevávamos una larga temporada sin tener motivos para celebrar nada ni para sacar la vajilla buena.
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