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Pov Min YoonGi.

Un coraje indescriptible, que llevaba años sin sentir, se apoderó de mí. Aunque me daba cuenta de que Namjoon ya se estaba arrepintiendo de lo que había dicho, era demasiado tarde. Que dijera lo que quisiera de mí, pero ¿cómo se atrevía a nombrar a mi mamá?

Quería cerrarle la boca. Y lo hice del único modo que sabía.
No tuvo la misma suerte que Tae. No lo besé.
Cerré el puño y se lo estampé en la boca.
Namjoon, el súper genio, cayó de nalgas.
Me erguí sobre el.

—Como vuelvas a decir una sola palabra sobre mí o mi familia, no seré tan delicado.

Me di la media vuelta y choqué con el Señor Maikowe, el maestro de educación física.

—¡Fue él! —gritó Nam.

—Ya basta, señor Kim —el señor Maikowe se interpiso entre ambos—. No crea que no oí lo que le dijo.

Los cuatro seguiamos al maestro a su oficina. Nos llevaron a dos salas distintas. Sabía que me había metido en un buen lío.

Era consciente de que mi impecable expediente académico corría peligro. Pero me daba igual. Estaba furioso. Enojado con el mundo. ¿Y cómo no estarlo? Me habían arrebatado a la persona más importante de mi vida sin ninguna explicación. Muchas otras veces sacaba fuerzas de la flaqueza. A menudo conseguía fingir que todo iba bien.

Hay ocasiones, sin embargo, en que un chico necesita a su madre.

Esperé ek la oficina de la directora durante lo que me pareció una eternidad. Tuve todo ese tiempo para replantear mi comportamiento. Recordé que una vez, cuando iba en primero, me enojé con un niño de cuarto que siempre me molestaba durante el recreo. Me insultaba y a veces me tiraba palos.

Por fin se lo conté a mi mamá. Le dije que lo odiaba y que la próxina vez le daria un puñetazo en la cara.

Mi mamá me respondió que no debía golpear a nadie, porque la violencia nunca es la solución. Cuando le pegas a alguien, le estás demostrando que te importa lo que opinan de ti. Y que no debía darle tanto poder a nadie.

Sin embargo, no era con Namjoon con quien estaba enfadado.

No era él quien me importaba.

La puerta se abrió por fin y apareció mi papá. Me sentí enormemente culpable de haberle obligado a acudir al colegio. No quería ser la causa de una de esas horribles llamadas.

—Eh, Yoonnie —Me dijo con suavidad. Sólo me llamaba así cuando estaba preocupado por su "hijito"

La directora le por gestos que se sentara. Yo no podía ni mirar a mi papá de tanto que me horrorizaba mi propio comportamiento.

-Bueno, informé a tu papá de lo sucedido. Parece ser que la versión de Taehyung y la de Tim coinciden. El relato de Namjoon ha sido más dramático —la directora frunció los labios como si se aguanrara la risa—. Aunque entiendo que te provocó lo que te dijo Namjoom, por desafotunado que fuera, no justifica tu reacción. Nuestra política en relación con cualquier tipo de violencia es muy estricta, y tú lo golpeaste. Quedas expulsado por el resto de la semana y tendrás que quedarte después de las clases durante dos semanas más. Si no se producen más incidentes, no mencionaremos esto en tu expediente.

Estaba tan sorprendido como aliviado. Era la semana de Acción de Gracias, así que sólo faltaría dos días a la escuela. Y, con un poco de suerte, mi expediente no se echaría a perder.

Me levanté rápidamente y seguí a mi papá al exterior. El guardó silencio durante todo el trayecto de regreso a casa. Yo me miraba la mano derecha. La tenía hinchada y algo enrojecida.

El coche se detuvo y mi papá apagó el motor. Alcé la vista y descubrí que estábamos en el estacionamiento de Culver's.

—¿Qué...? —musité.

Mi papá volteó a mirarme con lágrimas en los ojos.

—No puedo decir que diera saltos de alegría al recibir esa llamada, YoonGi, pero luego la directora y Tae me contaron lo que sucedido y, bueno... tu mamá era una de las personas más buenas sobre esta faz de la tierra. No le habría hecho daño ni a una mosca.

Estaba a punto de echarme a llorar. Le había fallado a mi papá y, lo que era peor, también a mi mamá.

-Pero —posó la mano sobre la mía— jamás habría tolerado que nadie molestara a su familia. Eso no le habría asentado nada bien. Tu mamá habría hecho lo mismo que tú, mi vida. Cada día que pasa me recuerdas a ella. Y aunque lamento no poder ayudarte tanto como ella lo habría hecho. Estoy orgulloso de ti. Y ella también lo estaría.

—¿De verdad? —ahora las lágrimas fluían a mares por mis mejillas.

—Claro que sí —mi papá me apretó la mano con fuerza—. Y sé que ella te está mirando ahora, seguramente riéndo con disimulo y lamentando no poder estar aquí contigo. Ella habría querido que tw invitara una crema por actuar con decisión y plantar cara en nombre de tu tío y en el tuyo.

Me imaginé a mi mamá tal como la describía y supe que tenía razón. Ella jamás habría tolerado que alguien se burlara de Alan. Una de las cosas que más le gustó a mi papá de ella cuando empezaron a salir fue que nunca sobreprotegió a Alan. Traraba a su hermano pequeño como a todo el mundo. No le habría permitido a nadie hablar de Alan o de mi en ese tono.

—¿Es una sonrisa lo que veo? —preguntó mi papá.

Asentí.

—Tienes razón. Sé que mamá estaría orgullosa. Estaría orgulloso de los dos, papá —mi comentario le sorprendió, pero es que yo no era el único que había perdido a alguien —. Vamos a pedir esa crema.












Olas:D espero que les asha gustado.
Perdonen con mis faltas de ortografía perrorribles:v

No olviden votar:)


14 capítulos para terminar uwu
Ya falta poco para su limonshito:v

















Emilyfhantom

Yoongo... ¿y si mejor somos amigos? || Taegi|EN EDICIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora