JunMyeon se colocó el gemelo en la camisa y lo arregló mientras esperaba a Bianca que se estaba alistando, miró el reloj de pared al mismo tiempo que metía las manos en los bolsillos y giró la cabeza luego de oír que se aproximaba, el ruido sordo de los tacones le dieron una idea de lo despampanante que se debía ver y no se equivocó.
Bianca vestía una pieza color rosa pálido de un estilo romano, tenía unas sandalias altas de tacón de color negro y se había atado el cabello en una cola alta que dejaba ver sus rizos a la altura de sus hombros, JunMyeon abrió los ojos con sorpresa como si nunca la hubiese visto y esta alzó la vista luego de acomodar la pulsera sobre su muñeca.
¿Pasa algo?-le preguntó asustada por la mirada que le dedicaba el más alto.
No, nada. –susurró JunMyeon bajando la vista a su cuello.
Esa tarde le había comprado una medalla que ahora que la veía no le gustaba para nada, JunMyeon la tomó por los hombros para mirarla mejor y negó con la cabeza mientras deslizaba los brazos alrededor de ella para quitarle la joya, Bianca parpadeó con nerviosismo preguntándose a si misma el motivo de aquel acto y este retrocedió con la medalla entre sus manos, sin decir más se fue por el pasillo hacia su habitación.
JunMyeon abrió el primer cajón de su estante y tomó una caja negra que guardaba al final para luego mirarla, lo había comprado tiempo atrás mientras inauguraba con un amigo un centro comercial, lo vio en una de las tiendas nuevas y la compró mientras imaginaba que se lo daría a Jae Woon pero nunca se dio la oportunidad, cada que lo veía lo dejaba en el estante con alguna excusa y así había pasado el tiempo.
JunMyeon miró el dije de lágrima con circones en tonos rosas, lo sacó de su estuche con delicadeza y lo observó un momento.
Era el momento indicado, lo podía sentir; guardó la caja notando que se hacía tarde y caminó por el pasillo hasta encontrar a Bianca que estaba mirando el reloj de pared.
La tomó desprevenida cuando cruzó la joyería delante de ella y se la colocó sintiendo como ella palpaba el dije.
Vamos –susurró detrás de esta- se nos hace tarde.
Tomó su mano y junto con ella salió del lugar, JunMyeon la llevó hasta su auto y luego de abrirle la puerta corrió hacia su asiento para poner en marcha el coche, Bianca se abrochó el cinturón un tanto nerviosa pensando en los amigos de JunMyeon, ciertamente ni siquiera sabía porque había aceptado ponerse lo que él le había pedido.
Mejor dicho, no sabía ni siquiera porque había aceptado. Ese tipo de eventos solían ser muy especiales y sabía que ella estaba muy lejos de serlo para su acompañante.
Sin embargo, podía sentirlo. Aquella "cosa" , como lo había llamado Bianca para no ponerle una etiqueta, se podía oler en el aire. No era tensión, tampoco eran nervios, simplemente sabía que algo "había dejado de ser" cuando había aceptado ir a esa cena.