Bianca bebió su café de golpe mientras tecleaba en la computadora buscando algunos proveedores, escribió en algunas hojas sueltas las propuestas que tenía en mente cuando llegó una de sus compañeras de oficina.
Creo que alguien te busca fuera –le susurró y giró la cabeza hacia el mostrador.
Bianca abrió los ojos con ligera sorpresa y se arregló la falda larga de flores que vestía ese día, salió parpadeando despacio hasta que Jae Woon le sonrió acercándose con una sonrisa que pudo percibir era falsa.
He venido para que veas los detalles de mi boda –sonrió- pude ver que haces muy bien tu trabajo, así que...
Pasa a mi escritorio para poder platicar mejor –Bianca sonó firme y trató de no sentirse asustada.
Jae Woon la miró con ligera sorpresa y caminó tras ella hasta su escritorio, sus verdaderas intenciones estaban claras por lo que solo se cruzó de brazos con una media sonrisa que se vio malévola en su rostro blanquecino y esperó hasta que la que consideraba su oponente la mirara a la cara.
Podemos hacerlo en una finca, en la ciudad, en un parque, dependiendo de ustedes –Bianca la miró y le enseñó la tableta- si no tienes un vestido puedo contactarte con una amiga mía, trabajamos con un servicio de catering de primera y...
¿Ya estás feliz?-le susurró Jae Woon bajito, solo para que Bianca oyera.
Tenemos un paquete para novias –Bianca simuló no haberla oído- incluye un día de spa, maquillaje, peinado e incluso manicura.
JunMyeon terminará viniendo a mí –le susurró nuevamente y esta vez la miró a la cara más de cerca- aún si me caso él va a ir tras de mí, que no te engañe con los viajes y abrazos, JunMyeon y yo estamos hechos el uno para el otro.
Entonces ¿te hago una cotización?-Bianca le sonrió mostrándole todos los dientes- te va a encantar la finca.
¡Estoy sorprendida!-Jae Woon sonrió y esta vez su espalda chocó con el espaldar de la silla-que tanta atención te debe haber dado JunMyeon como para que vengas a enfrentarte a mí. Tú no me conoces Bianca, mantén tu relación con JunMyeon como lo que es, una cosa casual.
Pactaré una cita para que vengan tu y tu novio y vayamos a ver las fincas –Bianca giró en su silla con una sonrisa temblorosa y escribió un correo avisando a la empresa de taxis que necesitaba una unidad- ¿Te parece el viernes?
Perfecto –Jae Woon se levantó- te visitaré pronto.
Le sonrió desafiante y Bianca también lo hizo, aunque a decir verdad lo último la había desplomado. No sabía que tanto iba a durarle la actuación, solamente se levantó para despedirla y se sentó soltando el aire atrapado en sus pulmones. Bianca se tocó la cabeza y volteó a borrar el correo que había redactado apurada.
Miró su reloj de pared notando que no faltaba mucho para la hora de comer, se quitó la chaqueta sintiendo calor y tratando de no agobiarse con lo sucedido, sin embargo, le resultó difícil. Jae Woon ya sabía donde encontrarla y estaba segura que la atormentaría día, tarde y noche.
Bianca se sintió preocupada hasta que giró la cabeza notando que alguien se había sentado en la silla frente a su escritorio.
¿Vamos a comer?-oyó que dijo JunMyeon y esta abrió los ojos sorprendida- ¿Te pasó algo?
Nada –susurró y se levantó ordenando los papeles regados.
Te traje comida –JunMyeon sacó una bolsa debajo de la silla y se acercó no quitándole la vista de encima- te ves muy preocupada.
Es porque tengo mucho trabajo –agregó no dirigiéndole la mirada, sin embargo, la mano de JunMyeon sobre la suya hizo que esta lo mirara.
¿Qué ocurre?-su voz sonó muy gruesa y Bianca relamió los labios bajando la vista.
Jae Woon estuvo aquí antes de que tu llegaras –susurró.
¿Qué quería?-preguntó frunciendo el ceño, evidentemente estaba enojado.
Solo quería que te deje en paz –susurró- pero la ignoré, no te preocupes.
Vino con la excusa de la boda...
Sí –Bianca asintió.
No es tu deber ser amable con ella-JunMyeon la miró serio- pide que alguien más realice su boda.
Ella pidió que yo la atendiera...
Lo lamento.–JunMyeon bajó la vista enojado y luego miró a Bianca- Bianca, cariño, pasa la cita con alguien más.
Tengo que ser profesional –le susurró mirándolo- voy a hacerlo.
¡No!-este negó y la miró serio- no lo harás, no quiero que lo hagas.
Bianca giró la cabeza para mover los papeles cuando este la tomó por el mentón y la miró serio atrayendo su atención.
Te he dicho que no –susurró- por nuestro bien, no lo hagas.
Ya saben que me he mudado, bueno... No me está yendo muy bien, más alla de que extraño a mi familia digamos que las personas en las que yo pensé en que me podía apoyar aquí no eran como se pintaban conmigo. La verdad me siento incomoda, no triste porque mi motivación para seguir es que estoy por lograr mi meta y que terminando todo esto veré a mi familia de nuevo.
Gracias si leíste esto, solo necesitaba desahogarme, en serio.
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