La campanilla de la puerta del vivero sonó dejando ver a Bianca que traía una bolsa de abono entre las manos y a un ChanYeol que traía consigo una carretilla llena de tierra nueva, la muchacha dejó el saquito sobre uno de los bancos de madera y este acomodó no muy lejos la carreta.
Dejémoslo ahí para que Yixing lo ponga en el inventario mañana –dijo limpiándose las manos con unas palmadas para apartar el polvo de ellas.
¿Vas a tu habitación?-le preguntó Bianca y este se acercó por detrás rodeándole la cintura.
Sí –susurró cerca de ella- estoy muy cansado aunque...
No –Bianca giró en su eje mirándolo a la cara y este le sonrió- ya ayer dormiste en mi habitación y por poco nos ve mi tía.
Pero puedes decirle a Yixing que nos ayude –ChanYeol sonrió alzando una ceja-además solo estamos durmiendo juntos.
Te dije que no –Bianca lo miró a los ojos- no quiero tener problemas con mi tía.
Está bien –ChanYeol se apartó mientras no dejaba de verla- ¿Vamos mañana a comer juntos al muelle?
Bianca asintió medio sonriendo mientras caminaba hacia el pasillo para salir a la calle, cuando ambos estuvieron fuera el más alto cerró con la llave que tenía el lugar y luego giró a verla.
Te acompañaré hasta la esquina –le indicó- luego iré a mi habitación.
Ya te dije que no es necesario –Bianca lo miró a la cara mientras caminaban- además estás cansado y mañana tenemos mucho por ordenar.
No, te acompañaré y me quedaré ahí hasta que entres a la casa de tu tía –le susurró y antes de que esta volteara la cara le tocó la nariz- eres una testaruda.
Bianca solo rio.
Cuando llegó a la puerta de la casa de su tía giró a verlo, este se despidió moviendo una mano hacia ella y Bianca repitió el gesto con una sonrisa, entró a la pequeña casa y cuando estuvo dentro se quitó el abrigo para colgarlo en la percha.
Antes de dar algunos pasos su tía la vio e inmediatamente le sonrió.
La cena está servida cariño –le indicó- hoy hice asado.
Bianca sonrió mientras se acercaba a la mesa y cuando se sentó notó que solamente había dos platos en la mesa.
¿Hoy no va a comer con nosotros Yixing?-preguntó a lo que su tía solamente negó.
Está en casa de sus suegros –le contestó mientras se acercaba con un tazón.
Bianca sonrió asintiendo al mismo tiempo que se acomodaba para comer, se colocó la servilleta en el regazo y procedió a cortar la carne que olía delicioso.
Mañana tendrán un día largo –le indicó y luego de hacer una pausa la miró a los ojos- gracias por estar aquí cariño, tú y tu novia han sido de gran ayuda para el negocio.