Capítulo 5

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―Estás segura que tenemos clase de biología ―me dijo Isa mientras que caminábamos hacía las escaleras que daban a la clase de biología.

―Segura. Tenemos el mismo horario de clase y me lo sé de memoria.

―¡Que haría yo sin ti!

―Nada.

―¡Inés! ―escuché de pronto.

Me giré y la sonrisa que tenía en aquellos momentos en mi cara, desapareció completamente.

―¿Qué haces en la universidad en la que estudio, Manuel?

―pregunté.

―No te he vuelto a ver desde hace una semana. Quería hablar contigo sobre un tema que quedamos pendiente y que aún no se ha resuelto.

―La herencia, ¡verdad!

―Exacto.

―Os dejo a solas ―dijo Isabel.

Manuel se acercó a mí y comenzamos a caminar por los pasillos de la universidad.

―¿En qué puedo ayudarte? ―le pregunté.

―Venía a darte una suma de dinero para que dejes pasar el tiempo para reclamar la herencia.

―¡Piensas pagarme con el dinero que nuestro padre me heredó a mí!

―No. Tengo mi propio dinero.

―¡No entiendo el por qué quieres darme dinero para dejar pasar el tiempo!

―El único por qué que hay aquí, es que tú has aparecido años después y que ahora eres la dueña de nuestra fortuna, jamás te pertenecerá.

―Yo no soy la persona adecuada para que me estés diciendo todo esto, Manuel. Es a nuestro padre. Que ahora está muerto.

―Lo sé. Pero es tu única oportunidad para aceptar mi dinero a cambio de la herencia.

Me paré de pronto en seco y le dije:

―Pues no voy a aceptar tu dinero. Ya que es mío. Por lo tanto, me estoy replanteando en eso de rechazar la herencia.

―No serias capaz de aceptarla.

―Soy capaz de hacerlo. Es más, cuanto tenga el tiempo suficiente me acercaré al bufete de abogados y firmaré los papeles que me hagan heredera de todo.

Para Ti Es Mi Voluntad (Química Entre Nosotros I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora