Capítulo 19

280 19 0
                                    

Al caer la tarde, me senté en el jardín para leer los versos de uno de mis libros favoritos de amor y pasión. El infierno de Gabriel de Sylvain Reynard. Y mientras que leía, el aire mecía mi pelo.

Sentí la melodía de C'est la vie de Two ―ex componentes del grupo Akcent―, mientras que continuaba leyendo las hermosas palabras que había en ese libro.

Noté como la puerta se abría y presentí que la calma se había acabado.

―Te he traído esto ―dijo mi marido entregándome un refresco.

―No tendrá calmantes.

―No. Necesito que hablemos.

―¿Sobre qué cosa?

―Sobre tu pasado.

―Si deseas saber que si mantuve relaciones con Manuel

―cerré el libro― para que me sacara del centro. No lo hice. Me violó en varias ocasiones como tú lo has hecho.

―No te creería capaz de ello, conociendo tu vida en el pasado. Pero quiero saber una cosa.

―Te escucho.

―¿Cómo supo todo esto Isa?

―Porque ya conocía las intenciones de Manuel cuando visite por primera vez a Inés en el centro psiquiátrico ―escuchamos.

Ambos miramos hacía la puerta y vimos caminar a Isa hacía Darío y hacía a mí.

―Ya sabía que intentaría hacerle algo. Por eso intenté hacer algo para sacarla de allí.

―Te lo agradezco.

―¿Qué haces aquí? ―le pregunté a Isa.

―Yo la llamé ―respondió Darío―. Le he invitado a cenar. Espero que no te importe.

―Vale.

―Os dejo a solas para que habléis.

Darío se marchó del jardín, dejándonos a Isa y a mí a solas para continuar hablando.

―¿Cómo te sientes estando aquí? En el lugar que proviene de tu pasado ―me preguntó Isa.

―Si te digo la verdad, nada. Estoy en un lugar donde mi pasado está aún más presente y no puedo quejarme por estar en el país. Ya que estoy en España por trabajo. Sin contar la visita inesperada de Manuel esta mañana.

―¡Queee!

―Sí. Ha venido para intentar de nuevo ponerme nerviosa.

―¿Y lo has hecho?

―No. Ya se controlar esas emociones. Pero la única que no controlo es esa. La del miedo.

―Pues deberías de aprender a hacerlo.

―Lo haría. Pero tengo una carga mucho peor que Manuel.

―¡Tú marido! Asentí.

―¿Por qué le tienes miedo? ¿A caso le tienes miedo a enamorarte de él?

―No. Pero ya sabes cómo lo controla todo. Incluso lo hace conmigo para sentirse poderoso.

―Y si ese poder es la única manera que tiene para demostrarte que te quiere y te ama.

―No lo sé. Lo único que puedo asegurarte, es que si me amase ya hubiera confiado plenamente en mí.

―Pues demuéstrale que tú también tienes el control de tu vida.

Para Ti Es Mi Voluntad (Química Entre Nosotros I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora