Capítulo 17

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Después de leer en el jardín un ratito, entré porque se había levantado un viento demasiado frío.

Mientras entraba por el pasillo de la cocina, noté un olor exquisito y una canción que me resultaba muy familiar. Pero también me parecía un lamento de amor. Entonces reconocí al instante la canción de Premonición de David Bisbal. La cual estaba comenzando hacerme sentir de otra manera hacía mi marido.

La estuve escuchando, mientras que observaba como Darío hacía la cena en silencio. Una que me decía muchas cosas. Pero en esencial esa que él gritaba en su interior.

Volví a salir cinco minutos después, cuando comenzaba a sonar la canción quien me iba a decir del mismo cantante. Estaba bastante claro que me estaba gritando a los cuatro vientos que estaba enamorado de mí. Aunque no lo hiciese con sus propias palabras.

Cerré la puerta mientras que notaba la música lejos de mis oídos.

De pronto, comencé a pensar en el futuro y el pasado que tanto unían la vida de mi marido y la mia. Eso me hizo pensar aún más fuerte en una nueva oportunidad. Una que no se merecía jamás por mi parte.

En breve, noté el ruido de la puerta de la salida de jardín se abría y en segundos se cerraba.

Noté en breve su mano derecha sobre mi hombre y la paz que tenía en esos momentos, desapareció.

―¿Qué haces aún aquí? ―me preguntó Darío.

―He entrado, pero he salido.

―¿Te encuentras mal?

―No. Bueno solamente pensaba en los sueños que he tenido últimamente.

―Ven.

Darío me cogió la mano y entramos en el interior de la casa.

Dentro, mi marido fue a la vitro cerámica para apagar la cena. Y mientras que lo hacía, la canción acabó y se puso otra en unos breves segundos. La cual supe que fue la de Psicofonía de Gloria Trevi.

Darío vino hacía a mí en breve con pasos y lentos y firmes. Eso me hizo ver por qué teníamos esa relación y esos roces que a veces nos volvían locos por la pasión. Porque él me hacía entender que la espera de un pasado que se ha marchado cuando quizás había comenzado mi futuro.

―Bailemos ―me dijo

Asentí. Aunque no sabía bailar demasiado bien, si sabía que podía tirarme por un puente y él volvería a salvarme.

Darío me atrajo hacía a él y comenzamos a bailar lentamente la canción en un silencio absoluto.

Pude prestarle atención a la canción. La cual me envolvía segundo tras segundo. Y tan envuelta estaba en esa canción, que no me di cuenta que me estaba envolviendo aún más en la trama de la canción que estaba puesta en esos momentos.

"Por eso canta, canta y el viento se lleva su lamentación. Si pones atención, escucharas su voz."

―Te amo ―escuché al mismo tiempo en que la canción lo decía.

Me aparté de Darío y ambos nos miramos fijamente por unos segundos a los ojos. Pues no sabía que decirle. Pero la duda ya se había despejado complemente de mi mente.

Entonces la canción terminó en breve y hubo en silencio demasiado incómodo. Y de pronto, la canción De qué manera de Antonio José, hizo que mi marido hablase por fin:

―Puedo explicarte lo que acabo de decir.

―Tranquilo. Se lo que sientes por mí. Estarías tatareando la canción y se te escapó.

Para Ti Es Mi Voluntad (Química Entre Nosotros I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora