―Míralo por un lado positivo, hija. Tu padre hubiera querido que aceptases su fortuna y con ello que también terminases de estudiar para manejar sus empresas ―la voz de mi madre, es un canto celestial para mis oídos. Como también sus consejos―. Si tu medio hermano ha ido para amenazarte a la universidad y le has dicho que lo aceptarías, deberías de hacerlo.
―Sabes que no puedo hacerlo mama. Puede que sea mi padre, pero aun así no quiero nada de lo que me ha quedado.
―Piensa por unos instantes que es lo que pensaría tu padre en esos momentos de su vida, cuando te dejó la herencia y por qué lo hizo.
―Supongo que confiaba más en mí que en sus propios hijos.
―Sabes, si no quieres recibir esa fortuna, entrega la casa y todo lo que tu padre te dejó a orfanato y a organizaciones.
―Crees que debería de aceptar encargarme de algo que no me pertenece.
―Yo creo que si ―escuché―. Creo que deberías de darte un capricho, ya que tú te has encargado de todo desde que comenzaste a crecer y madurar. Incluso te has encargado de tu madre, cuando tu padre no estaba a vuestro lado cuando más le necesitabais, Inés. Piénsalo, vale.
Miré detrás de mí y estaba Estefan. Que entraba en nuestro piso como era su costumbre ya. Algo que le había permitido por que le quería demasiado desde que nos conocimos.
Estefan me dio un beso en la mejilla y después fue hacía la nevera a buscar algo para beber.
―Os dejo a solas ―dijo mi madre.
―Gracias por tus consejos.
―No hay de qué.
Mi madre se marchó y Estefan me miró, mientras que pensaba en lo que debía hacer con respecto a lo que me estaba pasado.
―Deberías de relajarte por una vez y aceptar la herencia. Has trabajado durante mucho tiempo y ahora es el momento que te relajes. Que te hagan caso a ti.
―Debo de pensarlo.
―Yo no lo pensaría. Actuaria enseguida.
―Puedes parar.
―No. Pero sí que voy a conseguir que la aceptes antes de que pase ese tiempo que necesita el abogado para que firmes la herencia.
―Podemos dejar de hablar de la herencia y olvidarnos de que existe.
―Sabes que no podemos hacer eso, Inés. Pero si tú quieres olvidar, no firmes esos papeles y vuelve a trabajar para alguien.
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Para Ti Es Mi Voluntad (Química Entre Nosotros I)
Novela JuvenilTras unos largos años sin regresar al país, Inés Barquero regresa de la mano de su esposo. Darío Palmieri. Un hombre dedicado a su profesión de psicología. Donde conoció a Inés cuando esta estaba siendo torturada por el antiguo director del centro p...