Capítulo 9

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Entraba en la oficina como alma que llevaba el diablo. Darío había conseguido que llegase tarde por primera vez en el tiempo en que llevaba trabajando a la empresa de su mejor amigo, tarde. De Daniel Carduccio. Una empresa de marketing y producción.

Daniel era un hombre que lograba entenderme y el cual tenía una relación amorosa con mi mejor amigo desde que estoy aquí. Ignacio Rocca. Con el cual lleva casado dos años y en el cual fui la testigo. Al igual que Darío. Pero cuando Daniel se reunía con mi marido en alguna cena, solo se limitaba a ver cómo me trataba. Y llevaba ya algún tiempo diciéndome que me divorciase de él. Pero si en realidad conociese los motivos por los cuales no lo hago, no estaría diciéndome eso.

Llegué a mi oficina, mientras que pensaba en lo que paso el día anterior, después de la primera copa. Pero también pensaba en el recuerdo que me vino a la mente de aquella madrugada.

Cerré la puerta de la oficina.

Coloqué mi bolso y mi chaqueta en el perchero que había en el lado derecho de la puerta.

Me dirigí hacía mi escritorio y me percaté que mis cosas estaban allí. Entonces pensé que Darío se había cerciorado que mis cosas estuviesen aquí a primera hora de la mañana. Pero seguía sin comprender por qué quería mi bien, en vez de mi mal. Cuando le había dicho tantas veces que no le amaba.

―Buenos días hermosa ―escuché en un hermoso acento español.

Me giré y vi a Ignacio entrando en mi despacho con algunas carpetas en la mano. Aunque Ignacio fuese italiano, siempre se forzaba por hablar un perfecto español.

―Te traigo trabajo y tu agenda ―volvió a decirme.

Olvidaba que Daniel le había contratado hace tres años para que fuese mi asistente personal. Gracias a Ignacio, tengo mi trabajo y mi agenda del día organizado.

―Grazie Ignacio. Te escucho en cuanto mi agenda.

Hicimos una breve pausa, mientras que él abría la agenda.

―A las undici tienes una reunión con el direttore di finanza, porque debe de comentarte algo molto importante.

―Va bene. Continua.

―A las dos de la tarde tenemos que ir a mangiare qualcosa con Daniel. Y cuando regresemos, debes de reunirte con él. Tiene una buona notizia que darte, preciosa.

―Pues no sé qué buena noticia tendrá para mí.

―Non si preoccupi, mia cara. No es nada malo. Vi assicuro.

―Eso espero.

Hice una breve pausa.

―¿Tengo algo más en mi agenda?

Para Ti Es Mi Voluntad (Química Entre Nosotros I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora