Un mes das mucho de qué hablar, hacer, decir, sentir y sobre todo que pensar. No era de mucho pensar hasta que comencé a sentir odio por mi pasado. Uno que mi marido me ha ido recordando cada día desde hace unas semanas.
Era un día de esos que, cuando es mediados de mes, es tiempo de reuniones importantes. Aunque no tenía reuniones, sí que tenía una que me sacaría de dudas. Pues después de un largo mes de dudas y angustian, necesitaba tener las cosas aún más claras. Aunque no había mayor angustia que saber que tú carcelero te vigilaba día y noche después de regresar al país. Pero sabía que lo hacía por el bienestar de mi mente.
―Lady, esperas a alguien en especial ―dijo Ignacio abriendo la puerta.
―Sí. Estoy esperando al investigador.
―Le hago pasar entonces.
―Vale.
Ignacio cerró de nuevo la puerta de mi despacho.
Comencé a pensar en lo que había hecho a escondidas de Darío y tal vez lo que eso podría conllevar. Pero ya no me importaba nada de lo que me pasase. Pues sabía cuál era la debilidad de mi marido a cada momento.
―Buenas tarde, señora Palmieri. ¿Cómo está?
―Bene. Grazie ―respondí―. Siéntese per favore. El detective se sentó y después le dije:
―Quali informazione mi fa?
Él sacó un sobre y me dijo:
―Giardate vei stessi ―dijo él seguro.
Él detective me entregó el informe que le mandé a hacer hace casi un mes. Abrí la carpeta y vi el informe por unos momentos. De los cuales dudé por unos minutos en sí debería de leer. Pero cuando retomé la voluntad, leí ese informe en italiano.
Algo me llenó de coraje. Una fotografía que me mostró que en realidad había perdido el tiempo pensando en él. La imagen de Estefan acostándose con mi hermana Guadalupe, me revolvió el estómago. Pero mantuve la compostura.
Saqué del cajón un sobre y le dije al detective con gratitud.
―Grazie per il vostri servizi. Spero che l'importo sarà sufficiente.
El detective recogió el sobre y miró dentro. Pues había depositado la cantidad que me pidió, pero lo multipliqué por las molestias.
―Non cè diche, signora Palmieri. Se avete bisogno di miei servizi, no esitate a contattarmi di nuevo ―respondió él.
―Lo terrò a mente, Grazie.
El detective se marchó y me quedé a solas con ese informé que me demostró algunas cosas que no me había dado cuenta. Entonces comencé a hacerme muchas preguntas al respecto. Pero también con respecto a mi marido.
Entonces comencé a recordar la pesadilla que tuve por la madrugada. Una que me hizo pensar aún más en los sentimientos que él sentía hacía a mí y los cuales yo debía de rectificar...
―¿Quién es ese tal Estefan del cual hablas a veces en tus sueños? ―me preguntó este psiquiatra con acento italiano.
Contéstale, me di la orden en mi mente. Pero no respondí aún. Pues tenía miedo a todo lo que me rodeaba.
El psiquiatra se acercó a mí, mientras que yo bajaba la mirada.
Después él se sentó a mi lado y me dijo de nuevo:
―Podemos dejarlo para otro día, si quieres.
Pero el silencio decía muchas más cosas de las que no quería hablar.
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Para Ti Es Mi Voluntad (Química Entre Nosotros I)
Teen FictionTras unos largos años sin regresar al país, Inés Barquero regresa de la mano de su esposo. Darío Palmieri. Un hombre dedicado a su profesión de psicología. Donde conoció a Inés cuando esta estaba siendo torturada por el antiguo director del centro p...