Capítulo 35

855 29 2
                                    

―Me alegro de verte.

El abrazo de mi madre hizo que todo lo que Darío estaba haciendo en mi desapareciese en esos instantes.

―Te echo de menos mama.

―Lo sé.

―¿Por qué has venido a Florencia antes de la fecha que acordamos?

―Darío, puedes dejarme a solas con ella.

―Sí ―susurró.

Darío se marchó del salón y mi madre se movió hacía otro lado.

―¿Qué ocurre mama?

―Nada.

Hizo una breve pausa:

―¿Has pensando en decirle a tu hermano que está viva?

―No. Jamás se lo diré. ¿Por qué?

―Por qué no sé qué más inventarle con resto a mis viajes aquí.

―Bueno, di que vienes a Italia para meditar.

Hizo una breve pausa y después me miró con cara de preocupación:

―¿Qué ocurre mama?

―Debes de ser fuerte con lo que voy a decirte, hija.

―¿Con que cosa? Hizo una breve pausa:

―¡Que pasa mama!

―Me han detectado un cáncer. Ya no puedo hacer la quimioterapia porque está por todo mi cuerpo.

―¡Que!

―Lo sé. Pero eso quiero que cuando te encuentres mal, tengas a alguien con quien desahogarte.

Ella me agarró por unos segundos del brazo y le dije:

―No puedes dejarme sola.

Ella me abrazó y después mi madre dijo:

―Lo sé. Ni yo tampoco. Pero recuerda a tu hermano y a tu marido con eso que tanto te aflija y te asfixie cuando estés mal...

Para Ti Es Mi Voluntad (Química Entre Nosotros I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora