Capítulo 12

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―Aquí la tiene, señor Barquero. Lista para someterla a su voluntad.

Sentía como mis manos estaban apretadas contra algo duro y frío. Y cuando pude mirarme las muñecas, observé que estaba atada con unas correas en una camilla.

Miré hacía donde estaba el médico y me percaté en su cara de maldad. Pero el rostro de mi medio hermano Manuel, apareció ante mí como un puñal en mi espalda.

Comencé a moverme para evitar que se acercase a mí, pero esté me acaricio lentamente el pelo, diciéndome:

―Tranquila, pequeña. Todo va a estar bien.

―Cómo voy a estar bien. Soltadme.

―No querida. Esto es parte de tu tratamiento, pero también parte de tu interrogatorio ―me dijo él.

El miedo comenzó a aparecer en mi cuerpo. Tanto que me hizo forcejear aún más fuerte.

―Déjeme a solas con ella, doctor Carvajal. Yo sabré apañármelas con esa máquina. Pero también deseo que os vayáis de la sala de al lado.

―Sí, señor Barquero. Que aproveche con el tratamiento.

No vi lo que ocurría. Pues Manuel me estaba tapando la visión con su cara y la mitad de su torso bien vestido con una camisa de seda, una corbata de rallas rojas y blancas con su chaqueta del traje de color azul oscura.

―No entiendo que hago aquí. Ya estoy en este horrible lugar y no quiero recibir tratamiento ―dije.

―Tranquila ―dijo él―. Hay dos tipos de tratamientos y muchos tipos de interrogatorios.

―Déjame ir.

―Lo harás, pero cuando me cuentes algunas cosas.

―No hay nada que pueda contarte.

―Creo que sí.

Vi cómo se quitaba la chaqueta del traje y la ponía hacía a un lado como si fuese algo viejo de usar y tirar.

―Hacemos un trato.

―¿Qué trato?

―Yo no le doy a la máquina de electroshocks, si tú me respondes lo que quiero saber.

―¿Y qué es lo que quieres saber?

―¿Quién más sabe de qué eres la heredera de mi padre?

Para Ti Es Mi Voluntad (Química Entre Nosotros I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora