Capítulo 2

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—No debiste comportarte como un cavernícola —Habló JiHoon siguiendo al mayor hasta su oficina, cerró la puerta y SeungCheol dejó caer su cuerpo en la silla frente al escritorio —Sabes que es un tema delicado para MinKi.

—No quiero que lo hagan sufrir —Repitió SeungCheol —Él ya ha sufrido lo suficiente.

—Pero está bien encerrarlo en una burbuja —Elevó la voz para después calmarse —Entiendo que lo ames y que quieras que no la pase mal pero no es la manera correcta de hacerlo, hay que darle las armas necesarias y prepararlo.

SeungCheol lo miró por alguno segundos y echó la espalda hacia atrás —Tienes razón, no debí haberme comportado así, ¿Me perdonas?

—No —Respondió JiHoon cruzando los brazos —Hasta que hables con MinKi a la noche y vea un arrepentimiento real.

—¿No confías en mí? —Formó un puchero pero el menor negó con la cabeza.

Debía buscar otra manera de llegar a su corazón.

Palmeó sus piernas y al castaño se le escapó una risita, dándose por vencido JiHoon lo obedeció sentándose en ellas —Hablaré con MinKi cuando lleguemos a casa, lo prometo.

—Debemos apoyarlo y estar para él —Subió sus manos hacia el cuello del pelinegro, arreglándole la camisa.

—Estoy siempre para él y para ti. Ustedes son todo lo que tengo y quizás esté sobrepasando el límite de cuidarlos y protegerlos tanto.

—Me gusta que seas así pero nuestro hijo está formando su personalidad, no podemos volverlo alguien cobarde que huye de los problemas.

—Nuestro hijo —Repitió con ternura.

—Así es —Afirmó JiHoon con una sonrisa —MinKi es nuestro.

—Siento que los años se han pasado volando —Envolvió la cintura de JiHoon con los brazos —Aún recuerdo cuando estaba durmiendo en ese sofá y te subiste encima para besarme con la intención de obtener una buena calificación en tu internado.

—Ya debo irme —JiHoon rodó los ojos y cuando se fue a levantar, SeungCheol lo sujetó de la cintura impidiéndole que escapara y haciéndolo reír —No lo hice por una calificación.

El mayor arqueó una ceja y JiHoon lo besó rápidamente.

—Bien, quizás al principio ese fue el motivo —Admitió de mala gana —¡Es que eras odioso!

—¡¿Yo odioso?! —Exclamó SeungCheol riendo —¿Quién era un amargado que no quería utilizar una simple nariz de payaso?

—En mi inducción no me explicaron que mi supervisor sería un maniaco, loco y lindo hombre que le gustaba tanto su trabajo al punto de hacer lo que fuera por no hacer sentir mal a sus pacientes —Sonrió coqueto cruzando las piernas.

—Que horror de hombre me estás describiendo —Fingió estar espantado.

—¿Verdad que sí?

—Es una lástima que te hayas casado con él.

JiHoon iba a responder pero el móvil sonó en su bolsillo de la bata blanca que llevaba —Ya debo irme.

—Te veo en la cafetería para almorzar.

—Está bien, amor —Al levantarse recibió una palmada en su trasero, se volteó y los ojos luminosos de SeungCheol se achicaron cuando sonrió —¿Puedes dejar de hacer eso aunque sea un día?

—No —Contestó con un tono infantil, JiHoon se inclinó hacia adelante y al agacharse lo besó.

—Nos vemos más tarde.

En otro lado de la ciudad, no muy lejos del hospital, MinKi miraba hacia todos los lados buscando su salón de clases, no conocer a nadie y sentirse cada vez más pequeño e insignificante era una sensación horrible.

Finalmente con la ayuda del rector pudo llegar a su destino.

No era un chico que llamaba mucho la atención.

No era musculoso, su cabello no era extravagante y su rostro tampoco era de un modelo de revistas internacionales.

Era delgado, con cabello castaño oscuro y con un flequillo que le restaba edad, según sus abuelos.

No tenía nada de especial.

¿Pero entonces por qué tenía más de veinte pares de ojos sobre él?

Claro, por ser el nuevo, el extraño, el que nadie conocía y que podía ocultar oscuros secretos.

No los tenía.

—Hola, mi nombre es Choi MinKi —Se presentó humedeciéndose los labios, seguramente estaba haciendo el ridículo, no podía dejar de mover sus manos frente a él, lo cual era bastante molesto porque estaban sudando, el resto de su cuerpo estaba rígido y su garganta se estaba cerrando —Tengo diecisiete años y espero que nos podamos llevar bien.

¿El hecho de que nadie aplaudiera estaba bien?

¿Y por qué debían aplaudir? No había dado un discurso después de ganarse un premio Nobel.

Pero nadie reaccionó, incluso hasta escuchó cómo alguien reventó un globo que hizo con goma de mascar.

—Siéntate por allá por favor —La profesora apuntó el pupitre junto a un chico de cabello rubio.

MinKi asintió y caminó por el pasillo mirando al suelo, se quitó la mochila del hombro y se sentó donde le indicaron.

La clase comenzó y sacó su cuaderno junto al estuche de lápices, soltó un suspiro cuando encontró el almuerzo que le había preparado su papá JiHoon.

Ya no iba en primaria.

Podían darle un poco de dinero.

—La comida casera es mucho mejor —Habló el chico rubio logrando que MinKi lo mirara y escondiera la lonchera —Me llamo SooHyun.

El castaño aceptó estrechar la mano de su compañero —MinKi.

¿Había dicho su nombre cuando hace menos de cinco minutos lo dijo frente a toda la clase?

—Sí, lo he oído antes —Sonrió amable —Un gusto, MinKi.

JiCheol ♡ Amorterapia II: Because it's you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora