Sus cuerpos temblaban y no era precisamente por el frío, sus pieles estaban a una temperatura agradable, habían subido a la segunda planta de la casa, específicamente a la habitación de MinKi, se besaron apasionadamente mientras la ropa fue desapareciendo, quedando con ropa interior y MinKi con la camisa aún.
El castaño cerró los ojos cuando los labios de DoYeon succionaron la piel de su cuello, acarició la espalda desnuda del mayor mientras frotaban sus entrepiernas.
Fue una sesión de besos y caricias que fácilmente pudo haber durado una hora.
No había prisas, los nervios por la primera vez se los comían vivos y no había mejor manera de empezar que conociendo el cuerpo del otro, saber dónde acariciar, dónde besar y buscar las zonas sensibles para estimularlas al máximo.
MinKi descubrió que la piel de DoYeon se erizaba cuando pasaba los dedos por su cuello, cerca de su oreja.
Y DoYeon notó que MinKi soltaba pequeños quejidos cuando acariciaba la parte interior de sus muslos.
—Espera —Habló el menor cuando levantaron su camisa.
—Tranquilo —DoYeon lo miró a los ojos transmitiéndole seguridad.
—Es que... —Sus palabras quedaron en el aire cuando levantó los brazos exponiéndolo, a él y a las incontables cicatrices que tenía en su torso, DoYeon bajó la mirada, MinKi se sonrojó y le quitó la camisa de las manos para cubrirse —No me mires así por favor, sé que seguramente no es lo que esperabas pero no hay más que esto.
—¿De qué hablas? —Se inclinó hacia adelante robándole un beso —Eres precioso.
—No es necesario que me mientas.
—No lo hago —Con cuidado le quitó la camisa, apuntó una pequeña cicatriz en su brazo derecho y miró al menor —Me la hice andando en bicicleta, jamás se quitó.
MinKi soltó una risita que logró relajarlo —Eso no es nada.
—Es una cicatriz de todas formas, también tengo una en el tobillo, si quieres te la enseño.
MinKi negó con la cabeza y llevó su mano a la nuca del mayor para recostarse otra vez en la cama, no se cansaba de besarlo y de susurrarle lo mucho que lo quería, ninguno de los dos podría aburrirse de hacerlo.
—Tengo miedo —Susurró MinKi cuando las manos se DoYeon fueron hasta el borde de su bóxer.
—Yo también —Admitió dejándose enamorar de la imagen de MinKi, de su cabello desordenado, de sus labios hinchados y sus mejillas sonrojadas —Podríamos esperar un poco para intimar.
—Enamorado, prometido, intimar —Sonrió divertido.
—Lo sé, soy un anciano en un cuerpo de un adulto joven.
—No sé qué parte me gusta más de ti.
—Bueno, yo sé que me gustan todas las partes de ti —Acarició un muslo del menor, subiendo las manos hasta su torso donde con cuidado deslizó la yema de sus dedos por las cicatrices —Incluyendo estas.
—Ni siquiera lo pienses.
—¿No me crees capaz? —Arqueó una ceja, desafiante.
—No, te creo capaz pero no lo hagas.
DoYeon se acomodó más abajo y fue besando cada centímetro de la piel de MinKi, hasta llegar a sus pies, quería borrar cualquier tipo de inseguridad con su cuerpo, era hermoso y debía saberlo.
Cuando llegó a la entrepierna de ayer novio, levantó la cabeza para mirarlo a los ojos, ninguno de los dos estaba seguro de lo que debía hacer pero la curiosidad era mucho más grande, el castaño asintió y las lágrimas se escaparon de sus ojos. Recibía besos en su pelvis pero el dolor era insoportable, apretó las sábanas con las manos rogando porque acabara.
Y así fue, aún sentía un leve ardor pero su cuerpo reaccionó por sí solo, buscando más profundidad en lo dedos de DoYeon.
—¿De verdad quieres que lo haga? —Preguntó el mayor arrodillándose en la cama y humedeció sus labios, su corazón estaba latiendo descontrolado.
—Sí —MinKi asintió con la respiración agitada.
—Bien, necesitaré... —Miró a su alrededor.
—Guardé el regalo de tío Hansol en el armario.
—¿No estarán caducados o algo así?
—No lo sé, hay que verlo —Se levantó de la cama y sacó la caja de preservativos para volver enseguida —Creo que no.
—Entonces acuéstate, bonito.
—Yo también quiero ayudar.
—Debo colocármelo —Miró su entrepierna —No sé si quieras ayudar en eso.
—No, yo apagaré la luz —Luego de hacerlo volvió a la cama y levantó las mantas para acostarse abajo esperando a su novio.
DoYeon sabía cómo debía ponerse un preservativo pero en ese momento tenía un serio problema con sus manos, no dejaban de temblar, cuando logró ponérselo con éxito, miró a MinKi y levantó las mantas subiéndose encima de él.
—Lo haré —Separó las piernas del menor, se apoyó en un antebrazo y con la mano libre buscó su miembro llevándolo a la entrada de MinKi.
—Sí —Sus manos apretaron los hombros de DoYeon —Hazlo.
—A-Avísame si te hago daño y pararé enseguida —Habló el pelinegro, MinKi asintió y él respiró hondo antes de empujar sus caderas hacia adelante con cuidado, estuvo atento al rostro del menor, no quería que la pasara mal —¿Duele?
—No siento nada.
—Espera, creo que sigo afuera —Levantó una pierna de MinKi y utilizando su tacto buscó dónde debía entrar, al encontrarlo inmediatamente el castaño gimió.
La respiración de MinKi se entrecortó y cerró los ojos con fuerza al sentir el miembro de DoYeon abriendo paso en su interior, extendiéndolo, rompiéndolo.
—D-Duele —Se quejó MinKi y DoYeon se detuvo, acariciando sus mejillas y limpiando las lágrimas, besándolo con ternura.
—¿Duele mucho? —Preguntó preocupado —¿Quieres que lo saque?
—No —Respondió acariciando los brazos del mayor —Espera un minuto y entra, hasta el final.
—Te haré daño.
—Bésame cuando lo hagas, ¿Sí?
DoYeon acató su pedido, esperó el tiempo necesario, besó profundamente a MinKi y empujó sus caderas robándole un agudo gemido al menor, unas uñas se hundieron en su espalda haciéndolo gruñir de dolor.
Fue una noche de besos y caricias inexpertas, de lágrimas y susurros llenos de amor.
Una noche inolvidable.
Al día siguiente SeungCheol y JiHoon llegaron a casa, desayunaron en familia y MinKi se fue al instituto como normalmente lo hacía.
O eso creía el matrimonio.
Porque mientras JiHoon ordenaba la cocina, SeungCheol entró a la habitación de MinKi para sacar la ropa sucia, todo estaba en su lugar, hasta que una caja de preservativos llamó su atención, al tomarla se dio cuenta que estaba abierta pero eso no fue lo peor.
Un preservativo había sido usado.
—¡Bebé! —Gritó SeungCheol.
—¿Sí?
—Se me está nublando la vista —Murmuró imaginando a su pequeño en brazos de DoYeon, haciendo cosas de grandes.
—¿Mi amor? —JiHoon apareció en el marco de la puerta al no haber recibido respuesta —¿Qué ocurre? —Preguntó y SeungCheol se giró a él con la caja y el sobre de un preservativo abierto —Oh...
—Me voy a desmayar, llama a la ambulancia.
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JiCheol ♡ Amorterapia II: Because it's you.
Fanfiction➳ Written by GaabyKookie ♡ La vida de MinKi nunca ha sido del todo común, parte de ella la vivió dentro de un hospital, con exámenes, terapias y una pila de medicamentos que parecía nunca tener un fin. Los doctores SeungCheol y JiHoon llegaron a cam...