Capítulo 30

3.1K 616 164
                                    

Era día lunes y las cosas con MinKi habían estado bajo control hasta la tarde donde comenzó a vomitar, su peso seguía bajando a pesar del cambio en su dieta pero afortunadamente lograron detenerlo. JiHoon le tomó una muestra de sangre y fue al mesón para enviarlo al laboratorio.

—Doctor JiHoon.

—Hola DoYeon —El castaño se volteó con una sonrisa la cual desapareció al verlo.

El menor se había rapado la cabeza.

—Averigüé que aquí también hacen pelucas para los pacientes con cáncer y bueno... —Le entregó una bolsa de papel —Quizás ayude para hacerle una a MinKi.

—Agradezco mucho el gesto —JiHoon la aceptó y miró el cabello oscuro de DoYeon —Pero aquí aceptamos mínimo veinte centímetros para las pelucas, además a MinKi jamás le han gustado, él suele ocupar gorros de lana, son sus favoritos aún afuera del hospital.

—No importa —Se encogió de hombros —Puede ayudar en otra cosa, en una peluca para alguien más pequeño.

—Bebé precioso vengo a secuestrarte para ir por café y no aceptaré un no como respuesta, MinKi se quedó dorm... —SeungCheol apareció rodeando la cintura de JiHoon, levantándolo del suelo y besando su mejilla pero se quedó callado cuando vio al adolescente que lo acompañaba —¿DoYeon? —Preguntó impresionado —¿Qué demonios le hiciste a tu cabeza?

—Cheol —JiHoon lo regañó en voz baja dándole un suave apretón en la mano.

—El peluquero se ha pasado con la máquina y las tijeras —DoYeon se pasó la mano por la nuca, era extraño no sentir su cabello pero no se arrepentía de su decisión.

—Vino a dejarlo para MinKi —Lo delató JiHoon abriendo la bolsa de papel.

—Pero...

—Sí, mínimo veinte centímetros —Sonrió el menor —No se preocupen, quería hacerlo de todas formas, además colocándome la capucha de la sudadera no se nota.

—¿Tus abuelos no te han dicho nada? —JiHoon preguntó preocupado.

—Ellos aún no lo saben —Respondió apretando los labios.

SeungCheol levantó sus cejas y se miró con JiHoon —Debiste habernos preguntado antes.

—Usted me contó que MinKi perdió su cabello y viéndome así se sentirá más cómodo.

—Pero aún... —SeungCheol hizo una mueca con los labios —Le he hablado de ti hace un momento y sigue con la misma respuesta.

—Mañana puede cambiar de opinión —Dijo animado —Y yo estaré listo para hacerle saber que el cabello no importa, crece y se va con facilidad.

Fue imposible emocionarse con sus palabras, podían sentir el amor en ellas, uno puro y sincero.

El del primer amor.

—MinKi se acaba de dormir —Habló JiHoon —Y con SeungCheol iremos a la cafetería.

—Bebé era una cita —El pelinegro formó un puchero, JiHoon lo besó rápidamente en los labios e inmediatamente fue convencido, miró a DoYeon y le sonrió —Hay muchos pasteles.

No primera noche que DoYeon se quedaba afuera de la habitación de MinKi, sólo podía hacerlo hasta las diez, a esa hora el doctor SeungCheol pasaba por él y lo iba a dejar a casa pero tampoco se quedaba mirando la pared blanca del pasillo, llevaba su mochila y hacía las tareas del instituto.

MinKi estaba al tanto del escolta de su puerta, miró la flor de papel y con dificultad se levantó, sacando los sueros de su lugar, caminó hacia la puerta y se asomó por la ventanilla, al mirar unos zapatos negros se escondió.

—No entiendo qué haces aquí —Habló finalmente acercando su oreja a la puerta.

DoYeon se colocó la capucha y cerró el cuaderno, sonrió sin darse cuenta, hace meses no escuchaba la voz de MinKi y rogaba no haberse quedado dormido. Su corazón latió descontrolado —¿Bonito?

—¿Qué haces acá a esta hora?

—Esperando el momento en que me permitas entrar.

—Nosotros terminamos nuestra relación —Se sentó en el suelo, sus piernas temblaban después de estar tanto tiempo acostado, le dificultaba mantenerse en equilibrio.

—No, tú terminaste —Corrigió DoYeon —Y además me mentiste, jamás te mudaste de ciudad y jamás te enamoraste de SooHyun así que no creo que hayas estado conmigo por conveniencia o para que fuera tu guardaespaldas como me lo dijiste ese día, sino porque te gusto.

—Eso no es cierto, yo... no siento nada por ti —Mintió con los ojos llorosos.

—No te creo, no puedo hacerlo, todas esas miradas y sonrisas que me diste fueron reales, las sentí reales.

—Soy muy astuto —Se cubrió la boca con una mano cuando las lágrimas salieron de su lugar.

—Y un muy mal mentiroso.

—Quiero que te vayas a casa.

—Mientras más me sigas alejando más querré estar contigo.

—¿Y entonces?

—Dime que me quieres y que extrañas estar conmigo —Afirmó los antebrazos en sus rodillas y echó la cabeza hacia atrás.

—No puedo hacerlo.

—MinKi —Lo llamó con voz suave.

—¿Sí?

—Te quiero —Confesó el mayor obteniendo un silencio absoluto del otro lado de la puerta —¿Sabes cuántas veces he dicho esas palabras en mi vida? Dos, y fueron hacia mis abuelos.

—No hagas esto más difícil, no quiero atarte a una relación con un futuro incierto —Cerró los ojos colocando su mano en la puerta, no podía salir, quería que DoYeon se fuera de allí y se olvidara de él, al menos eso se repetía en su cabeza.

Su corazón pedía lo contrario.

—Me gustas mucho MinKi —Susurró DoYeon, las comisuras de sus labios temblaban, era la primera vez que estaba dispuesto a abrir su corazón y no tenía miedo, quería arriesgarse aunque se lo rompieran —En verdad me gustas mucho y jamás imaginé que todo esto me iba a pasar contigo, con ese niño tonto que creyó en una invitación de una fiesta y que no tuvo problemas en enfrentarme para defender a una persona que apenas conocía. Eres tan ingenuo, tan bobo y tan mal mentiroso pero ¿Sabes? No cambiaría nada de ti, nada, porque lo único que quiero es protegerte, cuidarte, amarte y no dejar que nadie te haga daño.

Las lágrimas caían a las delgadas y pálidas piernas de MinKi. El menor observó los hematomas de su piel y los cubrió con la bata del hospital que llevaba puesta.

—Qué alivio que haya esta puerta entre nosotros porque probablemente jamás hubiese tomado el valor de decírtelo en otro momento, debo mantener mi imagen de chico malo para que sigas interesado en mí —Bromeó soltando una risita.

—No quiero que sigas viniendo a este lugar —Repitió hundiéndose él mismo un cuchillo en su corazón, era necesario, por el bien de DoYeon.

—Dilo mirándome a los ojos.

—No dejaré que me veas.

—Entonces sigues siendo mi novio, quizás yo no lo sea para ti pero para mí tú lo sigues siendo, si quieres terminar conmigo abre esta puerta y grítamelo en la cara porque esa será la única forma de creerte.

JiCheol ♡ Amorterapia II: Because it's you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora