Capítulo 32

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El día viernes temprano en la mañana las miradas de los profesionales de salud se posaron sobre un payaso que entró al servicio de oncología, aquel traje de colores llamativos y el sombrero sobre una peluca roja ocasionó miles de comentarios entre los presentes.

—¿Qué ha sido eso? —Preguntó confundido SeYong desde la estación de enfermería donde se encontraba JiHoon escribiendo las nuevas indicaciones.

—¿Qué cosa? —Se hizo el desentendido, sin siquiera alzar la mirada.

—El chico que ha pasado recién vestido de payaso —Se levantó y se asomó al pasillo —¿Va donde MinKi?

JiHoon se limitó en sonreírle.

—¡Hola! —Exclamó DoYeon agudizando su voz, entró a la habitación e inmediatamente por sus fosas nasales entró un aroma peculiar, una combinación entre medicamentos y el dulce aroma de MinKi.

MinKi se cubrió con una sábana apenas lo escuchó.

—¡¿Quién te dejo entrar?! —Vio por la delgada tela blanca a un payaso extraño con el rostro totalmente pintado —¡Fuera!

—No te haré daño —Al menos MinKi no podía distinguirlo. Sonrió enternecido mirando el bulto sentado sobre la cama con una sábana encima. Sacó un globo de su bolsillo e hizo la única figura que había aprendido, una espada —Es para ti, soldado MinKi.

—¡No la quiero! —Sacó su mano buscando el timbre que estaba cerca de la cama —Vete de aquí.

—MinKi —JiHoon no tardó en llegar cuando vio la luz encendida de la habitación de su hijo —¿Qué ocurre?

—¿Por qué ese chico está acá? —Levantó la sábana para que su papá entrara —Se supone que aquí estoy en el sector de adultos, no deberían venir payasos a verme.

—Te hará bien hablar con alguien —Habló JiHoon intentando tranquilizarlo —Recuerda que es su trabajo, algo que hacen con amor, tú haces lo mismo así que espero que seas educado y le des una oportunidad.

MinKi frunció el ceño y lo miró a través de la tela, aquel chico se había ido al ventanal abriendo las cortinas —Dame mi gorro por favor.

JiHoon salió del escondite y le entregó el gorro azul a MinKi, antes de salir le guiñó un ojo a DoYeon y cerró la puerta.

—¿Me dejas verte? —Preguntó el mayor acercándose a la cama, debía reprimir las ganas que tenía de quitar esa molestosa sábana para verlo y abrazarlo.

—No, no te dejo —Contestó MinKi arrastrándose hacia la pared cuando el payaso se sentó en la cama.

—Estoy seguro de que eres muy lindo.

—No, no es así.

—¿Sabes en que se parece un huevo y un avión? —Preguntó soltando una risita, sacó un trozo de papel de su bolsillo y comenzó a mover sus manos.

—En que los dos se estrellan —Contestó MinKi arruinando el chiste.

—¿Una manzana y un avión? —Continuó DoYeon.

—En que ninguno de los dos espera —Rodó los ojos —Si intentas hacerme reír con chistes así de malos déjame decirte que no lo lograrás, crecí escuchándolos de mi papá JiHoon y soy un experto en ellos.

—¿En qué se parecen un caballo y un triángulo? —No se iba a dar por vencido.

MinKi se quedó en silencio, ese no lo había escuchado —No lo sé —Abrazó sus piernas.

—En que el caballo es un animal, un animal es un bruto, Bruto mato a César, César no hizo nada, el que nada no se ahoga, el que no se ahoga flota, una flota es una escuadra y una escuadra es un triángulo.

—Eso no tiene sentido —Sonrió ocultando el rostro entre sus piernas.

—¿Has sonreído?

—No.

—¡Lo has hecho! —Lo acusó divertido.

—No —Elevó la voz, enojado, observó las manos del chico que trabajaban en algo que no entendía —¿Qué tanto haces?

—¿Conoces la leyenda de las grullas?

—No.

—Cuenta la leyenda que si tienes un deseo y construyes mil grullas, los dioses te concederán tu petición —Respondió DoYeon doblando las últimas parte antes de estirar su brazo hacia MinKi —Está es la primera.

—¿Quién te dice a ti que yo tengo un deseo o crees que porque estoy en el hospital ruego por salir de aquí?

—¿No tienes ningún deseo? —Preguntó curioso, intentando ver a MinKi a través de la tela.

—No —Mintió —Soy muy feliz ahora.

—Quizás cuando logre hacerlas todas tengas algún deseo —Movió su mano —Tómala.

Tembloroso MinKi sacó el brazo para tomar la grulla y DoYeon alcanzó a ver los hematomas que tenía en su pálida piel, no le importaron.

—Conoces mi nombre pero no te has presentado —Dijo MinKi mirando la grulla en su escondite.

—Mushu.

MinKi levantó la cabeza —¿Qué?

—Otros pacientes me han colocado ese nombre —Mintió, los nervios lo atacaron cuando MinKi no volvió a hablar. Miró la mesita de noche del menor y encontró sus regalos, su corazón se escogió de alegría —¿Eso qué es? —Apuntó el mazo de cartas.

—Un regalo que no te interesa a ti.

—Parece ser muy importante.

—¿No hay más personas que debas visitar? —Cambió de tema.

—En realidad no, quiero estar aquí contigo.

—A esta hora me duermo —Se acostó manteniendo la sábana afirmada para cubrirse por completo.

—Hazlo, no te molestaré, es más, cuidaré de tus sueños —Se levantó de la cama, tomando el globo con forma de espada y se sentó en el suelo junto a la cama —Seré tu guardián.

MinKi lo ignoró y movió la grulla de papel cerca de su almohada.

Él sí tenía un deseo.

JiCheol ♡ Amorterapia II: Because it's you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora