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Elsa

Al fin es sábado. Un día libre de idiotas inmaduros. Un día relajado y tranquilo en el que podré estar libre de estrés.

Eran las 17:30. Ahora mismo cada una estaba en su habitación. Las chicas haciendo quién sabe qué, y yo preparándome para mi salida con Hipo.

Ayer en la tarde nos mensajeamos un rato. Fue cuando quedamos para salir por un café hoy a las 18:00 y hablar sobre todos estos años que hemos estado sin vernos. Estos cinco años tan malditamente largos.

Me puse algo bastante simple. Un top blanco unos jeans del mismo color con unas converse blancas más una chaqueta de jeans.

Dejé mi cabello suelto, tomé una pequeña mochila blanca donde puse dinero y algo para abrigarme en caso de que en la tarde baje la temperatura.

Mientras cerraba la mochila mi celular vibró y en la pantalla mostró que Hiccup me envió un mensaje. Lo abrí inmediatamente.

«Estoy abajo». De un salto me levanté de la cama y bajé corriendo. No quiero perder ni un segundo de ésta tarde.

- Aster!! - Grité cuando ya estaba en el salón principal.

- Qué Elsa? - Dijo entrando al lugar.

- Saldré con un amigo - Dije sonriendo.

- Definitivamente no... recuerdas que estás castigada?

- Oh por el ángel... lo olvidé. Aster por favor... Es el único amigo además de las chicas que tengo y... sólo por hoy... déjame salir y si quieres estaré castigada el resto de mes pero, por favor déjame ir.

- Te quiero aquí antes de las nueve y treinta.

- Diez?

- No presiones.

- Te adoro Aster! - Dije mientras salía corriendo a la puerta.

- Linda casa Nieves...- Me dijo Hipo quien estaba apoyado sobre su auto color negro.

- Ya ni Hola se dice?

- Hola Elsie Els... Cómo estás?

- Hola Hipo - Dije mientras me acercaba para abrazarlo - Muy feliz por nuestra salida y Tú?

- Igual. Adoro salir contigo Nieves. Especialmente ahora que no lo hacíamos hace cinco años.

Hipo abrió la puerta del carro y me ayudó a subir como todo el caballero que es. Bueno. Cuando quiere.

Me llevó a un café cercano a casa que quedaba en el centro de un lindo parque. El pidió un Capuccino y yo un café americano. Decidimos sentarnos en las mesas de afuera ya que ambos preferimos el aire libre.

- Por cierto Hipo. Debo estar en casa antes de las nueve y treinta.

- En serio? Tienes toque de queda?.

- Es sólo que estoy castigada pero logré convencer a Aster de dejarme salir.

Al decirle eso vi una pequeña expresión de sorpresa que quitó inmediatamente con un movimiento de cabeza. Como si estuviera expulsando una idea de la cabeza.

- Sucede algo? - Le pregunté algo confundida.

- No nada. Sólo me suena el nombre pero, no importa. Qué ha sido de ti estos cinco años?.

- Pues... cada vez con más peso sobre mis hombros y más estrés en mi mente.

- Suena como si necesitaras alguien que te escuche. Para ti suerte, soy el mejor en eso.

Princesas de las estaciones (Jelsa) [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora