QUINCE

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Elsa

Entré a mi habitación casi arrastrándose por el entrenamiento.

Ya que es lunes, no entrenamos tan pesado como el fin de semana.

Jamás pensé decir esto pero, gracias a los ángeles es lunes.

Lo primero que hice al levantarme fue tomar una ducha fría. Tal vez sea invierno pero no hay nada mejor que una ducha fría.

Además, ya saben, el frío es parte también de .

Qué? En serio creen que no ví mi película?. Que por cierto, sólo diré una cosa. La odio.

Al salir del baño fuí a mi armario y saqué la ropa que usaría. Un chaleco color crema, un pantalón negro y unos botines negros con tacón alto mientras que mi cabello lo dejé con sus rizos naturales.

Cuando bajé para desayunar las chicas estaban ahí a excepción de mi hermana. Anna no sabe hacer nada más que dormir. Bueno, dormir y comer.

— Iré por Anna — Las chicas asintieron mientras masticaban sus tostadas.

Cuando entré a la habitación de Anna decidí no perder el tiempo tratando de despertar a mi hermana de manera civilizada y enseguida fui a su baño a llenar un vaso con agua.

Cuando estuve frente a ella sin pensarlo dos veces dejé caer el agua sobre la cara de Anna logrando que esta se despertara de golpe.

— Pero, qué diablos te pasa?!.

— Vístete, día de escuela — Le dije canturreando mientra salía de su habitación.

Luego de veinte minutos aparece Anna para desayunar y luego de otros treinta nos vamos a la Universidad.

— Chicas, con Anna hemos estado haciendo teorías de porque los idiotas se comportan tan raros con nosotras, las cuales son: O se arrepienten de ser unos idiotas o fueron capturados por extraterrestres quienes les clavaron el cerebro.

— Nos vamos más por la segunda

Ups, creo que con Punzie olvidamos avisarles a las chicas sobre la charla que tuvimos con Hipo, en la cual lo obligamos a decirnos que pasa y lo hizo.

— No es necesario Mer, ya sabemos que pasa, saben que somos princesas y que estamos siendo atacadas. Quieren "protegernos".

Si, entre comillas porque perfectamente podemos hacerlo solas.

— Cómo lo sabes, hermanita?

— Lo único que importa es que Elsa y yo lo descubrimos así que debemos ser terriblemente cuidadosas, pueden usarlo en nuestra contra y no será nada bueno.

— Buen punto. — Anna miraba por la ventana, claramente, pensando — ¿Cómo se enteraron? Son demasiado tontos como para descubrirlo por si solos.

— Eso lo sabremos hoy. Hipo fijo que después de la Universidad nos explicaría todo.

— Entonces supongo que estaremos todo el maldito día con la duda. Simplemente, genial. — Mérida, siempre tan sarcástica.

[…]

Estábamos en la entrada de la Universidad, paradas como estúpidas, dando vueltas esperando al cuarteto de imbéciles que por más de diez minutos no se han dignado a aparecer.

Princesas de las estaciones (Jelsa) [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora