VEINTINUEVE

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Seis meses después...

Elsa

- Vuelve al infierno - Dije antes de clavar mi espada en aquel caballo igual al que me atacó por primera vez.

- Buen trabajo - Dice Anna limpiando su espada de los rastros de arena.

- Hemos asesinado muchas sombras, pero, parecen nunca acabar. - Dice Punzie

- Tienes razón pero es lo único que podemos hacer. - Dije caminando hacia Olaf quién estaba en una zona segura ante las sombras - Veamos si Mérida consiguió algo de comida.

Subimos a nuestros caballos y fuimos en dirección a la cueva, lugar que sigue estando repleto de luz puesto a que también colocamos salvaguardas con ayuda de una vieja bruja que le debía un favor a Mérida.

- Conseguiste algo? - Pregunta Anna bajando de su caballo.

- Tuve la suerte de encontrar un venado y algunas frutas, tenemos para tres o cuatro días si nos moderamos.

- Escuchaste Anna?

- Si Elsa.

Me acerqué al lugar designado para la fogata y eché unas cuantas ramas secas para que el fuego dure más tiempo por lo que le hago una señal a Anna para que lo encienda cosa que logra con un chasquido.

- Hay algo más, en el camino encontré unas sombras, les disparé unas cuantas flechas pero al seguir el rastro que ellas seguían encontré una cueva en lo más profundo de otoño. Había mucho movimiento dentro, creo que son sombras, si están acumuladas será fácil destruirlas.

- Bien, nos repondremos e iremos allá.

Comimos un trozo de venado para recuperar fuerzas u así ir con energías renovadas al lugar donde Mérida dijo haber visto las sombras.

Mientras íbamos de camino fuimos en silencio, como cada vez que vamos a matar sombras.

Ya nada es como antes, no hay risas, no hay miradas cómplices, ahora no hablamos más que para sobrevivir, ahora todo cambió, yo cambié.

Soy más fría que nunca, y las chicas se están transformando en personas duras gracias a mí, admito que odio eso, odio que estén sufriendo tanto como yo sufrí algún día, pero me lo guardo, tal y como me guardo la tristeza que me provoca el que Jack jamás haya atravesado  ese portal para venir a visitarme.

- Es pasando esos arbustos, es mejor que los caballos se queden acá.

Cómo Mérida indicó, dejamos a los caballos entre árboles y comenzamos a caminar entre los arbustos llegando a la cueva en pocos minutos.

- Acá es - Susurra Mérida.

Anna enciende una pequeña llama con su dedo índice logrando que en una pared de la cueva se vieran extrañas sombras de figuras... humanas?

- Creo que no estamos solas a las afueras del Reino de las hadas.

- Punzie tiene razón, y es por eso que descubriremos quienes son. Estén atentas, no sabemos si son buenos.

Cada una se alista, yo saco mi espada y la pongo frente a mí, Punzie transforma su brazalete en un látigo con espinas, Mérida tensa su arco y Anna alista su pistola.

Entramos sigilosamente, caminamos atentas a cualquier ruido pero sólo escuchamos murmullos y susurros irreconocibles.

- Quienes son y qué hacen aquí?! - Grité antes de que pudiera ver quienes eran los que estaban aquí.

- Padres? - Rapunzel vuelve su látigo a la normalidad y Mérida deja caer su arco antes de ir a correr en dirección a sus padres y abrazarlos fuertemente y ellos le corresponden.

Pero, y los míos?

- Chicas! - Yo y Anna corremos donde nuestros tíos y los abrazamos tal y como sus hijas.

Al separarnos los miro a la cara y parecen entender que me pregunto donde están mis padres ya que bajan las cabezas y niegan con una mirada triste.

- No...- Digo en un susurro inaudible - Díganme que es mentira... que pasó?

- Cuando escapamos... tus padres lograron salir pero, Eleonor y mi esposo se quedaron atrapados, tus padres corrieron en su rescate, dando su vida en el camino.

Miré a Anna quién estaba en shock, yo por otro lado me costaba respirar, mis padres murieron, sólo porque no me quedé para salvarlos y corrí como una cobarde a otro mundo.

Jamás debí hacerlo.

- Lo lamento mucho, niñas.

- No se preocupe, tía Rose. Ellos murieron como héroes - Dijo Anna antes de echarse a llorar.

- No me malinterpreten, me alegro de encontrarlos pero, necesito estar sola. Vuelvo enseguida.

Salí de la cueva y solté un fuerte suspiro, mis padres se fueron, para siempre y no pude despedirme, ni siquiera me enteré de que hace poco menos de un año dejaron este mundo, y no hablo de irse a otra dimensión.

- Maldita sea!! - Grité dando un puñetazo a la pared fuera de la cueva - Mierda... mierda y más mierda!.

Un puñetazo entre cada maldición hicieron que mis nudillos sangraba y ardieran pero el dolor interno era más fuerte que eso.

- Hey!! Calma, no lograrás nada haciéndote daño!

- Mis padres murieron, Mérida!

- Pero eso no es lo que te molesta.

- Qué te hace pensar eso.

- Saliste sin armas, y gritas muy fuerte además de que golpear rocas no es algo que pase desapercibido y menos para las sombras que andan merodeando.

- Y?

- Te pusiste en un tremendo peligro estando vulnerable. Así que, qué te molesta tanto??

Suspiro - Si no fuera por mí mis padres seguirían vivos.

- Esto que haces y probablemente seguirás haciendo, es una desgracia para su memoria.

- Lo lamento.

- Ven, volvamos adentro, hay mucho de que hablar.

Al volver adentro Punzie me curó las manos y comenzamos a hablar de todo lo que a ocurrido este último año. Sin saber cómo ellos seguían con vida pues con suerte tenían varias reservas de agua y comida.

Hablamos por horas hasta que el tema de Pitch y las sombras salió a la luz.

- Pitch no sabe que están acá.

- Cómo estás tan seguro, tío Fergus?

- Porque él ya las habría atacado en persona, se han dejado ver a sombras?

- Todas las que nos ven terminan muertas.

- Entonces por su bien deben irse, no ayudan si están aquí para morir eventualmente.

- Pero volvimos para ayudar - Dije confundida.

- Todo a su tiempo, niñas, y todavía no es tiempo de que vuelvan.

- Y cuando lo será? No podemos abandonarlos.

- Sobreviviremos, Punzie, cariño.

- Acabamos de encontrarlos - Dice Anna - Y nos iremos otra vez?

- Deben cumplir con su destino.

- Y cuál es?.

- Cómo Mérida dijo una vez, su destino vive dentro de ustedes, sólo deben ser lo suficientemente valientes para encontrarlo. - Dijo Eleonor

- Enfrenten sus miedos, y en este caso es volver al otro mundo.

Tal vez Tío Fergus tiene razón, debemos volver pues nada hemos logrado aquí, tal vez hagamos algo más junto a alguien más.

Mundo real, vamos por ti, otra vez.

Princesas de las estaciones (Jelsa) [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora