~ 39 ~

651 41 27
                                    

Memorias oscuras - Parte III

Bosque encantado, 2 años atrás

Elsa

Terminaba de comer la sopa de avellanas, el plato favorito de Rapunzel, y el helado de chocolate que exitosamente había hecho varios minutos atrás cuando estaba muriendo hambre.

Miro a mi alrededor y veo los otros dos platos con sopa ya fría y las copas con el helado derretido que estaban frente a las otras silla del comedor, mi plan era esperar a Rapunzel y a Gothel para comer juntas, pero nunca aparecieron en cambio mi hambre se incrementó y no puedo negarle cosas a mi estómago.

Es mi mejor órgano.

Ya habían pasado casi tres horas y me estaba aburriendo puesto a que Rapunzel y Gothel fueron por esas pinturas de caracol que Punzie tanto adora, muy difíciles de encontrar y desaparecieron desde entonces.

Las palabras de mi aparente tía rondaban en mi cabeza, me pareció extraño que lo dijera de manera tan repentina, pero supongo que es comprensible contando el hecho de que su propia familia la hirió, su familia le dio la espalda porque era diferente, pero eso no nos pasará a mí y a Rapunzel, porque, bueno, somos Elsa y Rapunzel... no es así? Nosotras no somos diferentes, y si lo fuéramos tampoco nos pasaría porque... porque somos Elsa y Rapunzel y prometimos estar siempre la una para la otra.

Siempre.

No es mentira que alguna vez tuvimos problemas, especialmente cuando me alejé de todos y me encerré en mi mundo de magia oscura porque quería evitar la poca luz que no me había quitado la vida a tan corta edad, o eso fue lo que sentía, ahora, gracias a ella, veo que fue una tontería, eso es lo que ella dice, y yo, cómo familia y mejor amiga, le creo, siempre lo haré.

Miré el reloj en la pared y me di cuenta que habían pasado casi tres cuartos de hora en los que no tenía ninguna maldita señal de Rapunzel viva. Todo era demasiado silencioso y eso es lo contrario a mi prima.

Quién diría que la parte irritante, ruidosa y demasiado alegre para ser real de Rapunzel si se podría extrañar?

De pronto, el sonido de la puerta abriéndose hace que me salga de mis pensamientos y vuelva a la realidad, Rapunzel está entrando a la sala con una daga en su mano derecha la cual era brillante y llamativa, pues en el mango tenía varias piedras preciosas como gemas, diamantes y esmeraldas en orden que, de alguna manera, la hacían ver algo elegante y decorativa, algo extraño para una daga.

La cara de Rapunzel llamó mi atención más que la daga de todos modos. Ella se veía seria, cosa que me sorprendió ya que ella suele ser muy risueña y alegre, siempre preocupada de hacer sonreír a otros porque le importan todas y cada una de las personas, y también me llamó la atención el hecho de que Gothel no venía con ella cuando en el momento que se fueron estaban juntas.

- Gracias a los ángeles estás bien. - Le dije poniéndome de pie y acercandome un poco a ella. - Hace unos minutos di unas vueltas por los pasillos y después me di cuenta de que no las escuchaba y tu sueles hacer bastante ruido.

Ella miró al suelo y sonrió algo forzado, algo no común en ella, algo le pasaba.

- Estaba comenzando a preocuparme. - Admití sonriendo aliviada

- Entonces, supongo que debería estar muy agradecida. - Dijo con un tono sarcástico y con una mirada de desprecio.

- Conseguiste las pinturas? Salió todo bien? Porque... te ves algo molesta. - Dije preocupándome otra vez.

- Qué es eso? - Dijo caminando frente a los platos.

- Quería sorprenderte con algo especial.  Hice tu sopa favorita, además de helado. Sopa de avellana y helado de chocolate, tu cena perfecta. Me temo que el helado se derritió por la espera... pero puedo hacerte más si así lo quieres.

Rapunzel da un suspiro - Esto es tan típico de ti, pensar que con comida y estúpidas joyas pueden compensar todo lo que me hiciste.

- Todo lo que te hice? - Ya me había perdido, de qué habla? - Rapunzel, de qué estás hablando?

- Lo recordé todo cuando estaba en la biblioteca hace una rato. Me recordó a cuando tu te encerrabas en tu habitación y lo único que me quedaba era una maldita biblioteca porque me ignorabas, por muchísimo tiempo tu solamente me ignorabas, me dejaste andando por el palacio como un fantasma.

- Es una broma? Por lo de la vez pasada, cuando hice que esos nomos te persigan por todo el bosque? Porque si tratas de devolverme la broma, - Supiro mirando a mi alrededor- ... no es gracioso.

- Quieres saber lo peor? Que nos hiciste creer a mi y a las chicas que cometimos un error, me hiciste que todo era mi culpa, me hiciste creer que había hecho algo malo.

- Cómo puedes decir eso? - Dije ya sintiéndome herida. - Nos prometimos nunca ser así. Qué pasa?

- Recapacité.

- Punzie. Esta no eres tú. No puede ser.

- Me temo que lo es. - Gothel entra a la habitación y habla como si nada.

- Gothel, ahí estás.

- Así es, afortunadamente podré mostrarte que sólo yo puedo entenderte. Ella nunca lo hará.

Río amargamente. Todo tenía sentido ahora. Eran demasiadas coincidencias para no ser así. Era magia.

- Le tiraste un hechizo.

- Sí, pero uno que revela lo que siente en verdad.

Caminé hasta Rapunzel y me puse frente a ella, pero antes de hablar ella lo hizo - Ni siquiera te dignas te a hablarme. Su supone que éramos amigas!

Al momento de gritar, Punzie me apunta con la daga por lo que asustada doy un paso atrás. - Soy tu amiga, tu mejor amiga, Rapunzel. Ahora, deja la daga.

- No te escuchará, Elsa, justo como sus madres no me escucharon. Sólo debes aceptar quien eres. Usa tus poderes contra ella y destrúyela.

- No! No me rendirá con ella. Ella no se rindió conmigo!.

- Elsa, hazlo, congélala!.

- No! No le haré daño. - Para ese momento mis ojos ya cargaban con lágrimas.

Rapunzel no bajaba la daga y el enojo y rabia no se iban de sus ojos, si no que se incrementaba, pero... pero aún había esperanza,  es lo que ella siempre dice.

Cerré mis ojos frente a Rapunzel - Haz lo que quieras, Punzie, pero debes saber que no importa lo que hagas, te quiero...

Y de un segundo a otro, tenía una daga incrustada en mi abdomen.

Una que Rapunzel había empuñado.

Rapunzel

Un zumbido en mi cabeza hace que cierre mis ojos y despierte de una especie de sueño. No entendía que pasaba, primero me veía en un espejo y de repente estoy en el comedor con una daga en mi mano, una daga con sangre.

- Qué pasó?

- No! - Grita Gothel frente a mi mirando el suelo.

Bajo la mirada y Elsa se retuerce en el suelo con una mano en el vientre y manchas de sangre en su ropa y manos.

- No... no, Elsa... - Suelto la daga y mis ojos se llenan de lágrimas al ver a mi mejor amiga apuñalada en el suelo.

Yo hice esto.

...lo lamento...


Princesas de las estaciones (Jelsa) [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora