Princesas de las estaciones (Jelsa) [Terminada ✓]

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Elsa

Definitivamente estás serán las horas más largas de mi vida, no se que sería de mi si mis amigas no estuvieran aquí.

Los idiotas están sentados en la parte delantera justo al lado de la puerta, mientras que nosotras estamos al final junto a la ventana, fulminando con la mirada a esos tres imbéciles y al idiota de mi amigo.

Si las miradas mataran, ellos estarían ya bajo tierra.

- Pueden dejar de mirarnos así? - Preguntó el abuelo Zack.

- Creí que te encantaba a atención Zack - Le dije en tono cortante.

- Me dijiste Zack? - Exclamó indignado?. Primera vez que no lo insulto y se enoja?!

Además, por qué sus amigos ahogan carcajadas? De qué se ríen, digo, estoy más seria que un gigante. No entiendo a la gente de aquí. Por qué no son normales como en el bosque encantado?

- Celebra, es la primera vez que me dirijo a ti por tu nombre y no por idiota o imbécil - Le dije algo extrañada al ver que estaba frunciendo el ceño.

- Lo haría y créeme que también me burlaría, sólo que hay un problema... Mi nombre es Jack!

Ahora todo tiene sentido, un «ahhh» es lo único que pude articular. Que vergüenza. Creo que la gente no es tan rara después de todo. Al segundo después las carcajadas llenaron el lugar, se estaba riendo de mí?. No sabe lo que hace.

- Bueno pues no voy a esforzarme a aprenderme el nombre de un inútil - Dije enojada. No tiene porqué reírse.

- Ya baja tu enojo y multiplícalo por 0 anciana - Dijo el rubio. Y deseará no haberlo hecho.

- Disculpa?!

- No le hables así cabello de princesa versión sedal!! - Wow. Buena es Mer.

- Tu tampoco le hables así escoba!!

Ok, eso fue demasiado, ese castaño, del cual no recuerdo su nombre, no verá la luz del día otra vez. Nadie llama a Mérida por un apodo y menos uno así.

- No la llames así narigón!! - Vaya. No lo había notado pero Anna tiene razón.

- Cuidado todo el mundo! Una zanahoria parlante!! - Gritó el tonto canoso.

- Como le dijiste a mi hermana Abuelo?! - Le dije mientras sentía la rabia correr dentro de mi sangre por segunda vez en el mismo día.

- Abuelo? Pues abuelo será tú... abuelo!!! - Creo que su intento de insulto le salió como una mierda. Aún que no se puede esperar nada más de él.

- Ese insulto fue una mierda. Como todo lo que sale de tu puta boca! - Le dije mientras me cruzaba de brazos.

Estas definitivamente serán las peores dos horas de mi vida. Miré el reloj en la pared esperanzada de que hayan pasado varios minutos, pero para mi mala suerte, sólo pasaron tres minutos. Alguien que me mate y acabe con mi sufrimiento.

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Al fin. Dos horas de aburrimiento y molestias terminadas.

Gracias a los ángeles logré terminar todas la tesis. Los idiotas no paraban de molestarnos, es decir, hablaban y gritaban, era como este en un salón con cuatro niños malcriados. Está bien si no quieren hacer su tarea, pero yo, personalmente, no quiero más castigos. Aunque sé que me espera uno grande en casa.