Extra capítulo treinta y dos.

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Jack

La primera parada del hilo fue en una foto la cual tomamos a los pocos días de haber hecho la tregua. Ya habíamos dejado el pasado atrás y decidimos que más que aliados había que ser amigos, por lo que tomamos varias fotos, y una de ellas fue de ella y yo solos luego de una batalla mano a mano entre nosotros, cabe decir que ella ganó muy claramente.

- Fue una de las mejores decisiones que tomamos - Dijo tomando la foto y despegando el trozo de papel del hilo.

- Lo fue. Sigamos.

Al poco tiempo llegamos a la siguiente parada. Esta vez era una bola de nieve en la cual salía ella y yo sonriendo bajo la nieve frente a frente tomados de las manos, una escena real que pasó poco más de una semana antes de que se fuera. Lo interesante de la bola de nieve, es que la nieve eterna que caía y las figuras de hielo vivientes estaban hechas por mí, razón por la cual las figuras repiten la escena de reír, abrazarnos y yo dándole una vuelta a Elsa se repetía sin parar.

- Jack, esto es muy lindo. Tú lo hiciste?

- La bola la hizo Norte, la nieve y las figuras fue mi trabajo.

- Recuerdo ese día, después de el pequeño baile que me hiciste hacer me regalaste una flor. Olvidé llevarmela de aquí. - Dijo lo último cabizbaja antes de seguir con el hilo.

A pocos metros y una curva, estaba el otro regalo, al acercarnos Elsa pudo notar que era aquella flor de la que hablaba antes, sólo que envuelta en una fina capa de escarcha.

- Cómo es que está marchita? - Pregunta Elsa confundida y sonriente.

- Porque la cubrí con escarcha. La mantenía viva para recordarte cuando te fuiste.

En ese momento Elsa cambia su ánimo. De estar feliz y sonriente pasa a estar triste y un poco enojada.

Ahora el confundido soy yo.

- Qué sucede, Snowflake?

- Por qué nunca fuiste, Jack? Por qué nunca me visitaste?

- Elsa, - Dije tras un suspiro de frustración al recordar lo que pasó - te juro que lo intenté. Te juro que lo hice pero, justo cuando lo atravesaron, el portal desapareció de mi vista. Se esfumó alejándome más que nunca de ti. Me lamenté por meses, de hecho, me lamenté hasta que te vi acá, viva y tan linda como siempre.

- Incluso después de matar a sombras? - Pregunta riendo.

- Así es. - Le sonreí - Me crees, no es así, Snowflake?

- Por supuesto que sí, Jack. Jamás me has ocultado algo como para hacerme dudar. Sigamos.

Seguimos el recorrido encontrándonos con diferentes cosas, un anillo, una pulsera, un cuadro de todos juntos hasta que sólo faltaban dos cosas las cuales se encontraban al final del hilo.

- Una carta? - Pregunta mientras toma el papel posado sobre un tronco.

- Así es. Escrita totalmente por mí. - Dije a lo que se sonroja.

Elsa

- Lee, Snowflake. Y dime que piensas.

Abrí la carta dándole la espalda a Jack encontrándome con unas hojas palabras escritas claramente por Jack y su letra muy desordenada y extrañamente entendible.

Snowflake:

     Te diré enseguida que no soy bueno con las palabras. Suelo decir idioteces y cosas tontas que terminan siendo un chiste pero esta vez te aseguro que por más tontas que suenen algunas cosas, todo es verdad.           

    Todo comenzó cuando llegaste frente a mí para preguntarle donde quedaba la biblioteca a Hipo, y sí, lo recuerdo, porque todos los momentos en los que tú estás presente son memorables y merecen ocupar mi mente. Esa vez, a penas te vi pensé «Es la chica más bella que he visto, como un Ángel», desde entonces siempre he deseado que seas MI Ángel, pero eso no es de tan importancia ahora a menos de que quieras cumplir mi deseo.

Reí un poco al leer eso, aunque pensándolo bien, no sería tan mala idea ser un genio que cumple deseos alguna vez.

Después de eso no te podía sacar de mi mente, me excusaba diciéndome que sólo era porque eras bonita, pero no era así, había algo en ti, en tu esencia que me atraía y se impregnaba en mí sin permiso, y sin darme cuenta, lo único que quería es que esa esencia me consumiera por completo, y así fue. Te metiste en mi corazón como si fuera tuyo y ahora lo es. Te pertenezco, y sin quererlo, pero lo hago, ocupas mi mente, eres dueña de mis sentimientos y no quiero que eso cambie. Quiero poder abrazarte, poder besarte, poder gritar que te quiero a los cuatro vientos, quiero sentirte en mis brazos, quiero sentirte, quiero mimarte, quiero darte todo y que lo aceptes.

   Probablemente te preguntes que porqué tú? Yo me pregunto lo mismo. Simplemente apareciste y cambiaste todas mis opiniones respecto al amor, todas las reglas que me impuse por años y que cumplía siempre, tú lo cambiaste todo y no quiero por nada del mundo que sea como antes, porque te quiero. Así es, lo dije, te quiero, más que nada y nadie. E incluso me atrevo a decir que si me hicieran elegir entre amarte y el aire, usaría mi último aliento para decirte que te quiero.

   Dicho todo esto lo cual es poco en comparación a lo que siento pero en unos minutos llegarás de haber ido a comer con las chicas, te pregunto algo.

¿Me harías el honor de ser novia de este imbécil?

- Loco (idiota) que te quiere

Estaba en shock. Nunca pensé a Jack capaz de decir algo así, o más bien escribirlo. Jamás pensé en ver a Jack enamorado de alguien, y mucho menos que ese alguien era yo.

Las lágrimas caían, estaba feliz, después de toda la oscuridad de la que estuve rodeada por seis meses aparece Jack iluminando todo. Haciendo que todo tenga sentido otra vez, haciendo que valga más que nunca la pena luchar por el mundo.

Luchar por vivir.

- Y qué dices? - Pregunta acercándose a mí nervioso.

- Digo que porqué tardaste tanto? - Dije saltando a sus brazos a besarlo profundamente expresando todo lo que no puedo decir con palabras. - Yo también te quiero.

- Que bien porque aún falta un regalo. - Dijo apuntando al final del hilo el cual puso en su bolsillo probablemente cuando yo no veía.

De su pantalón, sacó una bella cajita de terciopelo blanca la cual al abrirla muestra un bello collar con cadena de oro y una argolla gruesa del mismo material con varios cristales de esferas incrustados.

- Es muy bonito.

- Pero aún falta lo mejor.

Tomó una de mis manos y la puso con la palma extendida junto a la suya. Jack, creó un copo de nieve el cual brillaba levemente haciéndome entender que hay que hacer el truco que aprendimos hace unos siete meses, unos copos de nieve muy brillantes y al parecer poderosos.

Al brillar y poner el collar frente al brillo, este proyectaba varias escrituras en distintos idiomas en una roca a la cual apuntabamos.

- No entiendo, Jack. Qué dice?

- Dice te quiero en 100 idiomas.

Ahí fue cuando me di cuenta, de que Jack es alguien que si vale la pena.

Definitivamente lo quiero.




Princesas de las estaciones (Jelsa) [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora